Hombre adopta gemelos con síndrome de Down y se entera de que serán millonarios cuando cumplan 18 años - Historia del día

Dos hermanos con síndrome de Down reciben una inesperada ganancia millonaria de su difunta madre cuando cumplieron 18 años. Los chicos planean una emotiva sorpresa para su padre adoptivo, que los acogió cuando todos los demás les dieron la espalda.

Nicole y su marido, Joshua, se preguntaban a menudo cómo sería la vida con un hijo. La pareja había celebrado su décimo aniversario de boda y estaba deseando brindar por cien más. Pero se sentían tristes cada vez que la gente les preguntaba por qué no tenían hijos.

"Cariño, no es culpa tuya", le decía Nicole a Joshua, que se culpaba constantemente de su incapacidad para tener hijos. Era infértil.

Un día, Nicole decidió que había llegado el momento de retomar el tema de la adopción.

"Creo que es hora de que lo intentemos", le dijo a Joshua. "Podemos adoptar un bebé. Estoy segura de que los hogares de acogida nos ayudarán".

Joshua lo pensó mucho y finalmente decidió que ella tenía razón.

La pareja planeó ir a un hogar de acogida una semana después. Pero sus planes cambiaron cuando se enteraron de la repentina muerte de su vecina Beatriz. Era una madre viuda de dos niños con síndrome de Down que vivía en la casa de al lado.

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"Considero que deberíamos hacer algo al respecto. Me siento mal por esos niños. Nadie quiere adoptarlos. La gente solo está preocupada por su síndrome de Down. Nadie ve lo adorables que son. ¿Por qué no los llevamos a casa?", dijo Joshua.

Aunque a Nicole también la apenaba la situación, no estaba segura de ser la madre de los gemelos de 7 años. Ella quería traer un bebé a casa, así que adoptar a Hernán y David estaba descartado.

La codicia genera desprecio y destruye las relaciones.

"Estoy seguro de que serán maravillosos. Vamos, cariño… Siempre me has dicho lo adorables que son los hijos de Beatriz", expresó Joshua, y unos días después, estaba preparando el papeleo de adopción de Hernán y David.

A pesar de conocer los recelos de Nicole, Joshua completó los trámites y llevó a los niños a casa unos meses después, sin saber que al día siguiente les esperaba una llamada sorpresa. Era el abogado de Beatriz, con información sobre su testamento.

Joshua se reunió con el abogado y se enteró de que Beatriz, que había estado preparando su muerte tras enterarse de su enfermedad terminal, había dejado una herencia para Hernán y David.

En su testamento, mencionaba explícitamente que sus hijos heredarían sus bienes después de cumplir los 18 años, pero sus padres adoptivos podrían utilizar el dinero antes si lo deseaban tras llegar a un acuerdo mutuo.

Joshua quedó sorprendido porque no tenía idea de que Beatriz fuera tan rica. Vivía en una casa pequeña y nunca hablaba de su patrimonio con nadie. Resultó que el dinero que había dejado para sus hijos era la herencia de su difunto marido, que también había muerto de cáncer.

Aunque parecía un ofrecimiento que le cambiaría la vida, el dinero era secundario respecto a la alegría que los gemelos traían a su vida. Amaba de verdad a los niños y quería ser su padre, independientemente de que vinieran con dinero o no. ¿Pero Nicole sentía lo mismo?

Joshua permaneció indiferente ante la noticia, pero los ojos de Nicole brillaron de codicia en cuanto le habló del testamento. Llovía dinero en su mente mientras soñaba con gastar la herencia de los chicos en costosas vacaciones y compras.

"Usemos el dinero en la compra de una casa… y luego podríamos irnos de vacaciones a Hawái", sugirió Nicole. "Podemos dejar a los chicos con una niñera. Contrataremos una. Después de todo, seremos ricos. ¿Qué te parece, cariño?".

Al principio, Joshua pensó que Nicole no hablaba en serio. Pero cada día, ella lo regañaba para que reclamara la herencia. Como principales custodios de los niños, Joshua y Nicole recibieron los derechos exclusivos para administrar su patrimonio hasta que cumplieran los 18 años.

Día tras día, la codicia de Nicole alcanzaba nuevas cotas. Pero aunque quisiera, no podía hacer nada más allá de la desaprobación de Joshua. No podía reclamar el dinero sin su mutuo acuerdo y firma. Nicole incluso lo acorraló emocionalmente, diciéndole cómo ese dinero cambiaría sus vidas, pero eso no le importaba a Joshua. Él quería ser el padre de Hernán y David, no aprovecharse de su inocencia.

Pasaron varias semanas, pero Nicole no cesaba en sus frecuentes demandas de dinero. La gota que colmó el vaso fue cuando amenazó a Joshua con el divorcio.

Una semana después, él le entregó los papeles del divorcio, diciendo: "Tú te lo has buscado. Quiero criar a mis hijos, y si sigues viéndolos como cuentas bancarias, puedes salir de nuestras vidas".

Esto acabó con todo. La pareja se divorció poco después, y a Joshua se le concedió la custodia completa de Hernán y David. Trabajó muy duro para criar a sus hijos, alternando dos trabajos y haciendo horas extras. Hizo todo lo posible para que sus hijos fueran felices y, a pesar de sus luchas, nunca tomó un centavo de su patrimonio.

El día que cumplieron 18 años, Joshua les habló a los gemelos de su herencia. Estaba bromeando sobre sus planes con el dinero cuando Nicole apareció inesperadamente en la fiesta. Ella había estado esperando a que los chicos cumplieran 18 años.

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"¡Feliz cumpleaños, queridos!", Nicole saludó a Hernán y a David. Los chicos sabían lo del divorcio. Saludaron a Nicole y no mostraron ningún resentimiento.

"Verán, hijos… he hecho mucho cuando ustedes dos eran pequeños. Eso fue antes de divorciarme de su padre", dijo, endulzando sus palabras. "Estoy segura de que no olvidarán a su mamá cuando reciban su herencia".

Joshua estaba furioso y trató de alejar a Nicole. Pero ella siguió hablando dulcemente con los gemelos, recordándoles lo buena que fue como madre adoptiva, lo cual los chicos sabían que era mentira.

"Estoy segura de que no enviarán a su mamá con las manos vacías. No estoy pidiendo millones, pero creo que aún me merezco una cuarta parte por cuidar de ustedes".

“Te escuché hablar por teléfono afuera. Siempre nos odiaste, y solo querías nuestro dinero. ¡Nunca nos quisiste!", dijo David.

David también había escuchado a Nicole diciéndole a alguien cómo odiaba ver a los chicos, y que sería un juego de niños mentirles y derretir sus corazones para que actuaran a su favor y le dieran el dinero.

"No vas a conseguir nada de nosotros. Nunca nos has amado. Eres tan codiciosa. Lo sentimos… pero no somos ciegos ni tontos", añadió Hernán.

Incapaz de soportar la humillación, Nicole salió furiosa de la casa. Mientras tanto, Hernán y David abrazaron a su padre y le ofrecieron una parte de su dinero.

"No lo aceptaré. Ese fue el último regalo de su madre para ustedes. Deberían quedárselo todo", comentó.

Hernán y David sabían que sería difícil convencer a su padre. Así que unas semanas después, lo llevaron a una gran mansión y le dijeron: "Papá, sabemos que nunca tomarás nuestro dinero. Pero a pesar de todos los esfuerzos que has hecho, creemos que es hora de que te jubiles y descanses en nuestra nueva casa".

Joshua no pudo negarse. Se sintió emocionalmente acorralado y derramó lágrimas de alegría. Abrazó a sus hijos cuando entraron en su gran y lujosa mansión.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• La codicia genera desprecio y destruye las relaciones: Nicole presionaba constantemente a Joshua para que se quedara con el dinero que pertenecía a Hernán y David, hasta el punto de amenazarle con el divorcio. Acabó separándose de su marido por su codicia por un dinero que no le pertenecía.
• Haz el bien a los demás, se te lo devolverán multiplicado por diez: Joshua amó incondicionalmente a sus hijos adoptivos y, a cambio, ellos le recompensaron con el mismo amor y una mansión.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.