Mamá es echada de casa con su bebé por la suegra: la ve rebuscando en la basura años después - Historia del día
Una mujer controladora echa a su nuera de casa junto a su hijo recién nacido, para encontrarse años después en unas condiciones lamentables.
Aby y Jonathan llevaban tres años casados cuando dieron la bienvenida a su hijo, Tomás. Vivían con la madre de Jonathan, la Sra. Norma, que no era la peor persona, pero tampoco la mejor.
El problema de la Sra. Norma era que quería tener el control total de todo, especialmente de la vida de Jonathan. Para su suerte, siempre tuvo éxito, ya que Jonathan era un "niño de mamá" que nunca le llevaba la contraria.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar cuando Aby entró en la vida de Jonathan. Él empezó a dedicarle más atención a su pareja, lo que hizo pensar a la señora Norma que Aby lo estaba alejando de ella.
Finalmente, Aby tuvo la impresión de que la señora Norma la despreciaba, por lo que aconsejó a Jonathan que se mudaran. Pero él se negó cortésmente, diciendo: "¡Oh, cariño, vamos! ¡Ya sabes cómo es mamá! Puede parecer dura por fuera, pero es dócil por dentro. Te adora tanto como a mí".
Pero Aby sabía que ese no era el caso, y sus peores temores se hicieron realidad un día...
"¡SAL DE MI CASA CON ESE BEBÉ!", le gritó la señora Norma a Aby cuando ella y Jonathan regresaron del hospital tras el nacimiento de Tomás. Ni siquiera fue al hospital para el parto de Aby porque la despreciaba. Y una vez que su nuera estuvo en casa, se le ocurrió un brillante plan para deshacerse de ella.
"Sra. Norma, ¿qué pasa?", Aby la miró fijamente, desconcertada. No entendía por qué la mujer le decía algo así.
"¿Qué me pasa?", replicó ella. "¡Ese niño no es de mi hijo! No se parece en nada a mi Jonathan!", mintió, gritando a todo pulmón.
"¡Sra. Norma!", le reclamó Aby, con los ojos llorosos. "¿Cómo puede decir una cosa así? Es su nieto... Jonathan", dijo, volviéndose hacia su marido. "¿Por qué no dices nada? Sabes que es...".
Antes de que Aby pudiera terminar, la señora Norma la cortó. "¡Deja de hechizar a mi hijo con esas lágrimas de cocodrilo que tienes! Ya has destrozado su vida. Recoge tus cosas y lárgate!", repitió y agarró el brazo de Jonathan, tirando de él.
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"Jonathan...", Aby lo miró incrédula por lo que ocurría, esperando que él reaccionara. Pero él no pronunció palabra. En cambio, se puso al lado de su madre y bajó la cabeza avergonzado.
Aby no podía creer que Jonathan no confrontara a su madre, y que estuviera dispuesto a perder a su hijo.
Se dio cuenta de que lo que le estaba ocurriendo era probablemente lo peor a lo que se había enfrentado, pero luego pensó que probablemente sería mejor alejarse de esa toxicidad. Así que empacó sus pertenencias y dejó la casa de la señora Norma para ir a vivir con sus padres.
Pasaron varios años y Aby crio a Tomás sola. Afortunadamente, también se curó del dolor por el fin de su relación tóxica con Jonathan y le pidió el divorcio.
Unos años después, volvió a encontrar el amor cuando se cruzó con un hombre llamado Edward, en la escuela de Tomás. Era viudo y tenía una hija, Carolina. Él y Aby se enamoraron y se casaron.
Aby sintió que su vida estaba completa tras hallar a Edward. Tenía una familia maravillosa, un excelente trabajo, dos hermosos hijos y un marido devoto. Nunca volvió a pensar en su horrible matrimonio con Jonathan hasta que un día ocurrió algo inesperado.
Luego de dejar a Carolina y Tomás en el colegio, Aby se dirigía al trabajo cuando vio a una anciana buscando comida en un contenedor.
"¡Dios mío!", suspiró al detenerse y mirar a la mujer. "¿Qué le habrá pasado para tener que comer de un contenedor?".
Aby buscó dinero en su bolso y salió del auto para ofrecérselo a la mujer. Pero al acercarse, algo que vio en la dama la hizo detenerse.
Reconoció el abrigo de la indigente e inmediatamente se detuvo en medio de la calle hasta que un auto hizo sonar el claxon, interrumpiendo sus pensamientos. Cuando la mujer se giró para mirarla, las sospechas de Aby se confirmaron.
"¡Santo Dios! ¿Sra. Norma?", susurró incrédula al ver a su exsuegra en tan terrible estado. "Señora Norma, ¿qué le ha pasado? ¿Qué está haciendo aquí?", preguntó preocupada mientras corría hacia ella.
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Con lágrimas en los ojos, la mujer la miró fijamente. "¿Aby? Perdóname por lo que hice, cariño", suplicó, rompiendo a llorar. "¡Por favor, perdóname! Me muero de hambre. No he comido en días". Cayó a los pies de Aby y no dejó de llorar.
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A Aby nunca le había gustado la señora Norma, pero no era tan despiadada como para dejarla en la calle en ese estado. Así que se tomó un día libre en el trabajo y la llevó a un restaurante.
Mientras la señora Norma terminaba de comer, Aby le preguntó amablemente: "Señora Norma, ¿cómo ha acabado así? ¿Dónde está Jonathan?".
"Todo lo que puedo decir es que pagué por mis pecados, cariño", suspiró ella, con los ojos llorosos. "Perdí todo lo que tenía. Mi Jonathan ya no está conmigo. Me dejó sola, y me sentí tan miserable después de eso".
La señora Norma no dejaba de llorar mientras revelaba que Jonathan volvía un día a casa del trabajo cuando fue atacado y robado por unos vándalos. Intentó defenderse, pero finalmente sucumbió a las heridas y murió antes de llegar al hospital.
Tras el terrible incidente, la Sra. Norma casi perdió la cabeza. Todas las noches, se sentaba durante horas en la cama de su hijo, agarrando sus cosas y llorando. No quería hacer nada ni relacionarse con nadie. Al final, renunció a su vida y empezó a vagar por las calles.
"Todavía tengo la casa, pero está tan vacía sin él. Cuando vuelvo a ella, me da pena. No quiero estar allí. Quiero huir de todos los malos recuerdos... Todas las cosas malas que te hice, oh, me arrepiento tanto de ellas. ¿Me perdonas, por favor? Te lo ruego", suplicó, temblando.
Al ver la terrible situación de la señora Norma, Aby supo que la mujer ya había pagado por sus malas acciones, así que decidió dejar atrás el pasado y perdonarla.
"Está bien, señora Norma", dijo. "No tengo nada contra usted ni contra Jonathan. De hecho, me alegro de haber seguido adelante con mi vida porque ahora tengo un esposo y dos hijos maravillosos".
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La señora Norma se sorprendió. "¿Te has vuelto a casar?".
"¡Sí! Y soy muy feliz con mi vida ahora", respondió Aby, sonriendo.
Tras el encuentro con su exsuegra, Aby empezó a visitarla a menudo en su casa y a ayudarla con las tareas domésticas de vez en cuando.
También le contó todo a Edward lo sucedido, y él se mostró muy comprensivo y solidario. Dejando atrás el horrible pasado, ahora invitan a menudo a la señora Norma a su casa y pasan tiempo con ella para que no se sienta sola.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Un día todo el mundo paga por sus malas acciones: La señora Norma arruinó la relación de Aby y Jonathan y pagó el precio por ello cuando se quedó sola.
- A veces debemos superar pruebas difíciles para obtener una recompensa: Aunque el divorcio de Aby con Jonathan fue una experiencia devastadora, al final valió la pena y resultó en una vida mucho más feliz para ella y Tomás.
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