Mujer rica ve accidentalmente a su hijo merodeando en los contenedores de basura en vez de ir a la escuela - Historia del día
Una exitosa abogada toma un atajo a su oficina y accidentalmente ve a su hijo rebuscando en los basureros públicos. Lo que descubre a continuación la llena de arrepentimientos.
“¡¡Adiós, mamá!!”, se despidió Chris de su madre, Julia, cuando ella le lanzó un beso desde su auto y se fue al trabajo. Él desapareció entre la multitud de estudiantes que pasaban corriendo por la puerta de la escuela.
Pero apenas unos segundos después, se detuvo abruptamente. “¿Qué pasa, Chris? Vamos a llegar tarde. El timbre sonará en cualquier momento”, le dijo un compañero de clase.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
“Creo que me olvidé de traer mi tarea. Iré a casa y regresaré lo antes posible, ¿de acuerdo? Si alguien pregunta, no digas nada”.
Chris corrió hacia la puerta y verificó que su madre no estaba. “¡Bien! Mamá se ha ido a trabajar. ¡Ahora puedo ir a los contenedores de basura!”, se dijo. Se alejó sigilosamente de la escuela, pensando que su madre nunca se enteraría de lo que había estado haciendo toda la semana.
Julia estaba a medio camino de su oficina cuando se topó con un control de carretera.
“Lo siento, señora, no puede continuar. Este camino está bloqueado”, le dijo un trabajador.
“¿Qué pasó?”.
“Un árbol cayó al final de la calle. Así que los vehículos están siendo desviados”.
“¡¡Qué complicación!!”. Julia frunció el ceño. Su oficina estaba a diez minutos en automóvil, por lo que tomó un atajo a través de un área donde vivían los refugiados.
“¡Dios mío! Este camino está lleno de baches. ¡¡Espero que no se me pinche un neumático!!”.
Cuando Julia hizo un gesto para girar el volante, vio a un niño de unos 11 años rebuscando en un contenedor de basura. Tenía la ropa sucia y en ese momento estaba sacando una bolsa.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
De alguna manera, el chico le resultaba familiar a Julia, y eso la preocupó. Aguzó su mirada y se percató de que el niño que hurgaba en la basura era su hijo Chris.
“¿Qué está haciendo en el contenedor de basura?”, se preguntó indignada. Detuvo el auto y se bajó. “¿¿CHRIS? ¿¿Qué estás haciendo aquí??”, dijo enfurecida. Chris, sorprendido, se dio la vuelta y se congeló cuando vio a su madre enojada.
“Mamá, ¿qué estás haciendo aquí?”.
“¿Qué estoy haciendo aquí? ¡Debería ser yo quien te pregunte eso! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Y qué es esa bolsa sucia llena de basura que estás sosteniendo? ¿Y qué llevas puesto? ¿Dónde está tu uniforme?”.
Chris tragó saliva con miedo y se acercó a su madre para explicarle.
“¡No te me acerques! Apestas. Será mejor que tengas una buena explicación, o verás un lado diferente de mí”.
Chris se quedó sin palabras mientras su madre lo miraba fijamente a los ojos. Estaba furiosa. Su único hijo, al que había criado en la abundancia económica, estaba recogiendo basura de los contenedores.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock
Pero después, el niño se tragó sus miedos y confesó la verdad: “Mamá, ¿recuerdas a Sam, mi mejor amigo?”, empezó a explicar. “Te hablé de él la semana pasada por él, ¿recuerdas?”.
“No recuerdo. ¿Y qué hay de él?”.
“Bueno, él está ayudando a su madre, que está enferma. Este es su trabajo. Se gana la vida recogiendo y limpiando la basura de los basureros”.
“¿Y eso que tiene que ver contigo? ¿Por qué estás haciendo su trabajo?”. Julia temblaba de ira, y no estaba preparada para lo que estaba a punto de escuchar.
“Papá y tú siempre me enseñaron a ayudar a los demás cuando tengan problemas, ¿verdad? Eso es lo que hice”, dijo Chris.
“Sam no tiene padre, y su madre trabaja recogiendo la basura, pero se enfermó la semana pasada. Mi amigo faltó la escuela para ayudarla, y todos los niños comenzaron a burlarse de él”.
“Así que decidí apoyarlo y lo defendí ante todos. Él estaba haciendo algo bueno al ayudar a su mamá y haga lo que haga, no debería avergonzarse. También decidí ayudarlo”.
“No es su culpa que sea pobre y que su madre recoja basura para mantenerlos a él y a sus tres hermanos. Ustedes me enseñaron que ningún trabajo es grande o pequeño, sucio o limpio, ¿no es así, mamá?”.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash
Repentinamente, Julia tenía una mezcla de emociones. Ella y su esposo Lucas se habían divorciado recientemente, y ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para hacer feliz a su hijo. Así que verlo recogiendo basura en el camino fue difícil para ella.
“Pero hijo, hay muchas otras formas en las que podrías haber ayudado a tu amigo. Pienso que recoger basura no era la mejor manera”.
“Mamá, la semana pasada te pedí que los ayudaras, cuando estabas hablando con un cliente. Te pregunté si podías ayudar a mi amigo y su familia con un refugio, ¡y me dijiste que no!”.
Ese día, Chris vio a Sam llorando. Se enteró de que no podían pagar el alquiler del lugar en el que vivían. Así que le aseguró que su madre que no dudaría en ayudarlos.
“Cuando te negaste a ofrecerles refugio, no supe cómo enfrentar a mi amigo. Así que decidí trabajar con él para que su madre no perdiera su trabajo. Ustedes me enseñaron a ayudar a los demás ¡Hice lo que dijiste, mamá!”
Las palabras de su hijo golpearon a Julia, diluyendo su ira y llenándose de empatía por la madre de Sam y su familia. Se dio cuenta de su error y se sintió avergonzada por no estar a la altura de sus enseñanzas. Decidió hacer algo al respecto.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels
Esa noche, Julia condujo con algunos trabajadores al tráiler donde vivían Sam y su familia. Les pidió a los hombres que empaquetaran todas sus cosas y las llevaran a su propia casa.
“¡Señora Peraza, soy Julia, la madre de Chris!”, se presentó. “No te preocupes por nada a partir de ahora. ¡Ustedes pueden vivir con nosotros!”.
“Señora Duarte, ¡no sé cómo agradecerte! ¡Nunca olvidaré esto!”, dijo Doris llorando.
Julia sintió cómo su corazón se aliviaba. Correr en ayuda de la familia indefensa y ofrecerles consuelo la reconfortó.
“¡Mis puertas siempre están abiertas para ti y tu familia!”, dijo y salió del remolque.
Doris y sus hijos se mudaron a la casa de Julia poco después. Agradecieron a Chris por sentar las bases para un milagro tan inesperado.
“Como dije, mis padres me enseñaron a ser generoso y defender la justicia. ¡Eso es lo que hice!”, dijo y pasó sus brazos sobre los hombros de Sam mientras se iban a la escuela.
Eventualmente, Doris renunció a su trabajo ante la insistencia de Julia y aceptó un nuevo trabajo que la abogada le ofreció como conserje en su oficina.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Siempre que esté en tus posibilidades, ayuda a tu prójimo: Cuando la madre de su mejor amigo se enfermó y su trabajo estaba en peligro, Chris de inmediato acudió en su ayuda. No le importó recoger basura para que ella siguiera recibiendo su ingreso y pudiera conservar el empleo.
- Enseñe a sus hijos a defender lo que es justo y a ser generosos: Los padres de Chris le enseñaron valores y él no dudó en actuar, a la primera oportunidad.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Te puede interesar: Niño pobre visita las tumbas de sus antepasados: halla un mapa en la del tatarabuelo de su abuelo - Historia del día
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.