Joven solitaria sospecha que su niño no es su hijo biológico y hace prueba de ADN - Historia del día
Una joven madre soltera comenzó a sospechar cuando todos comentaban lo diferente que era su hijo, respeto de ella y su ex. Decidió hacerse una prueba de ADN y descubrió un terrible secreto.
El día más feliz de la vida de Gina Barrios fue el día que nació su hijo Brandon. Se despertó aturdida por la anestesia que le habían administrado para la cesárea de emergencia y la enfermera colocó a su bebé en sus brazos.
Fue amor a primera vista. En el momento en que Gina miró los ojos de su bebé, estaba perdidamente enamorada. Besó su diminuta cabeza e inhaló su delicioso aroma a bebé.
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Ser madre era un sueño hecho realidad, incluso a pesar de que el padre de Brandon no quiso involucrarse en sus vidas. Nada podía robarle tanta alegría.
Gina y su novio Gregorio habían vivido juntos por tres años hasta que ella quedó embarazada. El joven no tenía muchas intenciones de formalizar su relación y formar una familia juntos. Gina sabía que no eran el uno para el otro y él no quería asumir obligaciones y responsabilidades.
Para su sorpresa, Gina no se sintió desconsolada por la actitud de Gregorio. De alguna manera, la existencia de esa pequeña vida que crecía dentro de ella se había convertido en lo más importante. La pareja se separó y ella se mudó y reestructuró su vida esperando el nacimiento de su primogénito.
Cuando entró en labor de parto, se lo informó a Gregorio. Después de todo, él era el padre del bebé y tenía derecho a saberlo. Pero no se presentó en el hospital.
El médico de Gina decidió que sería más seguro para ella si le realizaban una cesárea, por lo que estaba dormida cuando Brandon llegó al mundo.
Ella lo sostuvo en sus brazos unas horas más tarde y estaba encantada con sus hermosos ojos azules. "Sus ojos se oscurecerán", dijo la mamá de Gina.
Gina sonrió y abrazó a su bebé. ¡Nunca se había sentido más feliz! Unos días después, salió del hospital con Brandon para enfrentar todos los desafíos que implicaba ser madre soltera. No fue fácil, y hubo momentos en que lloró, pero siempre levantó la barbilla y se enfrentó al siguiente obstáculo.
Cuando Brandon cumplió un año, era el muñeco más adorable que nadie había visto jamás. ¡La mamá de Gina se había equivocado! Los ojos de Brandon permanecieron de un hermoso azul brillante, y su cabello era de un encantador castaño rojizo.
"¡Oh Dios!", exclamaba la gente. "¡Qué chico tan hermoso! ¡Apuesto a que se parece a su papá!". Gina sonreía y asentía, pero la verdad es que Gregorio tenía ojos castaños oscuros y cabello negro como Gina. No había pelirrojos de ojos azules en ninguna de las dos familias.
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Cuando Brandon fue a la guardería, las otras mamás comentaron sobre su apariencia y color, y una madre abordó a Gina para preguntarle si su hijo era adoptado. "¡No!", gritó Gina. "¿Por qué piensas eso?".
"Porque... Él no se parece en nada a ti. ¡Pensé que era adoptado! ¡Lo siento!", dijo la otra mamá bastante avergonzada.
Esa noche, Gina estaba viendo un programa nocturno cuando dos mujeres hablaron sobre cómo habían sido cambiadas accidentalmente al nacer. La historia se amplió para detallar el protocolo en los hospitales con los que se supone que garantizan que algo así no ocurra. Pero a veces fallan.
Gina se levantó y fue a la habitación de Brandon. Miró a su encantador niño. "¡Él es mío!", susurró. "Y lo amo, pero ¿y si...? ¿Y si hay otro niño? ¿Y si hubo un error?".
La idea comenzó a rondar la mente de Gina, por lo que finalmente decidió hacerse una prueba de ADN. Tomó una muestra de saliva de Brandon y de la suya. Luego las envió a un laboratorio para su análisis.
Dos semanas después recibió los resultados. ¡No estaban emparentados! Era hora de descubrir la verdad. Gina se puso en contacto con el hospital y, aunque inicialmente le dijeron que era imposible cometer un error, aceptaron abrirle sus archivos.
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Descubrió que dos niños habían nacido el mismo día. Uno era su propio bebé, el otro el hijo de una mujer sin hogar que había muerto al dar a luz. Los bebés fueron registrados como Brandon Barrios y Dylan Landaeta.
¿Landaeta?, Gina contuvo la respiración. “¿Por qué el bebé de la mujer sin hogar tenía el apellido de Gregorio? ¡A menos que, por supuesto! De algún modo, él cambió mi bebé por el de la vagabunda y lo tomó como propio”.
Gina estaba furiosa. Fue directamente a la policía y acusó a Gregorio de secuestro e interferencia en la custodia. Gregorio se vio obligado a entregar a Dylan para una prueba de ADN y los resultados demostraron que era el hijo biológico de Gina.
Gregorio fue a la cárcel, al igual que la enfermera a la que había sobornado para cambiar a los bebés y manipular los papeles. Después de todo, quería al bebé, pero no a Gina, así que usó su riqueza para "robar" a Dylan.
En cuanto a Gina, ahora tenía dos hermosos niños, Dylan y Brandon, y a medida que crecían, ¡los niños les dijeron a todos que eran gemelos!
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- El amor es lo que hace a una familia, no la biología: Gina amaba a Brandon a pesar de que no era su hijo biológico, pero quería asegurarse de que Dylan también tuviera un hogar bueno y lleno de amor.
- Los secretos son difíciles de guardar y fácilmente trastocan nuestras vidas: Gregorio nunca imaginó que Brandon sería tan diferente como para despertar sospechas y llevar a Gina de regreso a su propio hijo. Él terminó en la cárcel por su crimen.
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