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Una mujer mayor con un carro de las compras | Foto: Shutterstock
Una mujer mayor con un carro de las compras | Foto: Shutterstock

Mujer mayor es despedida de su trabajo por su edad: se convierte en jefa unos meses después - Historia del día

Mayra Pérez
03 ago 2022
18:30

Una mujer apasionada se mantuvo leal a una empresa durante toda su vida laboral, solo para ser despedida décadas después debido a su edad. Ella se negó a rendirse y terminó convirtiéndose en una de las principales socias.

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Desde que era una niña, Grecia sabía que quería convertirse en abogada. Le gustaba defender sus ideas y había sido miembro del equipo de debate de su escuela durante años.

Después de graduarse en derecho, su exitoso historial de notas le consiguió un trabajo en una de las mejores firmas de abogados de la ciudad.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Había trabajado allí durante cuarenta años, y pasó de ser asistente legal a ser una de las mejores y más respetadas abogadas de la firma.

A sus 68 años, no tenía planes de jubilarse mientras tuviera clientes que desearan sus servicios. “Mientras me necesiten, estaré aquí. Búsquenme en mi oficina cualquier día”, les decía.

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Los clientes hacían fila para reunirse con ella, con la esperanza de obtener su consejo y representación en sus respectivos casos. Tenía un gran historial de casos ganados y Grecia soñaba seguir activa todo el tiempo posible.

Sin embargo, uno de los socios gerentes de la firma, el abogado Velásquez, pensaba de manera diferente. Durante sus reuniones, él siempre insinuaba que la empresa necesitaba “talento nuevo” y que tal vez era hora de que Grecia cediera su puesto a alguien nuevo.

Grecia encontraba esto insultante y se negaba a retirarse. “¿Por qué tengo que ceder mi lugar cuando podemos agregar más asientos a la mesa?”, refutó ella.

El abogado estaba decidido a despedir a Grecia, independientemente de cómo se sintiera o de lo que ella quisiera. Y tendría obedecerlo porque él estaba en una posición más alta que ella.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Un día, mientras Grecia se preparaba para reunirse con clientes potenciales, le dejaron un aviso en su escritorio de que era su último día en el trabajo. La nota citaba que la compañía le brindaría un plan de jubilación de compensación total. Estaban convencidos de que eso le encantaría.

Pero ella no estaba dispuesta a rendirse así como así. Decidió demandar al bufete por discriminación. Pospuso las reuniones con sus clientes y pasó todo el día encerrada en su oficina, preparando su caso contra el socio gerente.

Cuando terminó de construir el caso, dejó una copia en el escritorio del abogado Velásquez y dijo: “Si crees que puedes sacarme de la firma solo porque quieres, estás equivocado. No me jubilaré hasta que yo lo quiera. Te veré en la corte”.

El abogado Velásquez se burló de Grecia, sacudiendo la cabeza. “Estás perdiendo el tiempo, ¿sabes? ¿Cuándo ganó un abogado contra una firma?”, preguntó sarcásticamente.

Pensó que eso la intimidaría, pero cuando se dio cuenta de que ella hablaba en serio acerca de llevar el caso a los tribunales, suspiró. “Si así es como quieres hacer esto, que así sea”, le dijo. “¡Te veré en la corte entonces!”.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Los otros socios observaron la situación con curiosidad. Si bien no solían intervenir en los problemas internos de la empresa, este caso era especial: involucraba a un socio y una de las principales abogadas.

Al principio, le preguntaron a Velásquez si valía la pena pasar por un caso judicial solo para echar a Grecia de la firma. “Independientemente de su edad, sigue siendo una de nuestras abogadas con mejor desempeño. ¿Por qué jubilarla?”, preguntó uno de ellos.

El abogado Velásquez negó con la cabeza. “Solo acuden a ella porque no podemos ofrecerles abogados más jóvenes con mayor potencial”, argumentó. "Ella no va a ganar de todos modos. Soy socio por una razón. Ella es solo una empleada”, les dijo.

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Aunque la gerencia tenía dudas sobre la necesidad del caso, se dieron cuenta de que Grecia no podía ganarle a la firma. Observaron el caso de cerca y terminaron atónitos.

Grecia ganó el caso contra el abogado Velásquez y llegó a la primera plana de los periódicos de la ciudad. La gente comenzó a perder la confianza en la firma debido a las acciones de Velásquez, por lo que debió renunciar.

Con un puesto de socio vacante, la firma se lo ofreció a Grecia. Poco a poco trabajó en la reestructuración de la empresa, y sus clientes avalaron su habilidad, trabajo duro y gran ética de trabajo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

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  • Nunca tengas miedo de defender tus derechos. Grecia sabía que el socio de la firma no tenía motivos para despedirla, especialmente porque era una abogada de alto rendimiento. Decidió demandar y ganó, demostrando que cuando uno defiende sus derechos, pueden salir cosas buenas.
  • La edad no debe ser un obstáculo para perseguir la pasión. Grecia tenía 68 años, pero seguía siendo una abogada perspicaz y querida por sus clientes. Se negó a jubilarse, sabiendo que todavía era capaz de ganar casos y representar a clientes en los tribunales, incluida ella misma.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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