Hombre gasta $200.000 que ganó en la lotería en refugios para niños: más tarde, recibe el doble - Historia del día
Durante la mayor parte de su vida, Peter dio por sentados sus privilegios. Todo cambió cuando su padre decidió que era hora de que aprendiera el valor del dinero.
Christopher era un hombre de negocios muy respetado y célebre en su comunidad. "Ayudé a construir esta ciudad porque esta ciudad me construyó a mí", le decía a la gente.
Peter nunca apreció sus privilegios. Siempre conseguía lo que pedía, pero jamás se esforzaba por ganárselo. En la escuela, se comportaba mal y, a pesar de su intelecto natural, no le importaban las clases.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay
"Un chico con tus dotes debería sacar calificaciones sobresalientes. Todos tus profesores están de acuerdo, pero me dicen que ni siquiera prestas atención en clase", le comentó Christopher a su hijo.
"Da igual, tampoco es que importe mucho", respondió Peter.
Christopher se aseguró de enviar a Peter a la mejor universidad, pero después de su primer año, el joven fue expulsado por irse de fiesta constantemente. Sin embargo, el hombre se negaba a abandonar a su hijo, así que lo envió a otra universidad cara, con la esperanza de que hubiera aprendido la lección.
Dos años después, cuando le quedaba poco más de un semestre para obtener su título, Peter fue expulsado de nuevo. “Quizá sea mejor en el trabajo”, pensó Christopher. Contrató a su hijo como sub gerente de una sucursal de su negocio, con la esperanza de enseñarle el oficio.
Nadie en la empresa respetaba al hijo de Christopher. El joven holgazaneaba constantemente en el trabajo. Peter tampoco parecía respetar a sus compañeros. Su sucursal empezó a registrar pérdidas y Christopher no podía más. Un día, el empresario oyó un rumor sobre su hijo y se enfrentó a Peter para saber la verdad.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images
"¿Qué es eso de que te has metido en mi oficina y te has llevado dinero de mi caja fuerte? Me han dicho que has estado apostando dinero en partidos de fútbol", expresó Christopher.
Peter se frotó el brazo nerviosamente y no respondió. Christopher se sorprendió al confirmar que el rumor era cierto.
"Se acabó, Peter. No puedo seguir con esto. Lo he intentado todo contigo, pero te niegas a entender. ¡No ganaste ese dinero con trabajo duro, sino que lo gastaste fácilmente! ¡¿Cómo te atreves?! ¡No quiero verte más! A partir de este momento, ¡empezarás a entender el valor del dinero!", exclamó Christopher.
A los 22 años, Peter se fue de la casa de sus padres sin un título, ni una referencia en su currículum. Apenas tenía ahorros para pagar un pequeño estudio. Pronto empezó a trabajar de camarero en un restaurante local para mantenerse. Durante ese tiempo, aprendió a ser humilde.
Empezó a responsabilizarse de sus errores. Peter decidió cambiar su vida a mejor y por fin terminó la carrera. Esto le valió un ascenso en el trabajo y se convirtió en administrador.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images
Pronto se hizo amigo de Jonathan, un nuevo camarero del restaurante. Tenían más o menos la misma edad y congeniaron enseguida. Cuando Jonathan le preguntó por su familia, Peter no se atrevió a contárselo. Seguía sintiéndose avergonzado, pero decidió que Jonathan lo entendería.
"La verdad es que me he pasado toda la vida decepcionando a mi padre. Al principio, le culpaba por esperar que tuviera éxito o siguiera sus pasos. Pero pensándolo bien, él solo quería lo mejor para mí, y yo lo eché todo por la borda", reveló Peter.
Lee también: Empresario lee carta de su hijo pequeño a Santa que dice "Quiero otro papá" - Historia del día
"Escucha, Peter. No tienes que cargar con esa vergüenza el resto de tu vida. Ahora te has recuperado y estoy seguro de que tu padre estaría orgulloso de cómo has cambiado. Yo soy huérfano, así que no sabría decirte, pero imagino que tu familia puede ver que has mejorado”, dijo Jonathan.
Peter le agradeció sus palabras, pero se quedó estupefacto al oír que su amigo era huérfano. Peter empezó a mirar a su compañero como un ejemplo de cómo alguien puede superar las adversidades.
El hombre deseaba haber hecho un amigo como Jonathan cuando era más joven. Un día, recibió una carta que le sorprendió. Hacía poco había ido de compras a una gran ferretería de su ciudad. Curiosamente, la ferretería era propiedad del negocio de su padre.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay
La carta que recibió le notificaba que su recibo había participado en un concurso de lotería y había resultado ganador. Podría reclamar 200.000 dólares. Peter llamó inmediatamente a Jonathan sin dudarlo.
"Hola, amigo. Me preguntaba si podrías recomendarme alguna organización benéfica o centro de acogida para niños de la zona", preguntó Peter.
"¡Claro, Peter! Te enviaré una lista. ¿Por qué? ¿Hay algún niño que necesite ayuda?", respondió Jonathan.
"No, en realidad. He ganado un concurso de lotería. Estoy regalando el dinero porque no puedo gastarlo. Quizá pueda hacer más felices a algunos huérfanos", respondió Peter.
Después de que Jonathan le enviara una lista de tres organizaciones benéficas, Peter llamó a la ferretería y les notificó que le gustaría transferir sus fondos a partes iguales a cada organización benéfica. Ese mismo día, la ferretería le envió un correo electrónico confirmando que las organizaciones benéficas habían recibido el dinero, y adjuntaba los correpondientes comprobantes de pago
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images
Al día siguiente, antes de ir a trabajar, Peter recibió una visita sorpresa. Era Christopher, que había venido a charlar con su hijo. "Hola, chico. En primer lugar, sé que ha pasado mucho tiempo, pero veo que te va bastante bien. Me vas a llamar loco, pero… ¡Has aprobado el examen!", dijo Christopher.
Al principio, Peter estaba confuso porque pensaba que su padre se refería a su licenciatura, que había terminado dos años antes. Pero entonces cayó en la cuenta.
"¿El billete de lotería?", preguntó Peter.
Christopher asintió y le preguntó si podía acompañarlo al restaurante.
Christopher le entregó a su hijo un cheque de 400.000 dólares y le dijo: "¿Por qué no abres tu propio restaurante con mi apoyo financiero? Te has vuelto a ganar mi confianza y sé que puedes hacerlo", dijo Christopher. Peter lo pensó un momento con una sonrisa en la cara.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images
"Con dos condiciones. Una, mi amigo Jonathan tiene que ser mi socio. Dos, el restaurante ayudará a la comunidad local, sobre todo a los huérfanos, con comida y donaciones", dijo.
"Trato hecho, hijo. Es como siempre digo, ayudamos a construir esta ciudad porque esta ciudad ayudó a construirnos a nosotros", replicó Christopher.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- No des por sentado lo que tienes: Peter no se dio cuenta de lo privilegiado que era hasta que le quitaron el dinero.
- Nunca es tarde para cambiar: En lugar de darse por vencido cuando su padre lo rechazó, Peter cambió para mejor y se convirtió en un hombre triunfador.
Comparte esta historia con tus amigos y familiares. Puede que les inspire y les alegre el día.
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.