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Una niña abriendo un buzón | Foto: Getty Images
Una niña abriendo un buzón | Foto: Getty Images

Niña envía cartas a su madre fallecida pidiéndole que se la lleve lejos de su tía: recibe una respuesta en el buzón - Historia del día

Mayra Pérez
30 jun 2022
21:20

Una niña le escribió cartas a su mamá en el cielo, rogándole que la alejara de su tía malvada. Un día, lloró al encontrar una dulce respuesta de su madre en el buzón.

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Ese jueves, Carlos estaba muy atareado en su trabajo como empleado postal. Su compañero estaba de baja por enfermedad, por lo que debía atender su área de reparto durante dos semanas.

Fue entonces cuando se encontró con la casa de la pequeña Hannah. Abrió el buzón y no había nada en su interior. Suspiró y se fue a entregar paquetes a los vecinos. De regreso, pasó de nuevo por allí, pero esta vez vio a una niña pequeña poniendo algo dentro y sollozando.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

“¡Mi niña! ¿Qué te pasa?”, exclamó y corrió hacia ella. Pero la pequeña no lo escuchó y entró rápidamente a su casa. Carlos abrió el buzón y encontró un sobre con la dirección “Para mamá en el cielo”.

El sobre no estaba sellado, y dado lo inusual del destinatario, decidió revisar el contenido. Casi de inmediato sintió algunas lágrimas corriendo por su rostro.

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“Mami, realmente te extraño. La tía Mary no hace mi pastel de manzana favorito”, escribió la pequeña Hannah en su carta a su madre. “Ella no me deja jugar con las muñecas de Carlota. Y me hace barrer el piso”, agregó.

Un año atrás, cuando Hannah tenía 5 años, su madre Amalia había fallecido en un accidente automovilístico. Sus padres se divorciaron cuando ella tenía solo un año, por lo que había crecido bajo el ala de su madre.

El fallecimiento de Amalia provocó una inmensa angustia en Hannah. Poco después, la hermana mayor de su madre, Mary, heredó su casa y tomó la custodia exclusiva de su sobrina.

Todo iba bien al principio, pero muy pronto Mary comenzó a desahogar las frustraciones que había arrastrado desde la infancia con su sobrinita.

“¡Tu madre me robó todo el amor!”, le gritó una vez a la niña. “¡Espera hasta que veas lo que te voy a hacer!”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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De niñas, Mary y Amalia fueron amadas por igual por sus padres. Pero por alguna razón, ella siempre sintió envidia por su hermana menor, que siempre tenía buenas notas y era muy disciplinada.

Al crecer, el resentimiento de Mary por su hermana solo creció; ella sentía que se robaba la atención de todos. Pero Amalia tan solo era una persona amable y amorosa, y a la gente le gustaba estar cerca de ella.

Cuando Amalia murió, Mary sintió pena por su pequeña hija al principio. Pero al pasar los días, comenzó a volcar todo el odio y resentimiento que le tenía a su fallecida hermana menor en la inocente niñita.

Nunca más envió a Hannah a la escuela, y como no tenían vecinos cercanos, la niña estaba prácticamente incomunicada. Nadie sabía sobre las cosas malas que la mujer le hacía.

Hannah no podía jugar con los juguetes de Carlota, la hija de 8 años de Mary. Tampoco se le permitía cenar con la familia. Comía mucho después, sola y en el suelo.

La niña no tenía idea de que su tía estaba desahogando sus frustraciones con ella. Ella intentaba obedecerla y anhelaba vivir una infancia alegre. Pero estaba sufriendo. Y un incidente doloroso la llevó a escribir su primera carta a su difunta madre.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Ese día, Mary dijo que trenzaría el cabello largo de Hannah. Los hermosos cabellos de la niña se parecían a los de su madre, lo que la molestó mucho.

“Ese cabello... Siempre odié ese cabello largo que tenía tu madre”, sonrió Mary. “¡Siempre deseé poder cortárselos cuando estaba dormida!”.

Mary cortó el hermoso cabello de Hannah y soltó una carcajada malvada. “¡Deja que tu mamá mire esto desde arriba y se ponga a llorar!”, se jactó.

La pequeña estaba desconsolada. Amaba sus hermosos rizos que rebotaban sobre sus hombros como olas. Fue en ese momento que decidió contarle todo a su madre en una sentida carta.

Se coló en la habitación de Carlota y robó algunos sobres, papeles y un lápiz. Luego se escondió debajo de su cama y comenzó a escribirle a diario.

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Todos los días, Carlos tenía curiosidad por leer la nueva carta de la pequeña Hannah. Las palabras de la niña estaban llenas de varios errores gramaticales, pero dejaban en evidencia el maltrato que recibía por parte de su tía. Así que decidió encontrar una manera de consolarla.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Un día, cuando Hannah fue a revisar el buzón, se sorprendió al encontrar una carta de "Mamá" dirigida a ella:

“Para mi pequeña Hannah. Cariño, todo el mundo tiene momentos difíciles, pero debes saber una cosa. Siempre estoy a tu lado y no estás sola. Cuando Dios nos quita a alguien, siempre nos envía un ángel. Por favor, anímate. Con amor, mami”.

Hannah se sorprendió y lágrimas de alegría inundaron sus ojos. Corrió dentro de la casa y escondió la carta debajo de su cama. Luego miró a su alrededor, asumiendo que su madre estaba a su lado.

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Abrió las ventanas y buscó ángeles afuera. Aunque no encontró nada, su corazón sentía el consuelo y el amor de su madre, y por primera vez en meses, se sentía feliz.

Pero para su consternación, los malos tratos de su tía no terminaron. Al día siguiente, Carlos encontró otra carta en el buzón. “Mami, dijiste que estabas conmigo, pero no puedo verte”, decía la carta.

“Por favor, aléjame de la tía Mary... No me gusta porque siempre me grita... Dije que tenía hambre y me encerró en mi habitación toda la noche sin darme nada de comer”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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Carlos estaba furioso. “¡Esto tiene que terminar!”, exclamó e inmediatamente contactó a Servicios Infantiles. Con base en la información que proporcionó y las cartas, las autoridades se apresuraron a ir a la casa de Hannah para investigar.

“¡Oh, Dios mío! Esa información es incorrecta... Soy su tía y ella está feliz aquí”, exclamó Mary cuando un representante de Servicios Infantiles apareció inesperadamente en su casa. “Ella no es diferente de mi hija... yo soy su madre”.

Pero cuando uno de los oficiales llevó a la pequeña Hannah a un lado para hablar en privado, la niña sollozó y reveló todo: “... y me hace sentarme en el suelo para la cena... me cortó mis rizos”, sollozó la niña.

Mientras tanto, Carlos acudió a la corte local y comenzó los trámites para adoptar legalmente a Hannah. Cuando el juez le preguntó por qué quería tomar a la niña bajo su protección, reveló una verdad aplastante.

“Mi esposa y yo hemos estado casados ​​durante 11 años, pero no hemos podido tener un hijo”, dijo. “Estábamos esperando un milagro, y para mí, esta niña es ese milagro que anhelábamos”.

Poco después, Mary fue citada para llevar a Hannah a la corte con respecto a la adopción. Finalmente, accedió a entregar a su sobrina. Dado que se probaron los cargos de maltrato en su contra, tuvo que pagar una multa sustancial y enfrentar cargos.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Carlos y su esposa estaban encantados cuando se llevaron a la pequeña Hannah con ellos. Después de algún tiempo, la niña comenzó a sonreír.

“¿Puedo jugar con esas muñecas?”, le preguntó a la señora Carlos, al ver un enorme estante lleno de juguetes de peluche y muñecas.

“¡Sí, cariño! ¡Son para ti!”, le respondió amorosamente.

Hannah se sentía como si hubiera regresado a sus buenos viejos tiempos con su madre Amalia. Ahora tenía dos padres amorosos en su vida que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para ver esa preciosa sonrisa en su rostro.

Una mañana, Carlos vio a Hannah poner una carta en el buzón fuera de su casa y entrar corriendo con una enorme sonrisa. Con mucha precaución, la sacó y la leyó.

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“¡Mami! Dijiste que Dios nos envía un ángel, pero tengo 2... Los amo... Por favor, dale las gracias a Dios... Te amo”.

Carlos se sintió conmovido. Una hermosa melodía sonaba en su corazón. “¡Yo también te amo!”, susurró mientras lágrimas de alegría humedecían sus ojos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • A veces, compartir nuestros problemas es el primer paso para encontrar ayuda. Después de la muerte de su madre, Hannah entró en un mundo de pesadillas al lado de su tía. Pero luego de escribirle una carta, pudo encontrar una familia amorosa que la amaba de verdad.
  • Siempre debes actuar cuando un niño está siendo maltratado. En un principio, el cartero se limitó a consolar a la niña, pero pronto se dio cuenta de que su situación era muy grave e hizo una denuncia que salvo a Hannah de una infancia miserable.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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