Mujer rica queda estupefacta al enterarse de que su marido trabaja de barrendero - Historia del día

Belinda se sorprendió cuando descubrió que su exmarido, Tyler, trabajaba como barrendero. Pronto se enteró de una verdad que cambiaría por completo su perspectiva. ¿Serán capaces de dejar a un lado sus diferencias por el bien de la familia?

Tyler y Belinda eran la pareja perfecta. Eran novios desde el noveno grado y todo el mundo sabía que algún día se casarían. Él era un prodigio de las matemáticas al que siempre se le auguraban éxitos en el futuro. Belinda era una chica sociable capaz de conversar con cualquiera en cualquier lugar.

Suele decirse que los polos opuestos se atraen, y ese era el caso de Tyler y Belinda. Salieron juntos durante toda la universidad y acabaron casándose, pero las cosas empeoraron. Tyler empezó a ascender rápidamente en la empresa para la que trabajaba. Belinda también tuvo una exitosa carrera como empresaria.

Tuvieron un hijo juntos, al que llamaron Frank, como el padre de Belinda. En general, eran la familia perfecta.

“Pase lo que pase, tus padres siempre estarán aquí para ti”, le dijo Tyler a Frank el día de su décimo cumpleaños. Frank había estado destacando en los deportes en la escuela y estaba mostrando signos de que con el tiempo podría convertirse en un jugador de fútbol profesional.

Cuando Frank entró en la secundaria, Tyler y Belinda empezaron a tener problemas. El hombre tenía mucho trabajo y pasaba menos tiempo con su esposa e hijo.

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“Nunca estás cerca, Tyler. Es como si te hubieras convertido en un fantasma. Te vas a trabajar antes de que Frank se despierte. Luego, vuelves tarde después del trabajo cuando ya hemos cenado y nos estamos preparando para ir a la cama. Es como si no quisieras formar parte de esta familia”, le dijo Belinda a Tyler durante una de sus discusiones.

La tensión entre la pareja llegó a tal punto que Belinda decidió que ya estaba harta. Pidió el divorcio y, por respeto, Tyler aceptó todas las peticiones de la mujer en el acuerdo de separación.

“Sé que puede que no me creas, pero todo lo que he hecho, lo he hecho por ti y por Frank", le dijo Tyler a Belinda.

Durante el largo tiempo que tardaron en firmarse los papeles del divorcio, Tyler empezó a salir con una mujer llamada Rachel, que trabajaba para la misma empresa que él. Esto enfureció a Belinda, quien empezó a dudar de la fidelidad de Tyler durante su matrimonio.

Para colmo de males, Rachel tenía 29 años, mientras que él tenía 53. Belinda empezó a sospechar que Rachel solo estaba en la relación por dinero y no por amor.

“Si quieres ir por ahí galanteando con una mujer más joven que solo quiere lo que hay en tu cartera, ¡entonces puedes olvidarte de la custodia compartida!”, le dijo Belinda al padre de su hijo. Tras el divorcio, cada vez que Tyler intentaba visitar a su niño, Belinda lo echaba.

La madre del chico se burlaba a menudo de Rachel diciendo que no era más que una joven tonta a la que no le importaban los valores familiares. A Belinda también le preocupaba la idea de que Frank tuviera una madrastra, y cómo eso afectaría las opiniones del niño sobre ella. Tyler a menudo defendía a Rachel durante sus discusiones con su ex.

“Rachel no se merece que le falten al respeto solo porque tú y yo tengamos problemas. Ella no ha hecho nada malo”, le dijo Tyler a Belinda. Poco después de su divorcio, el hombre se casó con Rachel en una ceremonia privada.

Aparte de eso, el hombre empezó a cansarse de su trabajo. Había trabajado duro para ascender en la empresa, pero se dio cuenta de que su trabajo ya no le llenaba.

Afortunadamente, había conseguido ahorrar una buena cantidad de dinero a lo largo de su carrera. Con los problemas que tenía con Belinda y el impedimento de ver a su hijo, el hombre se planteó la posibilidad de jubilarse anticipadamente.

A él le dolía estar separado de su retoño. Todo el trabajo extra que había asumido era solo para ayudar a Frank y asegurarse de que tuviera las mejores oportunidades.

“Esto no es más que un gran bache, pero pronto lo superaremos. Todos seremos una gran familia disfuncional. Espera y verás”, le dijo Rachel a Tyler.

Ella notaba que el estrés lo estaba afectando, y sabía que cualquier conversación con Belinda se tornaba hostil rápidamente. Pero Rachel decidió no involucrarse.

Por mucho que Tyler lo intentara, no podía ocultarle a su esposa la verdad de sus sentimientos. Él se había enamorado profundamente de Rachel, pero se sentía culpable por su relación con Belinda y no quería arruinar las cosas.

El hombre intentaba por todos los medios guardarse sus preocupaciones, pero Rachel era demasiado intuitiva. Él había comunicado en secreto a sus compañeros de trabajo que se jubilaría pronto, pero no se lo había dicho a su esposa.

“¿Qué pasa, Tyler? No vas a la oficina tan a menudo como antes. No hablas mucho. Me estoy preocupando”, le dijo Rachel a Tyler.

“Solo estoy pasando por un mal momento, mi amor. Te prometo que estaré bien”, respondió Tyler. Se trataba de una mentira piadosa, ya que Tyler llevaba tiempo planeando hacer un cambio significativo en su vida.

Rachel empezó a preocuparse de que su relación con Tyler fuera una situación de rebote. Comenzó a pensar que él solo había empezado a salir con ella porque quería dejar atrás a Belinda.

“¿Qué está pasando?”, pensó para sí misma. Rachel no quería estar en una relación por salir del paso. Creía sinceramente que había una solución para Tyler y quería ayudarle a superar sus problemas.

Las sospechas de Rachel crecieron hasta tal punto que decidió seguir a su esposo rico. Siguió a Tyler cuando se fue a trabajar por la mañana para entender mejor lo que hacía durante el día.

Lo que descubrió distaba mucho de lo que esperaba. Tyler salió de su auto y se puso un uniforme de barrendero. Al principio, Rachel estaba confundida y no sabía qué pensar de la situación, pero pronto supo para qué estaba él allí.

“Quiere ver a Frank jugar al fútbol”, pensó ella. Desde el divorcio, Belinda había prohibido a Tyler ver a su hijo. Incluso había amenazado con pedir la custodia exclusiva por medios legales si él no se mantenía alejado. Rachel se dio cuenta de que su esposo había recurrido a medidas extremas para poder ver a su retoño.

Empezó a pensar en lo difíciles que habrían sido los últimos años para Tyler. Lo había dado todo por su trabajo, se había divorciado de la mujer con la que había estado desde la secundaria y luego le habían dicho que no se relacionara con su propio hijo. Aun así, ella tenía que estar segura de lo que estaba pasando y decidió llamarlo.

“Hola, Tyler. Te estoy mirando desde un automóvil. No estás en la oficina. Llevas puesto un uniforme de barrendero y estás viendo a chicos de secundaria jugar al fútbol. Solo quiero la verdad. No voy a juzgarte, pero quiero que me digas qué está pasando”, dijo Rachel.

“La verdad es que estoy en proceso de retirarme de mi trabajo. Acepté un empleo como barrendero para ver a mi hijo. Belinda siempre me ha dicho que no me importa la familia, lo cual no es cierto. Trabajaba tanto como lo hacía para poder mantenerlos. Ahora me doy cuenta de que en realidad no estaba ahí para él. Quiero cambiar eso”, respondió Tyler.

El hombre continuó explicando que Belinda incluso había puesto a sus vecinos en su contra. Cada vez que él intentaba visitar a su hijo, ella lo interrogaba. Esto empujó a Tyler a buscar otra forma de ver a su retoño.

Él decidió que había ahorrado suficiente dinero para mantener a Rachel, Belinda y, sobre todo, a Frank. Esto le llevó a presentar su dimisión en el trabajo.

“Esto ha ido demasiado lejos. Voy a llamar yo misma a Belinda. Tiene que haber una forma de arreglar esto”, le dijo Rachel a su esposo.

Unos días después, Tyler y su esposa quedaron en reunirse con Belinda en una cafetería. Por primera vez, las dos mujeres tuvieron una conversación sincera. Rachel reveló que siempre había querido ser amiga de Belinda, pero que su situación tras el divorcio le había impedido acercarse.

Tyler reveló que iba a dejar su trabajo y que había estado trabajando como barrendero para poder ver a Frank jugar al fútbol. Belinda admitió que Rachel la hacía sentir insegura sobre su hijo y que le preocupaba que fuera incómodo que Frank creciera con dos figuras maternas.

“¿Recuerdas cuando dijiste que lo único que Rachel quería era mi dinero? Ella pasó la prueba. Aguantó que su marido fuera solo un barrendero”, le dijo Tyler a Belinda.

La mujer mayor se sorprendió al darse cuenta de que su exesposo había dejado su empresa para dedicar tiempo a su hijo. También se dio cuenta de que se había apresurado a criticar a Rachel por su edad.

“Creo que todos podemos hacer que esto funcione. Este divorcio me ha puesto muy sensible, pero me doy cuenta de que todos podemos trabajar juntos para estar ahí para Frank. Tenemos que ponerlo a él en primer lugar y olvidar nuestras pequeñas diferencias”, dijo Belinda.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• A veces los adultos son egoístas y actúan como niños: Tyler y Belinda deberían haber antepuesto a su hijo, independientemente del divorcio y de la nueva relación de Tyler.
• Siempre hay lugar para el perdón: A pesar de todos sus problemas, Tyler, Belinda y Rachel fueron capaces de encontrar la manera de resolver sus diferencias por el bien de Frank.

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