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David Spisak y Ayla | Foto: facebook.com/ktla5
David Spisak y Ayla | Foto: facebook.com/ktla5

Niño de 8 años con pocos meses de vida tiene su primera cita con el amor de su vida

Mayra Pérez
02 feb 2023
19:40

Cuando un niño de 8 años con leucemia abandonó la escuela debido al deterioro de su estado de salud, sus padres no tenían idea de que una niña de su clase lo extrañaba demasiado. Ella aceptó a tener una primera cita con él.

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David Spisak tenía dos años cuando los médicos les dijeron a sus padres algo que cambió sus vidas para siempre. El pequeño residente de Chesapeake, Virginia, Estados Unidos, tenía cáncer, y solo empeoraría con el tiempo.

Después del aterrador diagnóstico, David se sometió a dos trasplantes. En uno de ellos, su hermana de 10 años fue la donante. Sin embargo, y a pesar de los mejores esfuerzos de los médicos, el cáncer volvió en tres oportunidades.

Una niña especial

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Cuando el médico de David les dijo a sus padres que el cáncer había regresado en marzo de 2015, decidieron suspender el tratamiento. Ver a su pequeño hijo pasar por procedimientos dolorosos que no funcionaban había sido una experiencia desalentadora.

Los devastados padres pensaron que eso le permitiría a su hijo pasar el tiempo como otros niños de su edad. Querían que disfrutara de su vida al máximo.

Después de suspender el tratamiento, David pudo ir a la escuela por un tiempo antes de que su condición empeorara. Comenzó el segundo grado en septiembre y allí conoció a alguien especial.

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La madre de David, Amber Spisak, sabía que a su hijo le gustaba alguien en la escuela, pero no sabía quién era ni si era correspondido. Sin embargo, una vez que supo el nombre de la niña, se acercó a su madre sin perder tiempo.

El niño había conocido a la pequeña Ayla en su clase de arte y le pareció que era hermosa y amable. Sin dudarlo, le dijo que le gustaba y recordó que ella lo había mirado con cara de sorpresa.

Última recaída

Lamentablemente, cuando apenas comenzaba a pasar tiempo con la preciosa niña, David tuvo que abandonar la escuela debido al deterioro de su salud. Sin embargo, no perdió el contacto con sus compañeros, quienes le enviaban tarjetas a casa.

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Amber estaba encantada de saber que los compañeros de clase de David lo apreciaban, pero algo en esas tarjetas la sorprendió. Ayla le escribía postales y le repetía constantemente cuánta falta le hacía.

Incluso sus compañeros de clase le dijeron a David cuánto lo extrañaba Ayla desde que no estaba. Saber eso tomó a Amber por sorpresa. No imaginaba que la niña tenía esos sentimientos. Así que decidió saber que pensaba su hijo al respecto.

David dijo que Ayla era como "Blancanieves". También reveló que la niña era muy amable con él porque lo amaba. Amber no esperaba que su hijo dijera algo así. Estaba encantada de ver cómo se le iluminaba el rostro cuando hablaba de esa chica.

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Primera cita

Después de darse cuenta de cuánto le gustaba a David su compañera de clase, Amber se puso en contacto con la madre de Ayla y le contó toda la situación.

"Ella definitivamente ha tenido un impacto en su espíritu, y no había visto ese lado de él en mucho tiempo", dijo Amber, según recoge KTLA.

Con el apoyo de sus padres, David decidió invitar a salir a Ayla y ella aceptó. Fueron juntos a jugar bolos en su primera cita.

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David estaba en silla de ruedas, pero eso no hizo diferencia. Como un verdadero caballero, el niño le dio rosas y un oso de peluche, mientras ella empujaba su silla y le mostraba los alrededores.

La madre de Ayla y Amber estaban felices de ver cómo sus hijos disfrutaban de la compañía del otro. Esa noche, David se levantó de su silla de ruedas y caminó por primera vez en muchos días. También recibió su primer beso en la mejilla de la chica.

"Su historia es definitivamente algo de lo que todos pueden aprender", dijo la madre de Ayla. Ella y Amber piensan que la conexión de sus hijos es pura y única.

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La primera cita de David fue una experiencia memorable para él, y sus padres estaban felices de verlo disfrutar de sus últimos días en lugar de entrar y salir de hospitales. Se sintieron encantados de verlo compartir un vínculo saludable con Ayla.

A veces, todo lo que necesitamos es amor para sentirnos mejor, y la historia de David es prueba de eso. Pasar un día con su persona favorita lo hizo sentir mejor durante los últimos días de su vida.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

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