Chica de 18 años da en adopción a su hijo recién nacido: el bebé desaparece del hospital al día siguiente - Historia del día

Una adolescente decide abandonar a su hija en el hospital poco después del nacimiento. Al día siguiente, personal del nosocomio llama a su madre para decirle que la joven había desaparecido y que sabían quién tenía la culpa.

Emily Hernández tenía solo 18 años cuando quedó embarazada del hijo de su novio, Juan. Cuando él se enteró del embarazo, estaba ansioso por asumir la responsabilidad. Pero la madre de Emily, la Sra. Hernández, no quería lo mismo que ellos.

"¡Es ridículo que una adolescente esté criando a un niño! ¡No te quedarás con el bebé!", sentenció la cabeza de la familia Hernández.

"¡Pero mama!", protestó Emily. "Es demasiado tarde para un aborto, según los médicos. ¡Además, no quiero abandonar a mi hijo!".

"¿Qué dices?". Expresó la Sra. Hernández mientras le lanzaba una mirada de desaprobación a su hija. "¡Tú no estás a cargo aquí, cariño! ¿Sabes qué? Siempre hay una solución para cualquier problema. ¡Después de que tengas ese bebé, lo dejaremos en el hospital!", dijo con firmeza.

Tanto Emily como su padre se opusieron a la idea, pero al final, la voluntad de la Sra. Hernández triunfó una vez más. Hizo que Emily ocultara su embarazo a todos y cortó todo contacto con Juan.

Emily no quería hacer eso, pero tenía pocas opciones porque todavía dependía económicamente de sus padres. Meses después, cuando finalmente nació el bebé, la joven lloraba mientras sostenía a su hijo recién nacido en sus brazos.

Se sentía culpable por tener que darlo en adopción. "Lo siento mucho, cariño", susurró, con los ojos llorosos. "Te veo por primera y última vez. Espero que perdones a mamá por esto".

Emily salió del hospital poco después y dejó a su bebé allí. Pero a la mañana siguiente, el personal del hospital descubrió que el bebé no estaba. Llamaron a la Sra. Hernández para informarle al respecto, y la llamada la despertó.

"Lamento molestarla tan temprano, señora Hernández", dijo el médico de Emily, "¡pero su nieta no está en el hospital! ¡Creemos que sabemos quién está detrás de esto, así que venga al hospital lo antes posible!".

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La Sra. Hernández estaba muy molesta. "¿Cómo puede el bebé desaparecer así? José, vamos, tenemos que...". Cuando colgó el teléfono, notó que el lado de la cama de su esposo estaba vacío.

Buscó a su esposo por toda la casa, pero él no apareció. Emily tampoco estaba por ningún lado. La Sra. Hernández entonces recordó las palabras del doctor. "Creemos que sabemos quién está detrás de esto..."

"¡De ninguna manera! ¡No pueden ser ellos!". Se vistió rápidamente y fue al hospital, donde descubrió que los médicos habían captado en las cámaras al Sr. Hernández saliendo del hospital con el bebé. Una enfermera se lo habría entregado.

En este punto, la sangre de la Sra. Hernández estaba hirviendo. "¿Cómo pudo hacer tal cosa?".

Antes de llamar a la Sra. Hernández, las autoridades del hospital ya habían notificado a la policía, por lo que estaban al acecho de Emily, su papá y el bebé. Afortunadamente, para la Sra. Hernández, por la noche, la policía los localizó. Estaban en casa de Juan.

Cuando la Sra. Hernández llegó allí con la policía, se enfureció. Pero ella no se saldría con la suya esta vez.

"No vamos a renunciar al niño, Laura", dijo el Sr. Hernández. "¡Si nos van a obligar de nuevo, olvídenlo! Oficiales, mi esposa está presionando a mi hija para que entregue al bebé, ¡pero mi hija y yo no queremos eso!". Emily asintió y dijo que no quería abandonar al niño.

Los policías advirtieron a la Sra. Hernández que se suponía que no debía obligar a Emily de esa manera porque tenía 18 años y podía tomar decisiones por sí misma. Eso enfureció aún más a la mujer.

"¡No olvides lo que decidimos, José! ¡No dejaré que el bebé se quede en mi casa! ¡Después de todo, esa casa es mía! ¡Soy la dueña!".

"Bueno, entonces, Laura", dijo el Sr. Hernández. "¡Puedes vivir allí sola porque me voy a divorciar de ti! Estoy harto de que tomes decisiones por el resto de nosotros. ¡Emily tuvo que robar a su hijo y huir del hospital como una ladrona! Ya hemos tenido suficiente de tu obstinación. ¡Adiós, Laura!".

La Sra. Hernández no podía creer que la estuvieran rechazando así. Pero su arrogancia no le permitió ver su locura. Salió de la casa y con mucho gusto firmó los papeles de divorcio que José le envió días después.

Mientras transcurría el proceso de divorcio, el Sr. Hernández y Emily se quedaron con Juan y su familia. Los jóvenes padres estaban enamorados y encantados de estar juntos y con su bebé.

Como resultado de su divorcio, el Sr. Hernández tenía derecho a la mitad de su propiedad como un acuerdo justo, pero en lugar de volver a mudarse con su ex, decidió arrendar parte de ella, en contra de la voluntad de Laura. Luego se mudó con Juan, Emily y su nieto, Alberto, a su nuevo hogar.

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Mientras tanto, la Sra. Hernández se cansó del inquilino que había llevado José y vivía quejándose de él. No encontró paz y armonía en su vida. Parecía estar experimentando un karma por todo lo que hizo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Los jóvenes tienen derecho a decidir por sí mismos: La Sra. Hernández siempre impuso sus decisiones a Emily, hasta que ella se dio cuenta de que estaba mal y decidió liberarse de eso.
• El matrimonio crece en asociación y se desmorona bajo el dominio: El Sr. Hernández estaba cansado de que su esposa tomara decisiones individuales, así que decidió acabar con eso un día. Se divorció de ella y vivió más feliz con la familia de su hija.

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