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Mujer embarazada sentada en la via por donde pasa un camión | Foto: Shutterstock
Mujer embarazada sentada en la via por donde pasa un camión | Foto: Shutterstock

Viejo camionero salva a una parturienta en la calle: "Nunca olvidarás mi recompensa", dice ella - Historia del día

Mayra Pérez
05 ene 2023
16:55

Cuando un anciano camionero se encuentra en la vía con una mujer en trabajo de parto, piensa en su nieto indefenso y corre a ayudarla. No imagina que la gratitud de ella cambiará su vida.

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El abuelo de Arturo: ese era Frank. Así lo conocían todos en su vecindario; prácticamente nadie lo llamaba por su nombre. Pero ahora estaba a punto de perderlo.

Todo comenzó luego de que su único hijo y su nuera tuvieran un fatal accidente, algunos meses atrás. La noticia fue devastadora para Frank, pero la perspectiva de perder la custodia de su nieto debido a su incapacidad para mantenerlo fue lo peor.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Las cosas cambiaron cuando se dio cuenta de que tenía dos opciones: sentarse a llorar o luchar por la custodia de su nieto. Frank eligió lo último, a pesar de que sabía que no sería sencillo.

Él trabajaba como conductor de un camión de carnes frías, pero el pago no era suficiente para mantener a su nieto. Sin embargo, solicitó la custodia de Arturo y dio lo mejor de sí para salvarlo de ir a un refugio.

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“Me temo que no podré ayudarlo, señor. No cumple con los requisitos del estado para criar a su nieto en lo que respecta a sus finanzas”, dijo el juez Hurtado, quien estuvo a cargo del caso.

Frank no podía sacarse esas palabras de la mente. Su vida no tendría sentido si Arturo no estaba con él, por lo que comenzó a hacer turnos adicionales en la empresa. Necesitaba dinero para demostrar que podía hacerse cargo del niño.

Una mañana, Frank conducía su camión de reparto por un nuevo vecindario cuando vio a una mujer en medio de la calle. Se detuvo a un lado de la vía y corrió hacia ella, solo para descubrir que estaba en trabajo de parto.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“¡Dios mío! ¡Tenemos que ir a un hospital! ¡Un momento, señora!”. Frank se apresuró a su camioneta y marcó el número de emergencia desde su teléfono.

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“Una mujer está en trabajo de parto en la mitad de la vía. ¡Necesita ayuda de inmediato!”, gritó. “Es urgente”.

“Señora”, dijo, volviendo a la mujer. “La ayuda está en camino, ¡resista!”.

Pero la mujer estaba en un estado terrible; Frank se daba cuenta de eso. Si no llegaba al hospital a tiempo, su hijo estaría en peligro. En ese momento, recordó a su nieto y lo mucho que significaba para él, y decidió llevar a la mujer al hospital por su cuenta.

“Señora”, dijo suavemente. “Me temo que no podemos esperar. Si me permite, puedo llevarla al hospital”.

La mujer, gimiendo de dolor, asintió. “Se lo agradecería muchísimo, señor”, dijo sin aliento.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Está bien. ¡Voy a intentar levantarla para que caminemos juntos hasta el camión!”, dijo Frank. Pero el asiento estaba demasiado alto y a la mujer le resultó imposible subirse a él. Desbordado por las emociones, el hombre rezó con fervor.

Minutos después, se escuchó la sirena de la ambulancia y Frank corrió hacia la carretera, agitando los brazos. Dos paramédicos se bajaron y llevaron a la mujer al hospital.

Decidió montarse en su camión y acompañarla. Le envió un mensaje de texto a su jefe, diciéndole que tenía una emergencia y le pidió a un compañero que se hiciera cargo de sus entregas.

En el hospital, esperaba que la mujer y el bebé estuvieran a salvo. Recordó el momento en que su nuera estuvo de parto. Todos estaban preocupados hasta que escucharon el llanto del pequeño Arturo.

“Señor”, oró entre lágrimas. “¡Ayuda a la mujer y a su hijo! Por favor, quédate a su lado. Que todo salga bien”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Afortunadamente, las oraciones de Frank fueron escuchadas. La mujer dio a luz a una niña sana. Gracias a sus rápidas acciones, llegaron al hospital a tiempo para evitar un trágico desenlace.

Cuando la trasladaron a una habitación, Frank la visitó. Ella estaba llorando y le agradeció por lo que había hecho para ayudarla.

“¡Gracias, señor!”, le dijo la mujer. “No sé qué habría hecho sin su ayuda. Gracias por pagar la ambulancia también. Por favor, necesito sus datos para hacerle un reembolso”.

“Está bien, pero por favor, no se preocupe por eso en este momento”, dijo Frank cortésmente. “Tengo un nieto. Solo tiene 6 años. Es mi mundo, y todo lo hice pensando en él”.

“Por cierto, soy Frank. Y estoy feliz por haber ayudado a que este dulce angelito llegara al mundo”, dijo, mirando con dulzura a la bebé dormida.

La mujer sonrió. “Soy Alicia. Mi esposo quiere que la niña se llame Rosalba. Él trabaja en el extranjero, por lo que no nos vemos a menudo. Yo iba caminando a casa de mi hermana, a un par de cuadras, cuando comenzó el parto. Una enfermera ya le avisó y debe llegar pronto”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Me alegra escuchar eso”, afirmó Frank. “A veces, la familia es todo lo que se necesita. ¡Es el tesoro más valioso!”, agregó al borde de las lágrimas.

“Frank”, dijo suavemente. “¿Está bien?”.

Frank negó con la cabeza. “No… Perdí a mi familia hace unos meses, y ahora solo somos mi nieto y yo y no sé qué hacer. Podría perder su custodia porque no tengo cómo mantenerlo. ¡Todo ha sido muy difícil!”.

“Eso es horrible. Frank, ¿hay algo que pueda hacer?”.

“No lo creo, pero gracias. Siento haberla molestado con mis problemas. Debería irme. Tengo que llegar a casa a tiempo”.

Salió de la habitación y Alicia se sintió terrible por él. “¡Nunca olvidarás mi recompensa! Te lo prometo, Frank”, se dijo a sí misma. “¡Te devolveré el favor!”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Frank no tenía idea de lo que Alicia estaba a punto de hacer y cómo cambiaría su vida. Al día siguiente, estaba por irse al trabajo cuando llegó un mensaje a su teléfono. Se puso los anteojos para leer, y quedó totalmente impactado.

“¡Esto es increíble! ¿De dónde salió todo este dinero?”, se preguntó.

En la cuenta de Frank habían acreditado tanto dinero que no tendría que preocuparse por el resto de su vida, ni por la educación de Arturo. “Tiene que ser un error”, pensó. Se apresuró al banco para preguntar sobre el misterioso depósito.

“Esa transferencia se ha hecho a su cuenta, señor. ¡No hay error!”, le aseguró el empleado del banco.

“¿Pero quién hizo esta transferencia?”, quiso saber. Fue entonces cuando su teléfono sonó con otro mensaje. Esta vez, era de Alicia.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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El mensaje decía:

“Gracias por dejar tus datos con la recepcionista. La amabilidad es lo que nos ayuda a sobrevivir en este mundo loco, Frank. Ningún dinero podría compensar lo que hiciste por mí, pero espero que te permita obtener la custodia de tu nieto. Nos salvaste a mi hija y a mí y siempre te estaré agradecida.

Con amor, Alicia”.

Frank lloró ante la increíble generosidad de Alicia. Ella le acababa de dar una razón para ser feliz de nuevo. Gracias a ella, podría recuperar la custodia de su nieto.

Hoy en día todavía conduce el camión, pero ahora lo hace por el placer de trabajar y mantenerse activo; sabe que nadie lo separará de su nieto. Y lo único que puede pedir es una larga vida para verlo crecer y convertirse en un hombre de bien.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Recoges lo que siembras: Frank ayudó a Alicia sin esperar nada a cambio, pero esa amabilidad volvió a él en forma de la ayuda financiera que necesitaba para hacerse cargo de su nieto.
  • Siempre que puedas, ayuda a tu prójimo: La situación de Alicia era de alto riesgo, y Frank no dudo ni un momento en detener su vehículo y ayudarla. Gracias a eso, ella pudo llegar a tiempo al hospital y tener a su pequeña hija.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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