Compañeros de clase se burlan de niño pobre por vivir en un tráiler hasta que lo ven mudarse a un penthouse - Historia del día
Desde muy temprana edad, Sam aprendió a ser agradecido y humilde, y nunca permitió que los insultos y críticas lo deprimieran. Nada de eso cambió cuando la fortuna le sonrió.
Sam vivió una infancia difícil. Su padre falleció cuando aún era un bebé, y desde que tenía memoria había ayudado a Susan, su madre, a ganar dinero extra para el hogar en sus tiempos libres.
Madre e hijo vivían en un parque de casas rodantes porque no podían pagar un apartamento o una casa. Susan apenas ganaba suficiente dinero para comer y pagar la matrícula escolar de Sam, ya que era artista y no lograba encontrar un trabajo estable.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images
"Puede que no tengamos mucho, pero siempre agradece lo poco que tenemos", le decía Susan a su hijo.
En clase, se burlaban constantemente de Sam. Los matones de la escuela a menudo le decían "vagabundo" y "chico pobre". Un estudiante en particular, Jacobo, una vez le dijo: "la gente como tú vive en tráileres para siempre".
Sam nunca dejó que los insultos lo deprimieran, ya que su madre le había enseñado que debía tener una piel dura para sobrevivir. Él se refugiaba en sus sueños de que algún día compraría una mansión para él y su madre.
Un día, el arrendador, Tobías, vino a cobrar el alquiler. Era un agente inmobiliario en la zona y tenía carteles por toda la ciudad. Durante su visita, una gran tormenta azotó la ciudad y cuando trató de irse a casa, su automóvil no arrancó.
"No se preocupe, señor. Miraré debajo del capó y veré qué está mal", dijo Sam. El chico era muy hábil y sabía cómo arreglar cualquier cosa que tuviera un motor. Los fines de semana ayudaba a un mecánico en la ciudad. En menos de una hora, el auto encendió.
"Gracias, chico. Trabajas muy bien. Se ve que sabes lo que hacer. Me salvaste de llamar a una grúa", dijo Tobías.
"No hay problema, señor. Sin embargo, debería llevarlo a un servicio", respondió. Tobías quedó impresionado por las habilidades y buena disposición del muchacho y le ofreció trabajo lavando su auto cada dos semanas.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images
Sam aceptó y, con el tiempo, desarrolló una buena relación con Tobías, a quien veía como una figura paterna. Cada vez que le traía su auto, el hombre pasaba tiempo con Susan mientras el chico lo lavaba.
Pronto, Tobías descubrió que Susan tenía una colección de dibujos increíbles de lugares y personajes conocidos de la ciudad. Quiso saber si tenía un estudio.
"No, solo dibujo cosas de memoria", respondió Susan.
Susan se enteró de que Tobías también había enviudado unos años antes y casi sin darse cuenta, se enamoraron. Él la ayudó a abrir un pequeño estudio de arte y ella comenzó a vender sus dibujos.
Un día, Jacobo notó que Sam no había asistido a la escuela. Sugirió a sus amigos que lo visitaran. Cuando se acercaron al tráiler, vieron que su compañero y su madre estaban empacando cajas en un lujoso vehículo.
Se dieron cuenta de que se estaban mudando y sintieron curiosidad. Cuando el vehículo partió, Jacobo y sus amigos intentaron seguirlos en sus bicicletas, pero iba demasiado rápido. Pronto perdieron el rastro.
Al día siguiente, los mismos adolescentes siguieron a Sam después de la escuela para ver a dónde se había mudado. Resultó que ahora vivía en un complejo de apartamentos de lujo.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images
Más tarde ese día, Jacobo vio que la mamá de Sam estaba de la mano de Tobías, a quién todos conocían por sus carteles publicitarios.
"¡La madre de Sam está saliendo con el tipo de bienes raíces!", le dijo a sus amigos. No podían creer que el mismo chico al que habían estado molestando durante años por ser pobre se había mudado a un lujoso penthouse.
Lo que le parecía aún más extraño era que Sam no se había jactado de eso. Era como si nada hubiese cambiado. Desde ese día, Jacobo nunca lo volvió a molestar. 10 años después, recibió una invitación por correo.
"Estás cordialmente invitado a una fiesta muy especial por el décimo aniversario…", decía. Pudo ver que la fiesta se estaba llevando a cabo en un lugar lujoso y el nombre en la invitación le resultó familiar.
Cuando llegó, se sorprendió al ver que Sam había organizado el evento. La comida y las bebidas abundaban, y todos los compañeros de su clase de secundaria estaban allí. Tenían curiosidad de averiguar qué hacía para trabajar y vivir tan bien.
Jacobo decidió hablar con Sam para disculparse por cómo lo había tratado en la escuela secundaria.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images
"Escucha, amigo, realmente lamento el bullying que te hice en la escuela. No estuvo bien. Era una mala persona en ese tiempo, pero la vida se ha encargado de darme una lección de humildad", admitió Jacobo.
Le comentó que sentía que el karma lo había alcanzado porque terminó viviendo en el mismo parque de casas rodantes donde solía vivir Sam.
"Sé que los tiempos son difíciles para ti en este momento, pero te diré algo que me dijo una vez mi madre. Puede que no tengas mucho, pero siempre agradece lo poco que tienes", le dijo Sam.
Algunos de los antiguos compañeros de clase de Sam le preguntaron cómo podía permitirse vivir en un lugar tan agradable. Él les reveló que Tobías le había enseñado los entresijos de la venta de bienes inmuebles de lujo y que se había hecho cargo de su empresa.
"Mi padrastro me enseñó una valiosa lección hace muchos años. Me dijo que nunca encontraré la felicidad si hay amargura en mi corazón", dijo Sam.
También les confesó que su madre y él se habían retrasado con el alquiler varias veces en esos años. En lugar de echarlos, Tobías les había dado múltiples oportunidades para pagarlo.
Gracias a su buen corazón, Sam y Susan nunca se quedaron sin un lugar donde vivir. Luego de que su madre y Tobías se enamoraron y casaron, se convirtieron en una familia inseparable.
Todos los compañeros de clase de Sam lo felicitaron por su éxito y le dijeron que él era el orgullo de la escuela.
Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Nunca permitas que las burlas o críticas hagan mella en ti. Sam no permitió que los insultos de Jacobo lo molestaran. Se mantuvo humilde y amable, incluso después que su vida cambió para bien.
- Siempre que puedas, ayuda a tu prójimo. El gesto de amabilidad de Sam hacia Tobías terminó desencadenando eventos que produjeron un cambio en las vidas de él y su madre.
Te puede interesar: Hombre pobre da un boleto de autobús a mamá de tres niños: al día siguiente encuentra docenas de cajas frente a su puerta - Historia del día
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.