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Mujer corre hacia un perro y un bebé | Foto: Shutterstock | flickr.com/jeffgunn (CC BY 2.0)
Mujer corre hacia un perro y un bebé | Foto: Shutterstock | flickr.com/jeffgunn (CC BY 2.0)

Madre oye gritos afuera y ve a su dóberman llevando a un bebé desconocido - Historia del día

Mayra Pérez
03 mar 2023
12:10

Se había mudado a un nuevo vecindario con su familia y adoptó a un hermoso ejemplar canino. Nunca imaginó que un día su dóberman le traería una bebé que cambiaría su vida para siempre.

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"¿Qué? ¡No, no voy a aceptar eso! Ese perro estará por todos lados, y con Tina y el resto de las tareas ya me están volviendo loca. ¡Así que no, Mateo! ¡No!".

"¡Por favor, mami!", suplicó Tina. "Di que sí. Te prometo que cuidaré de él".

"¡Yo también lo cuidaré! ¡Lo haremos entre todos!", insistió Mateo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Gina miró a su esposo e hija sentados en la mesa de la cocina con ojos suplicantes, tratando de convencerla de tener un perro como mascota. Pero ella no iba a caer tan fácilmente.

"¡No voy a volver a confiar en ustedes! ¿Recuerdan lo que sucedió la vez que compramos un loro? ¡No volveré a ceder! ¡La casa es un desastre con la mudanza!", dijo Gina, mientras recogía algunas cajas de cartón y desaparecía en el dormitorio principal.

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"Mami no lo va a permitir, papi", dijo Tina con tristeza. "Pero yo quiero un perro…".

"Oye, princesa", susurró Mateo. "Hagamos algo. Vamos a darle un hogar temporal a un hermoso perrito. ¡Apuesto a que se enamorará de él y querrá que lo adoptemos definitivamente!".

Pero eso no ocurrió. Gina no solo no se enamoró del perro, sino que estaba muy molesta. Cuando regresó a casa del trabajo una semana después, el afectuoso dóberman se abalanzó sobre ella, comenzó a lamerle la cara, y la asustó.

"¡Mateo! ¡Quítamelo de encima!", gritó.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Mateo se rio. "Bueno, ¡él parece amarte más que a Tina ya mi! ¿Por qué no lo acaricias?".

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Gina suspiró. "¡Dios mío! ¿Qué se supone que debo hacer con ustedes dos y ahora este… enorme animalito?".

Tina sonrió y envolvió sus brazos alrededor del cuello del dóberman. "¡Ulises, mami!", gritó la niña. "¡Su nombre es Ulises!".

"No tienes que preocuparte, Gina", dijo Mateo. "Es un perro entrenado. No morderá a nuestra hija; de hecho, parece que la ama. Además, es por nuestra seguridad. Sabes a lo que me refiero".

"¡Sí, ya lo sé!". Gina puso los ojos en blanco. "Todavía no puedo creer que ustedes hayan hecho esto a mis espaldas. ¿Pero saben qué? ¡Esta vez no se saldrán con la suya! ¡Será mejor que lo devuelvan!".

"¡Vamos! ¡Dale una oportunidad, Gina!", dijo su esposo. "¡Míralo! ¿No es adorable? ¿Por favor?".

"¡No lo quiero aquí!", repitió Gina. Pero en su tono de voz, su familia creyó que estaba empezando a ceder.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Y así fue como, con una leve desaprobación de Gina y mucho amor y aceptación de Mateo y Tina, Ulises fue recibido en su nuevo hogar.

Mateo y Gina se habían mudado recientemente a una pequeña casa en un nuevo vecindario, después de la transferencia de trabajo de él. Pero la zona no era particularmente segura, por lo que todos les habían sugerido que tuvieran un perro guardián.

Tina siempre había querido una mascota y, a pesar de la desaprobación de Gina, Mateo había buscado al dóberman en un refugio y lo había llevado a casa.

Ulises era dulce y Tina lo adoraba. Pero Gina no estaba mentalmente preparada para tener un perro en casa en forma permanente. Así que decidió vender el perro y decirles a su familia que se había escapado.

Encontró un comprador en línea, discutió los detalles y programó una reunión con él. Tina y Mateo habían salido de compras, por lo que Gina supo que era el momento adecuado para deshacerse del perro.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Pero mientras se dirigía a la reunión con Ulises en su automóvil, notó a través de retrovisor que el perro la miraba lleno de confianza y amor. Gina se detuvo a un lado del camino y se dijo: "No, no puedo hacer esto. No puedo".

Luego miró a Ulises y suspiró. Recordó cómo le lamía las mejillas con afecto a pesar de su disgusto por él, y cuánto lo adoraban Tina y Mateo. Se había convertido en un miembro de la familia.

A pesar de su renuencia, Gina tuvo que reconocer que en algún rincón de su corazón, había desarrollado un afecto por Ulises. Dio la vuelta al auto y condujo de regreso a casa.

"¿Mami? ¿Llevaste a Ulises a dar una vuelta?", preguntó Tina, cuando llegó a casa.

Gina sonrió. "Así es", dijo. "Y me alegro de haberlo hecho. ¡Es el mejor perro!, ¿no?".

"¡Sí, mami! ¡Ya es de la familia!", exclamó Tina.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Pero ninguno de ellos podría predecir lo que sucedería a continuación. Fue nada menos que una pesadilla, y el corazón de Gina se estremeció ese día.

Estaba organizando las compras de la semana en la cocina mientras observaba a Tina y Ulises jugar en el patio delantero a través de la ventana de la cocina. Unos diez minutos después, escuchó los gritos de su hija.

"¡Mami! ¡Mami!".

Gina corrió desde la encimera de la cocina hasta la ventana y vio a su hija pálida y señalando algo con el dedo. Cuando miró con más atención, se llevó las manos a la boca en estado de shock.

"¡Oh, Dios!", gritó y salió corriendo.

Cuando se acercó al dóberman, no podía creer lo que veía. Frente a ellos yacía una bebé, llorando y moviendo sus pequeños brazos en aire. ¡Ulises había llevado a una niña hasta su casa!

"¡Oh, es una bebé! ¿Cómo terminó aquí?". Gina entró en pánico mientras acunaba a la pequeña en sus brazos. "¿Tina, cariño? ¿Qué pasó?", preguntó.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¡Ulises corrió por la pelota, mami! Y yo corrí detrás de él… Y vi cómo salvó a la bebé de una serpiente… y luego ¡la trajo a casa! ¡No la mordió, mami! ¡No la lastimó!".

"¿Cómo es posible?", exclamó Gina. "¿Dónde estaba la bebé? ¿Y cómo puede alguien haber dejado a su hija sola?".

"¡No había nadie, mami! ¡La bebé estaba sola! ¿Podemos… quedárnosla?".

"No, cariño. ¡Claro que no!", dijo preocupada. "¡Tenemos que llevarla a su casa! Ulises, ¿dónde la encontraste?", le preguntó al perro. "¿Puedes llevarme allí? Espera un segundo; déjame cerrar la puerta y vamos".

"¡Mami, conozco el camino!", dijo Tina.

"Genial. Bien, ¡vamos!".

Gina envolvió a la bebé en una hermosa manta. Luego siguió a Tina y Ulises al lugar donde habían encontrado a la niña.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Cuando llegaron, Gina se sorprendió al encontrarse en el umbral de una casa vieja y sucia. La puerta principal se abrió con un crujido cuando llamó, y una ráfaga de aire mohoso y húmedo llegó a sus fosas nasales.

La casa estaba sucia y apestaba a basura podrida. Podía ver platos sucios en la mesa y un montón de cosas inapropiadas por ahí, cosas que la casa de ningún bebé debería tener.

"¡Salgamos de aquí!", decidió Gina. "Tenemos que llamar a papá, cariño", le dijo a Tina. "Y luego la policía".

Después de ver el estado de esa casa, Gina se dio cuenta de que la niña estaba en riesgo en ese lugar. Así que llamó a Mateo y avisó a la policía y a Servicios Sociales.

"Oficial, no creemos que la casa de la niña sea segura para ella", le dijo Gina al oficial y al trabajador social. "¡Era un desastre! Quiero decir, parecía que nadie había estado viviendo allí, y quienquiera que sea… podría volver a desaparecer y dejarla sola de nuevo".

"Hemos enviado un equipo para verificar el paradero de la familia. ¿Podría repetir los eventos de esta mañana?", preguntó el oficial.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Gina le contó al oficial cómo Ulises y Tina habían encontrado a la bebé y él asintió. "Bueno, en tales casos, generalmente llevamos al menor a un hogar de acogida, pero esta bebé parece confiar en ti", explicó, mirando a la criatura, que jugueteaba con el collar de Gina.

"Pero no podemos tenerla aquí, oficial", dijo Mateo, mirando a Gina. "Tanto mi esposa como yo tenemos trabajos de tiempo completo. Ella tuvo un día libre hoy, por lo que pudo manejar la situación. Pero no podemos garantizarle…".

"¡Creo que estaremos bien!", interrumpió Gina.

"¿Qué dices?", preguntó Mateo. "Es una gran responsabilidad. ¡Tenemos a Tina, Ulises y los trabajos! Ya le hemos tenido que pedir a los vecinos que cuiden a nuestra hija algunas veces, ¡y las cosas se volverán incontrolables si aceptamos quedarnos con la bebé!".

"Lo sé, pero no puedo dejarla en el sistema, cariño", argumentó Gina. "Crecí en hogares de crianza, oficial, y realmente no quiero que ella vaya allí. Por favor".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Bueno, ¡genial entonces!", sonrió el oficial. "Estaremos atentos a cualquier eventualidad. Ya estamos interrogando a los vecinos y esperamos una pista valiosa".

"Gracias, oficial. Esperemos que todo salga bien", dijo Gina.

"Bueno, gracias por su ayuda, señora. Esperamos no estar causándole demasiados problemas".

"No, no, está bien", suspiró Gina.

Gina decidió quedarse en casa unos días. Bella, como la llamó Tina, era una gran responsabilidad para la familia. ¡Pero no quería dejar sola a la pequeña porque había visto lo que ocurría en algunos hogares de acogida!

Se reincorporaría al trabajo cuando encontraran a la familia de Bella, o se supiera cualquier cosa relacionada con la niña que permitiera entregarla en forma segura. Pero pasaron los días y las semanas, y no había noticias sobre la familia de Bella.

Mientras tanto, la familia criaba a la niña, y cada día la amaban más. Sin embargo, quince días después, sonó el teléfono de Gina y los oficiales no tenían buenas noticias sobre la familia de Bella.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¿Qué fue lo que ocurrió?", quiso saber Gina.

"Parece que la madre tiene problemas con las drogas", explicó el oficial. "El padre la abandonó y está desaparecido. Según los vecinos, era un hombre 'problemático'. La bebé estaba siendo cuidada por su abuela, que parece tener problemas de demencia".

"La encontramos en un hospital en las afueras de la ciudad. Ha estado llorando por días e implorando a los médicos que encontraran a su nieta. Había ido a una tienda de comestibles, dejando a la bebé sola. Tuvo un colapso y la internaron".

"La anciana no recordaba nada al principio, por eso nadie rescató a la niña. La madre fue encontrada inconsciente en un hotel. Estaba ebria", concluyó el agente.

"¡Dios mío! ¿Qué vamos a hacer ahora?", preguntó Gina, sosteniendo a Bella cerca de ella, su teléfono entre su oreja izquierda y su hombro. "La familia obviamente no está en condiciones de cuidar a la niña".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Bueno, eso lo va a decidir el tribunal, señora", dijo el oficial. "Por el momento, tendremos que traer a la bebé. Se enviará un equipo a su residencia".

Gina se quedó allí, desconsolada, mientras los agentes se llevaban a Bella en su coche patrulla.

"¿No volveremos a vivir con Bella, mami?", preguntó Tina entre lágrimas. "La quiero mucho. ¡Es como mi hermanita!".

Gina tomó a Tina en sus brazos y dijo: "Bella tiene una familia complicada, cariño. No será feliz allí. Así que necesito hablar con tu padre, y tendremos que traerla de vuelta".

"¿Entonces Bella se quedará con nosotros para siempre?", preguntó Tina.

"No estoy segura, cariño", dijo Gina. "Depende de lo que decida la corte. Pero es lo que vamos a intentar".

Gina y Mateo decidieron adoptar a Bella. Pero la madre biológica de la pequeña, una mujer llamada Cristina, afirmó en el tribunal de familia que se recuperaría y cuidaría a su hija.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¡No pueden llevarse a mi hija!", lloró Cristina. "¡Ella es mi vida! Realmente la amo. Es solo que las circunstancias me han obligado a tomar algunas decisiones de las que no estoy orgullosa. Pero, por favor, no me la quiten".

"Señora", dijo el juez. "Me temo que sus acciones no han sido beneficiosas para que la corte deposite el cuidado de una niña en usted. Además, hemos recibido noticias de que estuvo desaparecida durante varios días, dejando a su hija con su anciana madre, que sufre demencia. Como resultado, esta corte…".

Y fue entonces cuando sucedió algo mágico. "¡Mami!", exclamó Bella mientras miraba a Gina.

Los ojos de Gina se llenaron de lágrimas y el juez sonrió. "Parece que la bebé ya eligió a su madre, lo que ha simplificado mi decisión", concluyó.

Al final, Bella se convirtió en la hija de Gina y Mateo, y ellos estaban encantados. Pero el más feliz de todos fue Ulises, quien no solo trajo a Bella a su nueva familia, sino que amaba su olor y la colmaba de caricias, lamiendo sus diminutos pies y manos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La familia tiene más que ver con el compromiso y el amor que con la biología: Gina y Mateo amaron a la bebé Bella y se convirtieron en padres amorosos para ella.
  • Definitivamente, los perros son los mejores amigos del hombre: Ulises salvó a Bella de una muerte segura, y además la llevó al lugar donde sabía que sería amada y protegida.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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