Jovencita anuncia su embarazo a sus padres: la madre la echa de casa y luego pierde todo lo que tiene - Historia del día
Una joven regresó a casa de la universidad con sus padres. Ella estaba embarazada y su papá quería ayudarla, pero su madre estaba enfurecida. Ella causó un escándalo y echó a todos.
“¡Carolina! ¿Qué haces aquí?”, dijo su padre, Daniel, cuando le abrió la puerta a su hija de 19 años. Ella estaba residenciada en una ciudad lejana para asistir a la universidad.
“Hola, papá. ¿Puedo pasar?”, respondió ella. Estaba lloviendo afuera pero no hacía nada de frío, así que pensó que era extraño que Carolina le estuviera frotando los hombros.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Su comportamiento sugería nerviosismo, preocupación y algo que él no podía entender. Pero, por supuesto, esa era su casa. Ella siempre era bienvenida.
“Claro que sí, cariño. Entra”, dijo. “¡Alicia! ¡Carolina está aquí!”.
Su esposa bajó de su dormitorio y estaba encantada de ver a su hija. No la habían visto desde las vacaciones de Navidad y no la esperaban pronto. Era una agradable sorpresa.
Alicia comenzó a hablar sobre preparar la cena favorita de su hija, pero Carolina les pidió que se sentaran a la mesa por un segundo. “Tengo algo serio que discutir con ustedes. Y no va a ser fácil”, comenzó.
“¿Qué está pasando, Carolina? ¿La universidad es demasiado difícil? Siempre puedes transferirte aquí. Hay muchas opciones, siempre y cuando no elijas abandonar”, intervino su madre, pero Daniel la tomó de la mano.
“Déjala hablar, y podemos llegar a soluciones”, dijo el hombre con calma.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Carolina respiró hondo antes de dar la noticia. “Estoy embarazada. El padre no quiere tener nada que ver con el bebé, así que voy a tomarme un año sin ir a la universidad para tenerlo, y luego veré si regreso”, dijo Carolina finalmente.
Daniel tomó la noticia con serenidad, y recordó cuando su esposa quedó embarazada de su hija. Fue en circunstancias similares, excepto que él se casó con Alicia y le proporcionó todo a ella y a su hija.
La mujer nunca volvió a la universidad y se convirtió en ama de casa porque él ya se había graduado y tenía un buen trabajo.
Ahora Daniel estaba preocupado por su hija, pues el padre del bebé no se iba a responsabilizar. Pero él sabía que podían superar esto juntos. Estaba a punto de decirle que tenía su apoyo cuando Alicia comenzó a gritar.
"¿Qué demonios estás pensando? ¡No! ¡Esto no puede estar pasando! ¡No vas a salirte de la universidad! ¡Tienes que deshacerte de ese bebé!", gritó la mujer.
“Alicia, siéntate y cálmate. Hablemos”, interrumpió Daniel.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
“Mamá, por favor…”.
“¡NO! NO ME CALMARÉ. NO DEJARÁS LA UNIVERSIDAD. ¡TIENES QUE DESHACERTE DE ESE BEBÉ!" ella continuó gritando.
“¡Alicia! ¡No creo que de verdad quieras eso!”.
“¡NO IMPORTA! ¡ELLA NO VA A TIRAR SU VIDA COMO YO LO HICE!”, gritó la mujer, pero sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz bajó considerablemente.
Lee también: Hombre ve a una joven embarazada que sale corriendo del supermercado llorando - Historia del día
“¿No ves? ¡No quiero esta vida para ti! Una simple ama de casa... dependiente de su marido para todo... ¡Tienes que deshacerte del bebé! ¡Rápido! ¡Vamos al médico!”.
“¡Mamá! Voy a tener a mi bebé. Ya lo he decidido”, dijo la joven, y Alicia empezó a gritar de nuevo.
“¡Entonces ya no eres bienvenida en esta casa! ¡No quiero tener a un bebé ilegítimo aquí y no quiero verte desperdiciar tu vida! ¡Vete! ¡Vete ya!”.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Carolina miró a su madre con la boca abierta con incredulidad y miró a su padre. Él miraba a su esposa de la misma manera, pero la joven pudo notar que algo lo tenía preocupado a él también.
Ella no quería continuar con esta conversación. Estaba segura de sus decisiones, y si no la apoyaban, resolvería por su cuenta. “Está bien”, dijo, agarrando sus maletas y dirigiéndose a la entrada para irse.
Cuando la puerta se cerró, Alicia se enfureció una vez más. “¿Puedes creer esto?”, le dijo a Daniel, furiosa.
Daniel finalmente habló. “Puedo creerlo, en realidad. Lo que no puedo creer es tu actitud y lo que dijiste. ¿Eres infeliz? ¡Hemos tenido una gran vida!”.
“No es lo que quiero para ella. ¡Quiero más para ella! ¡No puede hacer esto! No puede tener ese bebé. No está bien que pase su vida como lo hice yo, consumiéndola”, continuó Alicia.
Al darse cuenta de que su esposa no iba a cambiar de opinión e incluso podría eliminar a Carolina de sus vidas solo por tomar sus propias decisiones, Daniel se fue a su habitación para empacar sus maletas. Llamó a su hija y le pidió que se encontrara con él en algún lugar.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Consiguieron una habitación de hotel para pasar la noche y, muy pronto, Daniel alquiló un pequeño apartamento para ellos y le aseguró a Carolina que él estaría allí para apoyarla tanto como fuera posible. La joven estaba muy agradecida con él.
Daniel solicitó el divorcio poco después, aunque Alicia intentó varias veces disuadirlo. Él se negó a escuchar porque ella se negó a disculparse con su hija.
A raíz del divorcio, tuvieron que vender su casa, que habían adquirido tras casarse. La cantidad se dividió por la mitad, pero Daniel tuvo que pagar la pensión alimenticia a Alicia porque ella nunca había trabajado.
Él no tenía problema con eso. El dinero no significaba nada para él. Todo lo que quería era estar allí para su hija y su futuro nieto. Por lo que él sabía, Alicia tenía que alquilar un apartamento y vivir sola.
Pasaron los meses y Carolina dio a luz a un hijo, Mateo, y Daniel estuvo con ella durante toda la experiencia, que fue tan hermosa como cuando nació su hija.
Pasó más tiempo y comenzó a publicar actualizaciones de sus días con el bebé. Gracias a su apoyo, Carolina se transfirió a una universidad en su ciudad y comenzó a asistir a clases nocturnas mientras su papá cuidaba al bebé después del trabajo.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
En algún momento, Alicia finalmente se acercó. Quería tener contacto con ellos y conocer a su nieto, pero Carolina no quería tener nada que ver con ella.
“Papá, ella me echó de la casa. Todo porque no podía aceptar las decisiones que tomé para mi vida”, explicó.
“Te apoyo al 100%. Esta es tu elección y ella ya no es mi esposa”, respondió Daniel, encogiéndose de hombros y centrándose una vez más en jugar con Mateo.
Cuando Alicia terminó de leer el mensaje de su hija en Facebook en el que rechazaba su solicitud, una lágrima se deslizó de sus ojos. Pero ella la limpió rápidamente.
Su ego no quería reconocer todo lo que había hecho mal. Levantó la vista de su computadora portátil, se quedó mirando el sencillo apartamento que estaba alquilando y ya no reconocía su vida.
Su casa solía ser cálida y alegre. Su hija solía llamarla a menudo para pedirle consejo. Y Daniel era un pilar fuerte, inquebrantable en sus esfuerzos como sistema de apoyo. Los había perdido a ambos y todo lo demás.
Parecía que nunca conocería a su nieto, todo porque había reaccionado muy mal al principio. Deseó haber medido sus palabras y haberse disculpado a tiempo para detener todo esto. Pero a veces, no tienes una segunda oportunidad.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Todas las acciones tienen consecuencias, así que piénsalo bien antes de hacer algo de lo que puedas arrepentirte. Alicia echó a su hija de la casa y perdió todo lo importante en la vida. Tendría que vivir con ese arrepentimiento para siempre.
- Solo puedes guiar a tus hijos, pero ellos deben llegar a tomar decisiones sobre su vida. Carolina estaba segura de sus opciones cuando les dijo a sus padres que tendría el bebé, pero Alicia quería controlarla y obligarla a hacer algo en contra de sus deseos. Esa reacción fracasó y arruinó su relación para siempre.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.
La información contenida en este artículo en AmoMama.es no se desea ni sugiere que sea un sustituto de consejos, diagnósticos o tratamientos médicos profesionales. Todo el contenido, incluyendo texto, e imágenes contenidas en, o disponibles a través de este AmoMama.es es para propósitos de información general exclusivamente. AmoMama.es no asume la responsabilidad de ninguna acción que sea tomada como resultado de leer este artículo. Antes de proceder con cualquier tipo de tratamiento, por favor consulte a su proveedor de salud.
AmoMama.es no promueve ni apoya violencia, autolesiones o conducta abusiva de ningún tipo. Creamos consciencia sobre estos problemas para ayudar a víctimas potenciales a buscar consejo profesional y prevenir que alguien más salga herido. AmoMama.es habla en contra de lo anteriormente mencionado y AmoMama.es promueve una sana discusión de las instancias de violencia, abuso, explotación sexual y crueldad animal que beneficie a las víctimas. También alentamos a todos a reportar cualquier incidente criminal del que sean testigos en la brevedad de lo posible.