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Niño gasta todo su dinero en flores para mamá tras su divorcio: halla $1000 en el buzón al día siguiente - Historia del día

Mayra Pérez
19 ago 2022
12:40

Un niño gastó el dinero que tanto le había costado ahorrar para comprarle a su madre sus flores favoritas después del divorcio. Al día siguiente, se sorprendió al encontrar $1000 con una nota desgarradora en su buzón.

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Henry era un niño de 8 años que vivía feliz con sus padres, Joaquín y Erika. No tenían una casa grande, pero cada rincón de su pequeño hogar estaba lleno de amor y calidez. Era lo que él necesitaba para convertirse en un joven responsable.

Pero surgieron problemas cuando escuchó a su padre gritarle a su madre a puerta cerrada un día. Un poco más tarde, Erika estaba llorando en el sofá mientras Henry miraba a su padre salir con su maleta.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

“Te enviaré los papeles del divorcio pronto. Este matrimonio terminó”, fueron las últimas palabras que el pequeño escuchó gritar a su padre mientras azotaba la puerta principal.

Los padres de Henry se habían enamorado en la universidad y se casaron después de graduarse. Los problemas surgieron cuando Erika descubrió que Joaquín la engañaba con su colega.

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En los últimos seis meses, Henry había escuchado a sus padres tener fuertes altercados a puerta cerrada. Si bien asumió que eran simples discusiones entre adultos, el anuncio de divorcio lo destrozó.

A eso se había sumado descubrir el poco dinero que tenía en su alcancía: “¿Cómo voy a ahorrar para mi nuevo teléfono?”, se preguntó. “Papá se fue... Solía ​​darme dinero, y ahora nos dejó”.

Henry soñaba con tener un teléfono nuevo. Sus padres le habían dicho que era demasiado pequeño para tener uno, pero él los convenció con el argumento de que todos sus amigos tenían uno.

Después de mucho pensarlo, su papá estuvo de acuerdo, pero con la condición de que trabajara para lograrlo. Cada vez que Henry recogía el correo o tiraba basura, recibía $1. Ahora no tendría ese ingreso.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

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Eso entristecía a Henry, pero ahora estaba más preocupado por su madre. No podía soportar verla devastada y llorando todo el tiempo. Así que decidió sorprenderla y se acercó a su alcancía con un martillo.

Henry se aseguró de que su madre no estuviera cerca porque no quería que ella sospechara lo que él planeaba. Rompió la alcancía y reunió sus ahorros.

“¿A dónde vas, cariño?”, escuchó decir a su madre. Henry rápidamente escondió el dinero en su bolsillo y evadió la verdad: “A jugar con mis amigos”.

Erika le creyó y lo dejó salir. El niño corrió a una floristería cercana. Admiró todas las flores allí y quedó encantado con un ramo de rosas rosadas.

“¿Te gusta este ramo?”, preguntó la señorita Daisy.

“Sí, a mamá le encantan las rosas... Estas la harían sonreír... después de mucho tiempo”.

La florista no pudo pasar por alto las tristes palabras del niño.

“¿Por qué dices que estas flores harían sonreír a tu madre después de tanto tiempo?”, preguntó con curiosidad y se conmovió hasta las lágrimas después de escuchar la ingenua respuesta del pequeño Henry.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Mi papá y mi mamá se divorciaron. Ella siempre está llorando y preocupada”, dijo el niño. “Ella ama las rosas y quiero que sea feliz... no triste y llorando todo el tiempo”.

Las palabras de Henry afectaron a la señorita Daisy. Él puso sobre el mostrador varias monedas y un billete arrugado.

“Solo tengo $30, pero dice $70... no tengo tanto dinero. Había ahorrado esto para comprar un teléfono nuevo, pero me gustaría llevarme estas flores”, dijo decepcionado.

La señorita Daisy sabía que dar un ramo por un precio menor afectaría su facturación diaria. Pero no tuvo corazón para dejar ir al pequeño con las manos vacías.

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“¡Muy bien! Tomaré tus $30 y aquí tienes”, dijo, entregándole el ramo a Henry. “¡Por favor, visítame de nuevo y cuéntame cómo se sintió tu mamá después de recibir estas flores!”.

“¡Así lo haré!”, gritó de alegría y corrió a casa con el ramo.

El niño volvió a casa y encontró a su mamá dormida en el sofá. Sabía que era el momento adecuado para revelar su sorpresa. Esperó en un rincón para ver su reacción cuando se despertara con el dulce aroma de las rosas rosadas cerca de ella.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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“¡Oh, Dios mío! ¿De dónde vienen estas rosas?”, exclamó Erika asombrada al ver el ramo con una tarjeta de Henry. Se echó a llorar después de leer su conmovedor mensaje.

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“Mamá, por favor no llores. Quiero que seas feliz. Si papá no está con nosotros, yo cuidaré de ti. Te amo, mami”.

Erika corrió hacia su hijo y lo abrazó. Derramó lágrimas de alegría y prometió que se recuperaría y no lloraría más. Henry estaba encantado de ver a su madre sonreír de nuevo.

Al día siguiente, se dirigía a compartir las buenas noticias con la señorita Daisy, cuando un sobre en el buzón llamó su atención. Curioso, lo recogió, y quedó en estado de shock después de sacar su contenido.

“¡¿MAMÁ?! Mira lo que encontré en nuestro buzón... ¡Mamá! Ven rápido”, gritó.

Erika no podía creer lo que veía. Había un billete de $20 arrugado, algunas monedas y $1000 escondidos en el sobre con una nota:

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Quiero que tú y tu madre sonrían y sean felices. Este es mi pequeño regalo porque desearía tener un nieto amoroso como tú.

Con amor, la florista de tu vecindario, Daisy”.

Erika y Henry se conmovieron hasta las lágrimas. Se encontraron con la amable florista y le agradecieron su gesto conmovedor.

“Por favor, no me agradezcas. Lo que hice no es nada comparado con el cálido corazón y la compasión de tu pequeño. ¡Deberías estar orgullosa de ser su madre!”, dijo la señorita Daisy. “Deberías intentar recuperarte por el bien de tu hijo y superar tu pasado, querida”.

“Tiene razón, señorita Daisy. Debo recuperarme y seguir adelante, por el bien de mi hijo y de la familia”, dijo Erika, secándose las lágrimas de alegría.

Erika compró un nuevo teléfono y una alcancía para su hijo. Decidió volver al trabajo y seguir con su vida en lugar de culparse a sí misma por su divorcio.

Desde ese día, Henry nunca más vio a su madre hundida en la tristeza. Además, se hicieron buenos amigos de la señorita Daisy y, a menudo, la invitaban a compartir a su hogar a compartir buenos ratos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

Muestra a tus padres cuánto los amas y respetas. Henry solo tenía 8 años, pero se dio cuenta de que su madre estaba destrozada después de su divorcio. Usó su dinero para comprarle flores y hacerla sonreír.

Un pequeño acto de bondad puede tener un impacto significativo en la vida de alguien. Conmovida por el amor de Henry por su madre, la señorita Daisy le devolvió el dinero que pagó por las flores y le regaló mil dólares. También le aconsejó a Erika que se esforzara por recuperarse y siguiera adelante con su vida, por el bien del niño.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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