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Mujer sentada en un banco | Fuente: Shutterstock
Mujer sentada en un banco | Fuente: Shutterstock

Esposa se entera de que su marido, que nunca quiso tener hijos, tiene otra mujer y 5 hijos - Historia del día

Mayra Pérez
02 jun 2022
22:00

El sueño de Margarita siempre fue convertirse en madre, pero su esposo se negaba. Más adelante, ella descubre que él tiene otra familia y es padre de cinco hijos.

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Margarita era una mujer felizmente casada de 43 años. Amaba mucho a su esposo Alex, pero una parte de ella sentía que faltaba algo en su vida. Siempre había tenido la ilusión de convertirse en madre y su sueño no se había cristalizado.

Su marido no había querido tener hijos. “Sería mejor para nosotros no tener hijos. De todos modos, dejan a sus padres solos cuando son mayores”, le decía.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Alex le había prometido a Margarita una vida llena de amor, seguridad y aventuras. Se irían de vacaciones de lujo y viajarían por el mundo cada vez que tuvieran la oportunidad.

Sin embargo, pasaron los años y terminaron siendo promesas vacías. Alex estaba constantemente en viajes de negocios y solo pasaba dos o tres días en casa cada semana.

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“¡Es por nuestro futuro!”, le decía cada vez que ella se quejaba de que no pasaban tiempo juntos. “Cuando me jubile, disfrutaremos de los frutos de mi trabajo y viajaremos por todo el mundo”.

Margarita confiaba ciegamente en él. Soñaba despierta con todos los lugares a los que viajaría, y las aventuras que disfrutarían juntos. Mientras tanto, intentaba mantenerse ocupada entre sus clases de yoga, la cocina e inclusive la televisión, pero se sentía muy sola.

En un feriado nacional, Margarita se encontró sin nada que hacer. Los estudios estaban cerrados y la televisión solo tenía repeticiones, así que optó por limpiar su habitación. Reorganizó los muebles, dobló su ropa cuidadosamente y pasó la aspiradora.

Finalmente, decidió limpiar el armario de Alex. Sacó toda su ropa y para su sorpresa, vio un maletín escondido detrás del desorden. Decidió averiguar qué había adentro. Llamó su atención un gran sobre amarillo.

En su interior encontró cinco certificados de nacimiento. Pertenecían a tres niñas y dos niños que compartían el apellido “Jerez”, que también era su apellido de casada.

El corazón de Margarita comenzó a latir con fuerza y ​​sus manos comenzaron a temblar. No podía entender lo que estaba pasando, así que leyó los certificados de nacimiento.

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Se horrorizó al ver que el nombre escrito debajo de “padre” no era otro que Alexander Jerez, su esposo. “¡No!…”, se dijo a sí misma, sin poder evitar que sus lágrimas cayeran.

De repente, Margarita tuvo el presentimiento de que Alex no había estado en viajes de negocios todo el tiempo, sino que había estado con su otra familia. Y probablemente, allí estaría ese día.

Sollozando, Margarita devolvió los documentos al maletín y lo volvió a esconder donde lo había encontrado. Lloró mientras doblaba toda la ropa de su esposo; estaba cayendo en la cuenta de que su vida había sido una mentira.

“Él no quería tener hijos conmigo porque ya tenía cinco”, se dijo. “¿Y ahora qué hago?”. La pregunta permaneció en la mente de Margarita todo el día.

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Cuando su esposo regresó a casa, Margarita hizo todo lo posible por actuar con calma y fingir que nada estaba pasando. Le preparó el desayuno antes de salir de casa y le dijo que volvería después de su sesión de yoga.

Pero en lugar de ir al estudio, Margarita se dirigió directamente a la dirección de los certificados. Tocó el timbre y una mujer menuda de cabello claro y mirada penetrante abrió la puerta. “¿Puedo ayudarte?”, preguntó la mujer.

“Hola, soy Margarita, la hermana de Alex. Hace tiempo que quería conocer a su esposa, así que decidí pasarme mientras visitaba la ciudad”, le dijo. La mujer parecía confundida.

“¡No! Alex y yo no estamos casados, y él nunca me dijo que tenía una hermana”, dijo la mujer. Después de una breve pausa, decidió dejar entrar a Margarita. “Pero la familia de Alex es nuestra familia. Soy Lucy. Por favor, pasa”, dijo.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Margarita entró en la casa y sintió que le flaqueaban las rodillas. Había fotografías de Alex con sus hijos colgadas en una pared y algunas con Lucy, donde parecían la perfecta familia feliz.

“Estas son fotos preciosas”, dijo, con la voz quebrada. “¿Por qué ustedes dos no están casados?”.

Lucy se encogió de hombros. “Bueno, me ha estado prometiendo matrimonio durante 14 años, pero lo ha estado posponiendo. Dijo que no había ninguna razón para casarnos, porque igual estamos juntos y nos amamos”.

“Sin embargo, me propuso matrimonio nuevamente este año y estamos planeando celebrar nuestra boda en seis meses”, reveló.

Margarita sintió que se le oprimía el pecho. “Ha estado con ella durante 14 años. Me ha estado engañando durante 14 años. Planea casarse con ella. ¿Cuándo me iba a pedir el divorcio?”, pensó.

De pronto, todo se aclaró en su mente. Los reclamos de Margarita por la herencia de sus abuelos saldrían en cinco meses. Estaba esperando que llegara el acuerdo antes de solicitar el divorcio para poder obtener parte de ese dinero.

“¡Soy tan tonta!”, pensó Margarita. Sus rodillas temblaban de nuevo, lo que hizo que se sentara.

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“Tal vez es casado y no te lo dijo. Por eso no se ha casado contigo”, dijo Margarita, fingiendo que hacía una broma.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Lucy se rio. “Oh, no. Definitivamente, yo sabría si él estuviera casado”.

Hubo un breve silencio entre las dos mujeres. Margarita decidió sincerarse. “La verdad, Lucy, soy la esposa de Alex. Hemos estado casados ​​durante 16 años”, reveló, mostrando el anillo de diamantes en su dedo.

Lucy estaba incrédula. “¡Eso es imposible!”, dijo. “Tenemos cinco hijos. ¿Cómo podría estar casado con otra mujer?”.

“Estoy tan estupefacta como tú. No puedo creer que no haya tenido ni idea todos estos años. Él hace viajes de negocios semanales y nunca se me ocurrió que era una mentira”, explicó Margarita.

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Lucy comenzó a llorar. “Es lo mismo que me dice a mí, que tiene un viaje de negocios. ¡No puedo creer que me haya engañado!”.

Ambas mujeres estaban desconsoladas. Margarita reveló que solicitaría el divorcio y que así, Lucy podría casarse con él. Ella se negó.

“No quiero que mis hijos sean criados por un hombre que vive una vida doble. Yo también lo dejaré”, concluyó Lucy.

Cuando Margarita llegó a casa ese día, sentó a Alex en la mesa y le dijo que quería el divorcio. Le entregó los papeles que había conseguido en la oficina de su abogado, y él la miró incrédulo.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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“Cariño, ¿qué pasa? Estábamos bien esta mañana. ¿Por qué quieres solicitar el divorcio? Hablemos de esto”, suplicó, pero ella no cedió.

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“Firma los papeles, por favor”, le dijo. Alex leyó los papeles y sus ojos se abrieron cuando vio que no obtendría nada de la herencia que recibiría su esposa muy pronto.

“¿No deberíamos dividir nuestros bienes al cincuenta por ciento? ¿Por qué no es así?”, preguntó, olvidando de repente su súplica por no querer divorciarse.

“Alex, sé toda la verdad sobre tu doble vida. Si no quieres terminar sin nada dentro de tu cuenta bancaria, firma los papeles, haz las maletas y vete”, dijo Margarita, aparentando una fortaleza que no sentía.

Alex suspiró. Su mentira había sido descubierta. Firmó los papeles y se los devolvió. “Será como tú quieras”.

Después, hizo las maletas y se fue. Margarita lloró mucho al ver su armario vacío. Él condujo hasta la casa de Lucy, fingiendo que acababa de volver a casa de su viaje de negocios.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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“Lucy, cariño, ¿por qué mis cosas están afuera?”, preguntó tan pronto como llegó a la puerta principal.

“No hay lugar aquí para un hombre mentiroso y deshonesto. No me mereces, y no mereces estar en la vida de los niños”, le dijo Lucy a través de la puerta.

“¡Lucy, no! Hablemos de esto, por favor. ¡Nunca amé a Margarita! ¡Siempre te he amado a ti! Iba a dejarla, pero quería esperar hasta que pudiera obtener el dinero que recibirá en unos meses. ¡Te lo iba a dar todo!”, dijo desesperado.

Lucy se negó a escuchar. Alex se quedó sin hogar y durante algún tiempo tuvo que dormir en su automóvil en el estacionamiento de su oficina.

A Margarita le costó mucho superar lo ocurrido. Sentía que había dejado sus sueños de lado por el amor a su esposo y ahora no sabía cómo seguir adelante.

Ella y Lucy se hicieron buenas amigas y se apoyaron mutuamente en el duro proceso que les tocó vivir. Los niños aceptaron rápidamente a Margarita en sus vidas y para ella fue maravilloso pasar el tiempo con ellos y sentirse envuelta en su amor.

Después de un año, Margarita se volvió a enamorar. Conoció a un soltero en el estudio de yoga que se acababa de mudar a la ciudad y la conexión entre ambos fue inmediata.

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A los 44 años, quedó embarazada y dio a luz a una niña saludable que trajo a su vida toda la felicidad que había soñado y ansiado.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Las mentiras suelen ser difíciles de mantener en el tiempo. Alex pensaba que podría mantener su doble vida por el tiempo que lo necesitara para obtener lo que quería. Sin embargo, al final, Margarita y Lucy descubrieron la verdad.
  • Nunca es tarde para volver a empezar. A su edad, Margarita dudaba que encontraría el amor de nuevo, o que pudiera formar la familia que soñaba. Sin embargo, conoció a alguien que realmente la amaba, y los dos se convirtieron en padres orgullosos de una preciosa niña.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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