Vecinos le dan un perro guía a un hombre ciego: el can le salva la vida 1 hora después - Historia del día
Roberto inicialmente rechazó a su perro guía, Rocco, cuando se lo regalaron sus vecinos. Pero una asombrosa sucesión de eventos hizo que se convirtiera en su mejor amigo.
Los residentes de la comunidad tenían un eslogan: "la familia primero, los vecinos después". Ubicada a lo largo de un hermoso camino bordeado de altos robles y exuberantes arbustos, los vecinos eran muy solidarios.
Gregorio y Evelyn Herrera eran el alma del lugar; a menudo organizaban grandes comidas y encabezaban la guardia del vecindario. Si algo estaba pasando allí, ellos lo sabían.
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Un día, Jessy fue a casa de los Herrera para tomar el té. Ella estaba allí visitando a su anciano padre, Roberto. Había crecido en la calle y sentía un cariño especial por Gregorio y Evelyn.
"Mi papá fue hoy a consulta médica. El especialista le dijo que necesitaba caminar más por su salud, pero él se niega por ser ciego", reveló Jessy.
Roberto era un veterano que había perdido la vista mientras servía en el ejército. Desde entonces, se había aislado del mundo y pasaba la mayor parte de su tiempo dentro de su casa.
"Bueno, una organización benéfica cercana brinda servicios para invidentes. Tal vez podamos sorprenderlo con su propio perro guía", sugirió Evelyn.
Jessy estuvo de acuerdo; esperaba que su padre no reaccionara mal ante el amable gesto. Roberto se había vuelto gruñón y antisocial a lo largo de los años; le había incomodado la fiesta sorpresa de cumpleaños que ella le había organizado recientemente.
Dos semanas después, Jessy y los Herrera llevaron un perro guía llamado Rocco a la casa de Roberto. Era un Golden retriever amistoso con un comportamiento tranquilo.
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"¿Eres tú, Jessy?", preguntó Roberto con curiosidad.
"Sí, pero traje a algunos amigos conmigo. Gregorio y Evelyn están aquí, y pensamos en sorprenderte con tu propio perro guía", respondió Jessy emocionada.
"Este es Rocco, y él te ayudará a salir y mucho más", dijo Gregorio mientras guiaba la mano de Roberto para acariciar al hermoso animal, pero él inmediatamente la retiró.
Jessy se dio cuenta inmediatamente de que le había desagradado. Él era conocido en la comunidad por su mal carácter y su aversión hacia los perros.
"¡¿No sabes que odio a los perros?! Y no necesito uno que me guíe a ninguna parte. Si quiero caminar, estaré bien con mi bastón", les dijo Roberto y se negó a aceptar al perro
Jessy trató de explicarle a su padre que un perro guía sería mucho más efectivo que un bastón, especialmente con el tráfico. Gregorio y Evelyn también intentaron convencerlo de que Rocco sería un gran compañero.
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Pero todo fue totalmente inútil. "No puedes confiar en estos animales", insistió. Jessy se dio cuenta de que no los estaba escuchando. Una vez que tomaba una decisión, era casi imposible convencerlo de lo contrario.
Jessy les hizo saber a Gregorio y Evelyn que deberían pensar en otro plan para Rocco. El perro había sido entrenado para ayudar a los invidentes, pero de momento necesitaba de un hogar temporal.
La vecina de al lado, Mary, escuchó la discusión y se ofreció a ayudar. Tenía dos hijos pequeños que amaban a los perros.
"Podemos cuidar de Rocco mientras tanto, no hay problema", sugirió. Una hora después, los hijos de Mary, Jaime y Andrés, jugaban con el perro en el patio delantero.
Algo frustrado y avergonzado, Roberto escuchaba la radio mientras murmuraba incoherencias. Luego tomó su bastón y salió a caminar para demostrar que podía hacerlo por su cuenta.
En un punto de la vía, un coche llegó justo cuando Roberto comenzaba a cruzar la calle. Jaime y Andrés se percataron de inmediato de que estaba en peligro.
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"SEÑOR Roberto, ¡CUIDADO!", gritaron los chicos al unísono.
Rocco rápidamente cruzó la calle corriendo hacia Roberto. Lo empujó hacia el césped, mientras el auto se detenía con un chirrido.
El Golden retriever había llegado justo a tiempo para salvar la vida del anciano. Ajeno a lo que había sucedido, Roberto comenzó a buscar su bastón.
"¿Qué diablos está pasando?", preguntó en voz alta. Jaime y Andrés cruzaron la calle para ayudar a Roberto a levantarse.
"Señor Roberto, Rocco le salvó la vida. Este auto estaba a punto de arrollarlo y él lo empujó fuera del camino", explicó Andrés. El conductor del auto salió corriendo para ver que estaba fuera de peligro. Los niños fueron a contarle a Jessy lo que había sucedido.
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Un poco más tarde, Jessy, Gregorio y Evelyn encontraron a Roberto sentado con Rocco a quien acariciaba con cariño. El perro le lamía la cara.
"Papá, ¿qué pasó?", preguntó Jessy.
"Para ser honesto, tal vez me equivoqué con Rocco. Prácticamente me salvó la vida. Tendré que mantenerlo cerca como dijiste", respondió Roberto.
Jessy se volvió hacia Gregorio y Evelyn, claramente atónita. Roberto rara vez cambiaba de opinión, y mucho menos en el espacio de una hora. El anciano agradeció a su hija y a sus vecinos por el considerado regalo.
La historia fue la comidilla de la comunidad durante semanas. Poco después, Gregorio y Evelyn organizaron una barbacoa en su casa. Asistieron la mayoría de los vecinos, y para sorpresa de todos, Jessy llegó junto a Roberto y Rocco.
"¡Bueno, mira quién vino!", exclamó Gregorio. Roberto rara vez asistía a los eventos del vecindario, y esta vez llegó con una sonrisa en el rostro.
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"Sabes lo que siempre decimos, Gregorio: la familia primero, los vecinos después", respondió Roberto mientras los vecinos vitoreaban.
A partir de ese día, el humor de Roberto mejoró significativamente y ahora visitaba a los vecinos en sus paseos. También permitía que Jaime y Andrés jugaran con Rocco algunas tardes.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Reconoce tus limitaciones y acepta ayuda: A pesar de que Roberto se había aislado de todos y solía mostrar su malhumor, sus vecinos intentaron ayudarlo. Él los rechazó, e intentó demostrarles que no los necesitaba, poniendo su vida en riesgo.
- Cuando dejas entrar el amor en tu vida, tus días se iluminan: Roberto rechazaba todo intento de cercanía de sus familiares y vecinos, hasta que abrió su corazón al perro que le salvó la vida. A partir de ese momento, fue un hombre más feliz.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.