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Una joven con un bolso | Foto: Shutterstock
Una joven con un bolso | Foto: Shutterstock

Chica saca joyas y objetos costosos de la casa, y su papá decide seguirla - Historia del día

Georgimar Coronil
23 abr 2022
10:00

Un viudo decide seguir a su hija adolescente tras darse cuenta de que algunos objetos caros han desaparecido de su casa.

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La vida de Nicolás Sánchez giraba en torno a su hija. Ella era lo único que su amada esposa, Andrea, le había dejado. Cuando Josefina tenía solo siete años, a Andrea le diagnosticaron un cáncer de ovarios.

No importó que los médicos hicieran hasta lo imposible por curarla o que Andrea luchara con todas sus fuerzas para vivir, al final la enfermedad la venció. Poco antes de morir, cuando ella ya sabía que no sobreviviría, le hizo una petición a su esposo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

"Nico", le susurró. "Cariño, estoy tan cansada..."

Él sonrió valientemente y le besó la mano. "Descansa hoy amor. Mañana los médicos quieren probar una nueva combinación...".

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Pero Andrea negaba lentamente con la cabeza. "No, Nico, estoy cansada. Por favor, por favor, ¿puedo descansar ahora?"

Nico se dio cuenta de lo que su mujer le estaba diciendo, que le estaba pidiendo que la dejara ir. Las lágrimas corrían por sus mejillas. "Pero Josefina... Cariño, ¿qué pasará con Josefina?".

Andrea también lloraba. "Está asustada todo el tiempo, Nico. Quiero que vaya al parque los domingos, no que venga al hospital. Mi amor, ambos sabemos que es solo cuestión de tiempo.

"Más medicamentos alargarán mi vida y mi dolor unos meses más... ¿Pero a qué precio? Solo quiero dejar los tratamientos, y disfrutar los últimos días de mi vida contigo y con Josefina".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Nico habló con los médicos y estos confirmaron con tristeza lo que Andrea había dicho. El tratamiento del dolor haría que sus últimos días fuesen tolerables, y la interrupción de la quimioterapia le daría un respiro para estar con su familia.

Seis semanas después, Nico y Josefina estaban allí cuando Andrea cerró los ojos por última vez. La tomaron de las manos y fue un momento de paz para todos. Nico y Andrea le habían explicado todo a Josefina.

Andrea le había dicho: "Amor mío, luchamos con todas nuestras fuerzas mientras la victoria sea posible... pero cuando no lo sea, tenemos que saber rendirnos con dignidad".

Tras la muerte de Andrea, Nico y Josefina se aferraron el uno al otro para sobrellevar su dolor. Estaban tan unidos como era posible para un padre y una hija, y Nico pensaba que siempre sería así.

Por supuesto, los chicos crecen, y los adolescentes parecen alejarse de sus padres, mientras establecen sus propias identidades y siguen sus propios caminos. Nico lo entendía, por supuesto, pero comprender algo y vivirlo es muy diferente.

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De repente, para la chica todo lo que hacía Nico era incorrecto, cada una de sus palabras la irritaba. Él no sabía nada, no entendía nada. Todo lo que este padre quería era estar cerca de su hija de nuevo, para complacerla.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Entonces, un día, la oyó hablar con una de sus amigas sobre lo mucho que quería un costoso teléfono móvil. "¡Quizá tu padre te lo regale por tu cumpleaños!", dijo la amiga de Josefina.

"¡No, no lo hará!", aseguró ella. "¡Es un avaro! Cree que es demasiado caro para una adolescente, se lo he oído decir. Pero la realidad es que piensa que es demasiado caro para gastarlo en mí".

Nico se sintió profundamente herido. Él sí consideraba que un teléfono móvil que costaba más de 1.000 dólares era inapropiado para una adolescente, pero decidió que iba a demostrar a Josefina lo mucho que la valoraba.

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La mañana del 16º cumpleaños de Josefina, ella bajó a desayunar y se encontró con una caja con un enorme lazo rosa sobre la mesa. Dentro estaba el teléfono que quería, con una funda de color rosa caramelo.

Josefina tomó el móvil y lo hizo girar en sus manos. "Gracias... supongo...", dijo. "¿Era este el único color que podías conseguir? ¿El más barato? Porque es horrible".

Nico le dio la espalda y se fue. ¿Dónde estaba la dulce niña que había criado? "Lo siento Andrea," sollozó. "Lo arruiné todo”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Nico seguía intentando conectar con su hija, pero ella siempre estaba demasiado ocupada, demasiado distraída o simplemente no estaba interesada. Un día, se dio cuenta de que su celular había desaparecido y que llevaba su viejo móvil. "¿Dónde está tu teléfono?", preguntó Nico.

"Lo perdí", dijo Josefina con indiferencia. "Ya sabes cómo son estas cosas...". Nico estaba furioso. Era un artículo caro y estuvo tentado de decirle que estaba siendo irresponsable, pero no lo hizo.

Pensó que confrontar a Josefina no ayudaría mucho. Así que durante un tiempo, las cosas siguieron como antes. Pero entonces Nico vio a Josefina abriendo el joyero de Andrea. Cuando miró después, vio que faltaban un par de pendientes de diamantes muy valiosos.

Quizá, se dijo Nico, Josefina los había tomado para ponérselos, para recordar a su madre. Entonces empezó a revisar las joyas con frecuencia. Luego, notó que desapareció una pulsera de esmeraldas y diamantes.

Ahora Nico estaba muy enfadado. Entre el teléfono y las joyas, se habían perdido miles de dólares en objetos de valor. Estaba decidido a averiguar qué estaba sucediendo y a ponerle fin a la situación.

Tras lo ocurrido, mantuvo vigilada a Josefina y un día la vio tomar el collar de diamantes de Andrea. Esa tarde, siguió a su hija al centro de la ciudad y vio cómo entraba en una joyería. Una hora más tarde, salió y se subió a un taxi.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Nico se quedó atónito al verla entrar en el hospital donde Andrea había sido tratada años atrás. Dentro, Josefina se dirigió a la recepción y entregó un gran fajo de billetes. Luego, camino hacia uno de los ascensores.

Nico preguntó a la recepcionista a quién visitaba Josefina. "Está visitando a la señora Gómez en la habitación 432", respondió la mujer. "Es su abuela..."

“¿Su abuela?”. Nico se quedó atónito una vez más, pero se acercó a la habitación y vio que su hija estaba sentada en la cama y tenía tomada de la mano de una anciana de aspecto familiar.

"¿Josefina?", dijo. "¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué está pasando?".

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Josefina se puso en pie de un salto y parecía muy asustada, pero no soltó la mano de la anciana. "Estoy aquí por la señora Gómez, papá. Me necesita, está enferma otra vez".

"¿Otra vez?", preguntó Nico desconcertado. Había algo tan familiar en la Sra. Gómez... "¡Oh! ¡Compartiste habitación con Andrea!", exclamó. "¡Te has recuperado!".

La señora Gómez sonrió con tristeza. "Entré en remisión, es cierto, pero me temo que mi cáncer volvió a aparecer hace seis meses".

"Lo siento mucho", dijo Nico, pero miraba a Josefina con intriga.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Su hija se sonrojó. "He estado ayudando a la señora Gómez", explicó Josefina. "Su marido murió y su hijo no puede permitirse el coste adicional de los tratamientos".

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"¿Así que vendiste el teléfono y las joyas de mamá?", preguntó Nico con suavidad.

La señora Gómez se sorprendió. "¿Vendiste las joyas de Andrea para ayudarme?", dijo angustiada.

"Ahora son mis joyas", respondió Josefina. "¡Papá dijo que eran mías y creo que tu vida vale más que unos cuantos diamantes!". Empezó a lloriquear. "¡No puedo permitirme perder a más nadie!".

Nico la abrazó. "No me has perdido, cariño, y no perderás a la señora Gómez. ¿Recuerdas lo que siempre decía mamá?".

Josefina asintió y se limpió la nariz. "Luchamos con todas nuestras fuerzas mientras la victoria sea posible, y eso es lo que vamos a hacer. Pero vamos a luchar como una familia".

Y así lo hicieron. Nico disponía de considerables recursos y se aseguró de que la Sra. Gómez tuviera los mejores cuidados posibles. Josefina se alegró mucho cuando la señora Gómez entró en remisión, y aunque ella y Nico seguían teniendo alguna que otra discusión de padre e hija, estaban más unidos que nunca.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Luchar con todas las fuerzas mientras sea posible la victoria: Nunca te rindas mientras haya una oportunidad, pero sé capaz de admitir la derrota con elegancia.
  • Hay cosas en esta vida más valiosas que cualquier diamante: Más valioso que cualquier cosa es el amor que sentimos por nuestra familia y nuestros amigos.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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