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Una casa en ruinas en medio del campo | Foto: Shutterstock
Una casa en ruinas en medio del campo | Foto: Shutterstock

Huérfano va a casa sin terminar que su difunto padre le construyó y halla caja con el nombre de su papá - Historia del día

Vanessa Guzmán
19 mar 2022
01:40

Tomás Briceño nació con una vida desafiante por delante. Quedó huérfano siendo un bebito tras morir su papá. Fue llevado a un orfanato en donde fue adoptado por un matrimonio que lo amó y cuidó siempre. Años más tarde, su padre biológico lo sorprendió a pesar de estar muerto.

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Tomás pasó los primeros tres años de su vida en un orfanato. Su padre murió cuando él tenía solo seis meses y su madre lo abandonó justo después de su nacimiento. No estaba interesada en criar hijos, así que le pidió a su padre, Marcos, que lo cuidara y se mudó a otro país.

Marcos trabajó duro para ser un gran padre. Tenía cáncer, pero aun así trató de estar presente para su hijo. Siempre esperó curarse para poder ver crecer a Tomás, pero no fue así. Falleció cuando solo tenía 45 años.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

El padre soltero no tenía ningún familiar que pudiera criar a su hijo después de su muerte, por lo que enviaron a Tomás a un orfanato dirigido por monjas.

Tomás no recordaba mucho de su tiempo en el orfanato porque era muy joven, pero estaba agradecido con las monjas que cuidaron de él cuando nadie más podía hacerlo.

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Recuerda vívidamente el día en que sus padres adoptivos vinieron a llevarlo a casa. Pasó toda la mañana llorando después de que otro niño rompiera su único carrito de juguete.

Mientras Tomás y los otros niños almorzaban, una de las monjas se le acercó y le pidió que fuera a la oficina. Cuando llegó, reconoció a la pareja sentada frente al escritorio de la Madre Superiora. Susana y Cristian habían pasado las últimas semanas visitándolo y jugando con él.

En la pequeña mente de Tomás, a la encantadora pareja simplemente le gustaba jugar a los carros de juguete con él. Pero se llenó de alegría cuando la monja le dijo que ellos serían sus nuevos padres.

Habló con entusiasmo durante el largo viaje a casa y se asombró de todas las imágenes y sonidos nuevos que descubrió durante su recorrido.

Tomás amaba mucho a sus padres adoptivos. Siempre estaban genuinamente interesados ​​en todo lo que decía y hacía. Le permitieron explorar todos sus intereses que lo llevaron a la pasión por la construcción y el diseño de interiores.

Le encantaba embellecer los espacios; pasaba horas al día diseñando e imaginando diferentes hogares. Cristian y Susana nunca intentaron ocultar el hecho de que Tomás era adoptado.

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Creían que al ser honestos y abiertos con él a lo largo de su vida, mantendría sentimientos afectuosos hacia su difunto padre. Aunque tenían muy poca información sobre él, lo apreciaban por el esfuerzo que había hecho por cuidarlo hasta su muerte.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Temprano por la mañana en su cumpleaños número 16, Tomás fue despertado por sus padres tocando suavemente la puerta de su dormitorio. Entraron lentamente, cantando "Feliz cumpleaños" mientras encendían unas velas en su pastel favorito de zanahoria y pistacho.

Esta era su tradición anual de cumpleaños y a Tomás le encantaba. Disfrutaba hablando y riendo con sus padres mientras se sentaban al borde de su cama, contándole un sinfín de historias y bromeando.

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Pero este año fue un poco diferente; sus padres entraron en silencio y tenían miradas ansiosas en sus rostros.

"¿Está todo bien?", preguntó Tomás con preocupación.

“Sí, por supuesto, querido”, respondió Susana. "Solo tenemos algo de qué hablar contigo".

“Bueno, tenemos algo que darte y esperamos que no te enfades con nosotros por ocultártelo”, dijo Cristian. “Tu padre te dejó esta foto justo antes de morir. El orfanato se quedó con ella y nos pidió que te la diéramos cuando cumplieras 16 años”.

"¿Por qué recién ahora?", preguntó.

“Estas fueron las instrucciones de tu padre durante sus últimos días”, respondió Susana.

La madre le dio a Tomás la fotografía diminuta y desgastada de una casa. En la parte posterior de la foto, había coordenadas. "¿Son estas las coordenadas de la casa?", preguntó el chico.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Creemos que sí, pero nunca hemos estado allí. Queríamos respetar los deseos de tu padre que pidió expresamente que esperáramos a este día para darte. Este fue su deseo y queríamos que se cumpliera tal como lo pidió”, explicó Cristian.

Tomás estaba agradecido con sus padres por respetar la memoria de Marcos. “Por supuesto que no estoy enojado con ustedes”, expresó.

Una semana después, reunió el coraje para ir a la casa. A su llegada, vio una construcción solitaria y en ruinas en medio de un campo. La hierba le había crecido por las paredes y parecía que nadie había estado cerca de la casa en muchos años.

Tomás se dio cuenta de que esta era la antigua casa de su padre. Lloró mientras caminaba por las diminutas habitaciones. Se preguntaba cómo habría sido su vida, si su papá hubiera sobrevivido al cáncer y si su madre se hubiera esforzado por criarlo.

También notó que la casa estaba sin culminar y decidió terminar de construirla y modernizarla. Cuando les contó a sus padres adoptivos sobre su decisión, lo apoyaron como siempre.

Tomás consiguió el dinero para financiar la renovación al ofrecer sus servicios de diseño de interiores a los vecinos, amigos y socios comerciales de sus padres.

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Su red de clientes creció y sus ahorros se sumaron rápidamente a la cantidad que necesitaba para renovar la casa de su difunto padre y hacerla a su gusto.

Cuando comenzó el proceso de renovación en el cumpleaños número 17 de Tomás, trabajó fervientemente solo para utilizar los mejores materiales y herramientas. Quería que la casa reflejara el amor que sentía por su padre a pesar de que tenía un recuerdo muy vago de él.

En medio de las renovaciones tuvo que cavar un poco de tierra en el suelo de un dormitorio para instalar la calefacción debajo del piso. Mientras cavaba, encontró una pequeña caja de madera y la abrió para ver qué había dentro.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Había una carta que decía: “Mi hijo más querido. Espero que no te enfades conmigo si estás leyendo esto, pero no podía hacer otra cosa. Tenía miedo de dejarte dinero porque temía que alguien te lo robara siendo un niño".

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“Es por eso que dejé el dinero aquí. Si decides completar esta casa que construí para ti úsalo para eso, ¡sé que lo harás, te la mereces! Te amo, Tomás. ¡Sé fuerte!”.

Había $50.000 junto a la carta. Tomás no podía creer lo que veía. No tenía idea de que su padre había decidido cuidarlo incluso después de la muerte.

En ese momento, se sintió más amado y afortunado que nunca. Pronto, completó la renovación y se mudó. También continuó con su negocio de diseño de interiores después de graduarse de la escuela secundaria.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Shutterstock

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • El amor que recibes a lo largo de tu infancia da forma a la persona en la que te conviertes: Tomás tuvo un comienzo difícil en su vida, pero el amor de sus padres adoptivos lo llevó a convertirse en una persona trabajadora y compasiva.
  • El amor de un padre se puede sentir incluso mucho después de su muerte: Tomás solo recordaba vagamente a su papá, pero entendió exactamente cuánto lo amaba y lo cuidaba después de leer su carta que encontró en la vieja casa.

Por favor comparte esta historia con tus amigos; podría inspirar a las personas a compartir sus propias historias o ayudar a alguien más.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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