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Mujer con sobrepeso comiendo ensalada | Foto: Getty Images
Mujer con sobrepeso comiendo ensalada | Foto: Getty Images

Marido se burla de su esposa por "comer como cerda" hasta que un día la encuentra desmayada en el piso - Historia karmática

Mayra Pérez
30 ene 2023
20:00

Un hombre no se cansa de burlarse de su esposa y llamarla cerda por la forma en que come. Muy pronto aprende una dura lección cuando regresa a casa del trabajo y la encuentra desmayada en el suelo.

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Jenny siempre había sido una chica con curvas. Era una hermosa mujer que disfrutaba de una buena comida y siempre se había sentido muy feliz así.

Todo comenzó a cambiar después de su matrimonio con Tomás un año atrás. Ella se había convertido en el blanco de sus ataques y burlas por su peso y la forma en que comía.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

"¡Vas a explotar un día si sigues comiendo así, Jenny!", le decía Tomás. "¡Mírate! No cabremos en nuestra cama".

De novios, Tomás solía invitarla a citas costosas y le compraba los platos más caros y deliciosos. "¡Una pareja que come unida, permanece unida!", decía él con una sonrisa y ella se sonrojaba. "¡Te amo, Tomás!", respondía feliz.

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Ahora, él había cambiado. Odiaba que Jenny tuviera sobrepeso, comiera demasiado y fuera sedentaria. Las salidas elegantes se acabaron y Tomás comenzó a reducir las compras de comestibles todos los meses.

"¡No queremos estos alimentos llenos de calorías en casa!", repetía.

"¡Necesitas hacer más ejercicio, Jenny! No me estoy burlando de tu tamaño. Todo lo que quiero es que estés saludable".

"Ahora que has ganado unos cuantos kilos, no saldremos a comer con tanta frecuencia".

"Estoy buscando una membresía de gimnasio para una pareja. Es mejor que me acompañes al gimnasio…".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Jenny estaba cansada de Tomás y sus burlas. Él no dejaba de señalar que no estaba en forma y no perdía la oportunidad de recordarle que debería ir al gimnasio todos los días.

Un día, estaban desayunando y Tomás se molestó cuando Jenny tomó la tercera tostada.

"¡No vas a comer eso!", dijo. "¡Deberías cuidar lo que comes, Jenny!".

"¡Tomás!", exclamó. "¿Qué te pasa? ¡Sabes cuánto me gustan las tostadas!".

"Todavía estás a tiempo de controlar tu peso. Si no dejas de comer ahora, pronto tendrás el doble de tu tamaño actual, ¡y no quiero una esposa gorda! Espero que entiendas lo que quiero decir…".

Jenny no comió la tercera tostada esa mañana. El comentario de Tomás de que no la querría como esposa si aumentaba de peso la había lastimado profundamente.

Así que Jenny dejó de comer casi por completo y comenzó a hacer más ejercicio. Dos días después, recibieron una invitación a cenar de unos amigos cercanos y no pudieron decir que no.

A Jenny se le hizo agua la boca al ver toda la comida durante la cena, pero solo eligió una rebanada de pan y un poco de mantequilla para ella.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¡Jenny!", exclamó su amiga Rosa. "A ti te encantan los espaguetis, ¿no vas a comer?".

"No, hoy no", dijo Jenny tímidamente. "Estoy bien así".

"¡Vamos amiga!", animó a Rosa. "¡Debes comer un poco! ¡Eres la única aquí que disfruta de mi cocina! ¡Mis hijos son muy quisquillosos, nada les gusta!".

"Estoy bien así, Rosa. Solo tomaré un poco de pan…", dijo Jenny, alcanzando otra rebanada.

Pero Tomás se la arrebató. "Lo siento, chicos", dijo. "Jenny está a dieta, pero es demasiado tímida para hablar de eso", dijo.

"Es gracioso, porque nunca antes se había preocupado por su salud… ¿Podrías traerme un poco de salsa de tomate, cariño? Lo necesitaré para las papas fritas…".

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Jenny se sintió muy mal y las lágrimas inundaron sus ojos. Fue hasta la cocina para buscar el ketchup, pero Tomás aún no había terminado. La envió varias veces más, por sal, por una cuchara extra, y mientras ella no estaba, él seguía comiendo y criticándola.

"Sabes, la actividad física la ayudará a perder grasa más rápido", le dijo a Rosa. "Creo que también la haré hacer caminatas. ¡Cualquier cosa que la ayude a perder peso!".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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Esa noche, cuando regresaron a casa, tuvieron una gran discusión. Jenny estaba molesta porque Tomás se había burlado de ella frente a todos y a él no parecía importarle.

"Entonces, ¿qué quieres que haga, Jenny? ¿Dejar que sigas engordando? ¿Sabes qué?", dijo. "¡No tendría que recordarte lo gorda que estás si controlaras lo que comes! ¡Ibas a arruinar tu dieta comiendo otra tostada con mantequilla!".

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"No es como si quisiera seguir comiendo… ¡Rosa nos invitó a cenar y rechacé su comida! Eso estuvo mal", dijo al borde de las lágrimas.

"Mal está que sigas engordando. ¡Todos esos kilos de más no te servirán de nada!", gritó.

"¡Lo estoy intentando, Tomás!", gritó Jenny. "Voy al gimnasio todos los días… estoy cuidando mi dieta. ¡Te lo demostraré! Solo espera y verás".

Jenny se obsesionó con perder peso y se prometió a sí misma que le demostraría a Tomás que sí podía adelgazar. Bebía mucha agua y solo hacía una comida al día. Incluso vio tutoriales en línea sobre cómo perder peso rápidamente y probó todo lo que la gente sugería.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Una noche, Tomás llegó a casa temprano del trabajo. Quería hablar con Jenny sobre ir a hacer senderismo. "¡Jenny! ¡Estoy en casa!", llamó, pero no hubo respuestas.

"¡Jenny! ¿Dónde estás? ¡Responde! Estoy exhausto, he trabajado todo el día".

Cuando no recibió ninguna respuesta, Tomás entró al dormitorio y encontró a Jenny inconsciente en el suelo.

"¿Qué pasó, Jenny? ¡Dios mío!". Inmediatamente, llamó al 911 y corrió a la cocina a buscar un poco de agua para rociarla sobre su cara, pero ella no despertó.

Jenny fue llevada de urgencia al hospital, y cuando los médicos hablaron con Tomás, no tenían buenas noticias. Estaba embarazada y al borde de un aborto espontáneo.

Los médicos dijeron que aún se necesitaban algunas pruebas, pero parecía estar fuera de peligro. Aconsejaron a Tomás que la cuidara adecuadamente y le advirtieron que cualquier estrés podría causarle daño a ella y a su hijo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Jenny estaba embarazada y Tomás no tenía idea. Pensó en cómo la había tratado y cuánto estrés le había causado, y sintió que había sido el peor esposo del mundo. Para enmendarse, le suplicó perdón y le regaló sus flores favoritas, tan pronto despertó.

"Trataré de ser mejor para ti y nuestro bebé, Jenny", prometió.

"¿Qué acabas de decir?", preguntó ella, sorprendida. "¿Nuestro bebé?".

"¿Tampoco lo sabías?", dijo Tomás, tomando sus manos suavemente. "¡Estás embarazada, Jenny! ¡Vamos a ser padres! Perdón por haber sido una persona terrible contigo. No necesitas cambiar. Yo sí".

"¡Ay, Tomás!". Jenny puso sus brazos alrededor de su cuello. "Estoy tan feliz. ¡Pronto seremos padres! Claro que te perdono".

Cuando Jenny llegó a casa del hospital, Tomás preparó su cena favorita: espaguetis, ensalada y alitas de pollo.

"Cualquier cosa para mantenerte feliz a ti y consentir a nuestro bebé", dijo mientras le servía la comida con amor.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Las personas no deben ser criticadas por su apariencia: Tomás criticaba constantemente a Jenny y la obligó a perder peso, sin saber que estaba embarazada. Ella estuvo a punto de perder a su bebé.
  • Debemos amarnos a nosotros mismos, y no intentar complacer a los demás: Jenny era una entusiasta de la comida y siempre se sintió bien consigo misma, hasta que su esposo amenazó con dejarla si no adelgazaba.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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