Hombre compra la casa de su difunta mamá para que hermana no la pueda demoler: halla su verdadero testamento allí - Historia del día
Unos hermanos se enteraron de que su madre le había dejado todos sus bienes a uno de ellos tras fallecer. Sin embargo, después de que Eric investigara un poco más, la verdad salió a la luz.
Eric quedó totalmente destrozado cuando se enteró de la muerte de su madre. Trabajaba como promotor inmobiliario en una ciudad lejos de su pueblo natal, por lo que recibir una llamada a kilómetros de casa le rompió el corazón.
Esperaba poder expresar las muchas cosas que nunca llegó a decir mientras ella vivía. Estaba muy unido a su madre, pero apenas pasaba tiempo en casa cuando consiguió un empleo. Su mamá vivía con su hermana Sharon.
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Sharon era unos años menor que Eric y aún intentaba encontrar su camino en la vida. Trabajaba de camarera, pero nunca consiguió afianzarse.
Después de que su hermana expresara los deseos de su madre en su testamento y enviara una copia a Eric, este se sorprendió al comprobar que no había recibido nada. Todo era para Sharon. Sin embargo, cuanto más lo pensaba, más sentido tenía para él.
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Eric se había marchado de casa hacía tiempo y tenía estabilidad económica, así que entendía por qué su madre se lo dejaba todo a su hermana.
El testamento establecía que Sharon no solo heredaría la casa familiar, sino también todos los demás bienes de su progenitora. Eric había hecho las paces con esto y se lo expresó a su hermana, a quien no pareció interesarle demasiado su opinión.
Con el paso del tiempo, Eric se enteró por uno de sus amigos inmobiliarios de que su antigua casa estaba a la venta. Iba a ser destruida y luego vendida como terreno, que en aquella época tenía mucho más valor. Eric se quedó perplejo y decidió investigar.
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El hombre descubrió que su hermana estaba demoliendo la casa de su madre. La noticia lo desesperó. No entendía por qué Sharon haría algo así. Ese era el hogar en el que se habían criado. Era su tesoro.
Sin embargo, tuvo que recordarse a sí mismo que la casa era de Sharon y podía hacer con ella lo que quisiera, pero tuvo una idea.
Eric le hizo a Sharon una oferta que no pudo rechazar. Sharon estaba tan ansiosa por vender la casa que tardó menos de una semana en cerrar el trato.
El hombre no había estado en casa desde hacía tiempo, así que pensó en ir al lugar y ver qué se podía hacer exactamente con la propiedad. Cuando se acercó a la propiedad, quedó horrorizado al ver su estado. Entró y vio que las cosas estaban peor de lo que había pensado.
Eric decidió hacer un par de reformas para salvar la casa de su infancia y preservar la memoria de su madre. Llamó a su amigo para ver si podía ayudarle, pero estaba muy ocupado. Eric decidió en ese momento que se encargaría de controlar las renovaciones.
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Después de algunos días de duro trabajo, Eric y su equipo de construcción se toparon con algo que les dejó sin palabras. Uno de los miembros de su equipo le trajo un documento que halló escondido bajo el suelo del dormitorio de su madre.
Al inspeccionarlo, Eric se dio cuenta de que se trataba del testamento original de su mamá. El testamento establecía que la propiedad se dividiría a partes iguales entre Eric y Sharon. Entre las hojas del testamento, parecía haber varias copias falsificadas.
Sin poder creer lo que podía significar esta revelación, llamó al abogado de su madre para que le explicara un poco mejor lo que había ocurrido exactamente.
"Hola, señor. Soy Eric, el hijo de Gina. He encontrado una copia del testamento original de mi madre y algunas copias falsificadas en la casa. No estoy seguro de lo que está pasando. Esperaba que usted pudiera aclararme algunas cosas", dijo Eric.
Mientras Eric escuchaba lo que el abogado decía, sus ojos se desorbitaron de incredulidad. Se sintió abrumado por lo que había descubierto y decidió interrogar a Sharon en persona.
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Al día siguiente, los hermanos quedaron para cenar bajo el pretexto de una posible propuesta de negocios relacionada con la casa.
Eric no tardó demasiado en entrar en materia. En cuanto su hermana se sentó, sacó todos los documentos.
"¿Qué es esto?", preguntó sorprendida mientras revisaba el testamento falsificado y el original.
"Dímelo tú", se limitó a responder Eric.
"¡Típico de Eric! No sé qué vio mamá en ti", dijo Sharon, tirándole los documentos a la cara a Eric en un arrebato.
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"Entonces, ¿tú hiciste esto?", preguntó Eric con calma.
"¡No tengo que responderte!", dijo.
Finalmente, Eric demostró que su hermana le engañó y falsificó un testamento. Sharon tuvo que devolver a Eric todo aquello de lo que se había apoderado deshonestamente.
Eric se alegró de que su hermana no lo hubiera vendido todo para obtener un beneficio rápido. Para él, lo más importante era conservar el recuerdo de su madre y de su infancia.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- El dinero no puede sustituir el recuerdo de los seres queridos: Sharon había intentado ganar dinero rápido en lugar de valorar la memoria de su madre, y no le salió bien.
- No seas avaricioso: Incluso después de darse cuenta de que su madre no le había dejado nada, Eric no fue codicioso con las nuevas riquezas de Sharon.
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