Niño de 6 años es humillado como castigo por llegar tarde: la madre accidentalmente se entera de esto un día

Un niño se enfrentó a un castigo inusual por llegar tarde a la escuela, lo que le afectó profundamente y le hizo llorar. Cuando su madre decidió visitarlo un día durante el almuerzo, quedó desolada al descubrir cómo era su castigo.

La puntualidad y el manejo del tiempo son habilidades muy importantes en el mundo actual. A los jóvenes se les suele enseñar la importancia de ser puntuales desde que son niños.

A nadie le gusta llegar tarde, pero a veces, las personas pueden enfrentarse a circunstancias que escapan a su control.

UN NIÑO EN APUROS

En el mundo moderno y pospandémico se anima a la gente a informar de los retrasos, especialmente en los entornos profesionales. De este modo, las personas pueden comunicar rápidamente cualquier factor que pueda dificultar su progreso en el trabajo.

Ahora piensa en un niño en un escenario similar. En 2015, Hunter Cmelo, un estudiante de la escuela primaria Lincoln en Grants Pass, Oregón, se encontró en un gran lío por llegar tarde a clases.

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LA RAZÓN DE SU RETRASO

Hunter fue uno de los niños que se metieron en problemas por sus retrasos recurrentes. Pero, ¿cuál era la razón por la que llegaba tarde? Resultó que ni se saltaba las clases ni era impuntual por gusto.

El auto de la familia de Hunter le daba un fuerte dolor de cabeza a su madre. El niño, que entonces tenía seis años, y su madre, Nicole Garloff, que para el momento tenía 25, no podían depender de su Dodge Durango para ir al colegio.

UNA CRISIS FAMILIAR

El vehículo necesitaba unas reparaciones y un mantenimiento que no se podían permitir, y el pobre Hunter pagó el precio. Además, el padre de Hunter, Mark Cmelo, explicó que su hijo no era el responsable de los retrasos y que nada de eso era culpa suya.

La madre de Hunter, Garloff, reveló que padecía osteoporosis, lo que le provocaba fuertes dolores por las mañanas y le dificultaba los movimientos. El pequeño no podía tomar el autobús escolar porque vivía a menos de dos kilómetros de la escuela. Pero tampoco podía recorrer la distancia a pie porque la carretera era demasiado transitada.

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ENFRENTARSE AL CASTIGO

Al pobre chico no le gustaba que le reprendieran por sus retrasos, y los acontecimientos posteriores hicieron mella en su bienestar mental y emocional.

La escuela de Hunter tenía una política según la cual el alumno era castigado después de tres retrasos. Tras llegar tarde a la escuela por tercera vez, el niño fue castigado. Pero la experiencia lo afectó profundamente e incluso lo hizo llorar.

UNA IMAGEN DESGARRADORA

Es posible que Garloff nunca se hubiera enterado de lo que sufrió su hijo si no lo hubiera visitado un día durante el almuerzo. La madre quedó desconcertada tras lo que vio, todo el episodio fue devastador. Recordó:

"Estaba en la primera mesa cuando entras a la cafetería, estaba allí sentado con una de esas mamparas de cartón delante. No llegó tarde tantas veces como para merecer eso".

La madre, con el corazón roto, tomó una foto de su hijo, sentado solo detrás de un divisor de cartón en una mesa de la cafetería. A su lado había un vaso con una gran letra "D" de "detención" escrita sobre ella. Hunter era rechazado por sus profesores y segregado de sus compañeros por llegar tarde.

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IMÁGENES QUE CONMUEVEN EL ALMA

La abuela del niño, Laura Hoover, se dirigió a Facebook para protestar por el terrible castigo y compartió fotos de Hunter mirando la pared de cartón que le impedía ver la cafetería. Escribió:

"Ayer, llegó un minuto tarde y esto es lo que su madre descubrió que hacen para castigarle. Le han hecho esto 6 veces por algo que está fuera de su control. Se burlan de él delante de los demás alumnos".

SE HACE VIRAL

Tras lo sucedido, Garloff se llevó a su hijo a casa, pero no pudo quitarse la imagen del castigo de la cabeza. Contó:

"Se me rompió el corazón, porque él estaba sentado allí, y estaba como asomándose por un lado. Me sentí fatal por él".

Poco después, la publicación de Facebook se hizo viral y las fotos de Hunter sentado solo durante el almuerzo tocaron las fibras sensibles de la gente.

LA COMUNIDAD TOMÓ ACCIONES

Con el tiempo, las fotos virales también llamaron la atención de una personalidad de la radio local, Bill Meyer. Cuando el presentador se enteró de la desgarradora historia de Hunter, algo le impulsó a ayudar a solucionar el problema.

Mucha gente se indignó tras descubrir lo que sufrió el escolar, así que la comunidad decidió tomar acciones. La campaña de Meyer y los esfuerzos conjuntos de la comunidad empresarial dieron una sorpresa increíblemente conmovedora a Hunter y su familia.

Como el Durango de la familia estaba demasiado dañado para repararlo, “Rapid Repo and Collections”, con la ayuda de otras empresas locales, donó un monovolumen Chrysler Town and Country de 2001 reacondicionado. Otros comercios locales donaron neumáticos nuevos y un nuevo parabrisas.

UNA SORPRESA CONMOVEDORA

“Kelly's Automotive Service”, que reparó la furgoneta, regaló a la familia cambios de aceite y 100 dólares en gasolina gratis durante un año. Todo un pueblo se unió para ayudar al pequeño Hunter a llegar a tiempo a la escuela para que no tuviera que soportar el horrendo castigo.

La familia de Oregón quedó impresionada por la ayuda de la comunidad y agradeció de corazón a todos los que les aliviaron los problemas. Lo más importante es que la nueva furgoneta cumplió su función y Hunter no volvió a llegar tarde a la escuela. Garloff comentó:

"Estábamos tan sorprendidos que no parece real. Estamos muy agradecidos a toda la gente de nuestra comunidad que nos ha apoyado tanto".

TOMARON MEDIDAS CORRECTIVAS

Afortunadamente, la indignación en redes dejó una impresión positiva en el superintendente de la escuela, John Higgens, que cambió la política para los estudiantes que llegaran tarde cuatro o más veces. Dijo que se pondrían al día en un espacio privado con el apoyo de su profesor.

Esta reveladora historia nos enseña que en lugar de centrarnos en los defectos de las personas debemos ser empáticos e intentar comprenderlas. A veces, sustituir la indiferencia y el castigo por la amabilidad y la compasión puede marcar la diferencia en la vida de alguien.

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