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Un hombre solo mirando por una ventana | Foto: Shutterstock
Un hombre solo mirando por una ventana | Foto: Shutterstock

Hombre de 80 años celebra su cumpleaños solo: hijo del que no sabía nada se acerca a saludarlo - Historia del día

Mayra Pérez
03 jul 2022
23:30

Un anciano solitario y sin familia se preparaba para celebrar su cumpleaños en total soledad. Tenía todo planeado cuando, repentinamente, un extraño tocó el timbre y se presentó como su hijo.

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Pablo era un hombre de 79 años que había vivido la mayor parte de su vida como soltero. Aunque siempre había añorado tener una familia, nunca se casó ni tuvo hijos, y todos sus amigos cercanos ya habían muerto.

En la víspera de su 80 cumpleaños, planeó cómo pasaría el día. Se despertaría y almorzaría en su restaurante local favorito. Luego pasaría por la tienda para comprar algunas cosas para su cena de cumpleaños. Se dedicaría a cocinar y disfrutaría del juego de su equipo de baloncesto favorito en el televisor de su acogedora sala de estar.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Al día siguiente, lo despertó el sonido del timbre de la puerta. No esperaba a nadie, por lo que con mucha curiosidad se dirigió a la puerta y la abrió. Vio a un hombre de más de 40 años, parado frente a él.

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“¿Puedo ayudarte, joven?”, le preguntó.

“Lamento interrumpir su día, señor. Soy Lucas, el hijo de Amelia. ¿La recuerda?”, preguntó.

Pablo se sorprendió al escuchar ese nombre, especialmente porque no lo había escuchado en años. “Pues, sí, por supuesto. Amelia fue mi primera y única novia”, reveló.

El joven asintió emocionado con la cabeza. “Sí, exactamente, señor. Busqué en la caja de recuerdos de mi madre y vi una carta suya que me indicaba esta dirección. Estoy muy contento de haberlo encontrado aquí”, le dijo.

Pablo sonrió. La verdad era que, en su último mensaje a Amelia, le había prometido que nunca se mudaría, en caso de que ella quisiera volver con él. A través de los años, se dio cuenta de que eso no pasaría, pero decidió quedarse de todos modos.

“¿A qué debo el honor de su visita?”, preguntó amablemente.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Lucas tragó saliva como si estuviera a punto de decir algo importante. “Esto puede sorprenderlo, señor, pero hace un par de semanas mi madre falleció y me hizo una revelación que me dejó desconcertado”, dijo.

“¿Y qué te dijo? Por favor, entra. Lo siento, mi casa no ha tenido un invitado en mucho tiempo. Disculpa el desorden”, dijo Pablo mientras abría la puerta para que entrara Lucas.

Se instalaron en el comedor, donde Pablo se sirvió un poco de café para ambos. “Gracias, señor”, le dijo Lucas antes de tomar un sorbo. “Bueno, esto puede parecer un raro, pero... mi mamá me dijo que usted es mi padre”.

Pablo se quedó en silencio al escuchar esto, confundido acerca de si estaba soñando o no. “¿Cómo es posible?”, le preguntó a Lucas.

"Bueno, señor, cuando mi mamá lo dejó hace 47 años por otro, ella no sabía que estaba embarazada. Se sintió muy mal por haberlo lastimado, así que cuando se enteró, no quiso hablarle de mí. Toda mi vida pensé que ese hombre era mi padre biológico”, reveló Lucas.

“Antes de su muerte, me contó la verdad. Dijo que lamentaba lo que había hecho y deseaba poder disculparse con usted en persona. Me pidió que lo encontrara. Sus últimas palabras fueron: ‘Encuentra a tu padre’”.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Dijo que usted siempre soñó con tener un hijo con quien compartir su amor por el baloncesto y que esperaba que no fuera demasiado tarde”.

Pablo no pudo evitar llorar. No tenía ninguna duda en su corazón de que lo que Lucas estaba diciendo era verdad; compartían el mismo cabello castaño avellana y el mismo hoyuelo en el lado derecho de sus mejillas cuando sonreían.

“No sé qué decir…”, susurró Pablo. “A decir verdad, tu madre me rompió el corazón y me hizo temer al amor. Esperaba, deseaba y rezaba para que volviera, pero nunca lo hizo. Terminé quedándome solo”, dijo con tristeza.

“Y a través de los años, de alguna manera he aceptado que no importaba cuánto quisiera un hijo, simplemente no estaba en mi futuro. Pero aquí estás... ¡No puedo creer que esto sea real!”.

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Lucas se sentó un poco más cerca de Pablo y le tomó la mano. “Espero que no sea demasiado tarde, papá. Realmente me encantaría conocerte”, dijo, entrando en confianza con el hombre que le había dado la vida.

“Descubrí que hoy era tu cumpleaños. Tenía muchas ganas de regalarte algo”, agregó y sacó un pequeño sobre de su bolsillo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“¡Tengo dos boletos para el juego de la NBA de esta noche! ¿Te gustaría ir conmigo?”, le preguntó con una sonrisa.

Los ojos del anciano brillaron. No podía creer que finalmente podría ver un partido de la NBA en vivo. Lo que lo hizo aún más especial es que estaría con su hijo, algo que siempre había soñado hacer.

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“Oh, me encantaría”, dijo Pablo, secándose las lágrimas. “Gracias hijo”.

Ese día terminó siendo el mejor cumpleaños de la vida de Pablo. Con su hijo, hizo todo lo que había planeado. Almorzaron en su café favorito, fueron al supermercado y se prepararon una cena temprana.

Una vez que devoraron el bistec y el puré de patatas, se subieron al vehículo de Lucas y se dirigieron al estadio cercano donde vieron juntos el partido de baloncesto. Pablo no podía contener su emoción, sacaba su cámara e inmortalizaba cada momento de su día especial.

Algunos días después, Lucas le presentó a su esposa e hijos. Además, le prometieron que lo cuidarían, así que lo invitaron a mudarse y vivir con ellos. Desde entonces, Pablo nunca estuvo solo y finalmente tuvo la familia que siempre había anhelado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca es demasiado tarde para hacer realidad los sueños. Pablo vivió una vida solitaria después de ser traicionado muchos años atrás. Nunca volvió a intentar encontrar el amor. En su 80 cumpleaños, recibió el mejor regalo, cuando su hijo apareció en su puerta.
  • Lo que está destinado a estar en tu vida siempre encontrará su camino hacia ti. Pablo no supo que tenía un hijo y vivió aceptando el hecho de que nunca tendría una familia propia. Sin embargo, en el ocaso de su vida, su hijo tocó a su puerta y a su lado disfrutó de sus últimos años.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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