Todos se burlan de colega gay hasta que llegan a su casa y ven bebés allí - Historia del día

Todos en el trabajo se burlaban a diario de un colega gay, juzgándolo por elegir trabajar en casa la mayor parte del día. Se tragaron sus palabras al enterarse de que Gabriel vivía con niños pequeños en su casa.

Gabriel fue contratado para incorporarse a un nuevo lugar de trabajo debido a su excelente rendimiento en su empleo anterior. Uno de sus compañeros, Sean, era amigo de uno de los antiguos compañeros de trabajo de Gabriel y empezó a difundir rumores sobre él.

"¿Sabían que Gabriel es gay?", les dijo a sus compañeros mientras comían juntos la primera semana de trabajo de Gabriel. "He oído que estaba enamorado de su antiguo jefe, lo que le asustó, así que le pidieron que dejara su puesto", insinuó Sean.

Debido a los rumores de Sean, los demás compañeros empezaron a burlarse de Gabriel y a hacerle bromas. Al principio, Gabriel estaba entusiasmado con su nuevo trabajo, pero de repente se sintió de otra manera al darse cuenta de que sus compañeros estaban siendo groseros con él.

Sean y otros compañeros llevaban años trabajando juntos antes de que llegara Gabriel, así que ya se sentían cómodos los unos con los otros. No dudaron en ser groseros con Gabriel, metiéndose con él e insultándolo.

"Hola, Gabriel. ¿Quién te gusta en la oficina?", se burló una mujer. "Aquí hay algunos hombres solteros por si quieres empezar a salir", se burló.

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Gabriel se limitó a sonreír ante la grosera broma de su colega antes de defenderse. "Estoy aquí para trabajar y hacer el trabajo. Por favor, no invadan mi intimidad porque no tiene nada que ver con el trabajo", les dijo.

Sus compañeros se rieron de él y negaron con la cabeza. "Relájate un poco y acepta una broma", le dijo uno antes de volver a sus mesas.

"¿Cómo voy a relajarme? Son todos unos maleducados", pensó Gabriel, todavía ofendido por las bromas que a menudo le hacían.

Sean y sus compañeros se preguntaban a menudo adónde iba Gabriel en cada pausa para comer, ya que no volvía por la tarde. Les parecía bastante injusto cuando todos los demás trabajaban en la oficina todo el día.

Semanas antes del Día de la Independencia, todos los compañeros de trabajo decidieron pasarlo con sus familias. Organizaron una gran barbacoa al aire libre, pero decidieron no invitar a Gabriel, dando por sentado que, como era gay, no tenía familia.

A pesar de ser excluido de sus reuniones y de seguir siendo el blanco de las bromas de sus compañeros, Gabriel se encogió de hombros. Sabía que era bueno en lo que hacía y quería que sus colegas lo vieran. No le importaba lo que pensaran de su vida personal, ya que él estaba allí como profesional.

Un día, mientras trabajaba en uno de sus proyectos, Gabriel sintió de repente que se le oprimía el pecho. En ese momento estaba en el despacho de su jefe y se dio cuenta de que no podía respirar.

Su jefe llamó inmediatamente al 911 al darse cuenta de que Gabriel sufría un infarto. Cuando llegaron los paramédicos, Sean y los demás compañeros de trabajo vieron con horror cómo sacaban a Gabriel de su oficina.

“Supongo que no soportó tratar con nosotros”, dijo Sean, negando con la cabeza. “No pasó la prueba y ni siquiera lleva un año aquí”.

Su jefe escuchó la declaración de Sean y lo llamó a su despacho. Sean se sobresaltó, no esperaba que su jefe escuchara lo que había dicho, e inmediatamente se disculpó.

“Deberías disculparte, Sean. Gabriel es un hombre muy trabajador que lo único que quiere es ganarse la vida decentemente para su familia”, reveló su jefe.

“¿Familia?”, preguntó Sean, confundido.

"¿Qué creías? ¿Qué no tiene familia sólo porque es gay? Ahora que Gabriel está en el hospital, sus hijas necesitan a alguien que cuide de ellas. Quiero que tú y tus compañeros hagan algo bueno por una vez y se ocupen de sus hijas", ordenó el jefe de Sean.

"¿HIJAS? ¿Cómo puede tener hijas?", se preguntó Sean mientras salía del despacho de su jefe. Luego pidió a sus compañeros que lo acompañaran a casa de Gabriel para ver de qué hablaba su jefe.

Cuando llegaron a casa de Gabriel, una niñera abrió la puerta. "¿Están aquí las hijas de Gabriel? Somos sus compañeros de trabajo y queríamos ver cómo estaban", le dijo Sean a la mujer.

Ella asintió y los condujo a la sala de estar, donde dos bebés pequeñas dormían una al lado de la otra en una cuna. "¡Gabriel tiene gemelas!", dijo Sean con asombro.

“¿Dónde está Gabriel? Se suponía que debía estar en casa hace una hora”, preguntó la niñera a Sean, que tuvo que darle la triste noticia.

“Desafortunadamente, Gabriel sufrió un ataque al corazón mientras estaba en la oficina hoy temprano. Nuestro jefe nos pidió que viniéramos a ver a sus hijas. No estábamos seguros de qué esperar, ya que no pensábamos que Gabriel tuviera familia”, explicó Sean, casi culpable por haber juzgado a Gabriel todos esos meses.

La niñera, que se presentó como Macy, jadeó. “¿Él está bien? ¿En qué hospital está? Voy a ir a visitarlo”, dijo asustada. “¿Cómo van a sobrevivir estas pobres niñas sin él?”.

Sean le aseguró a Macy que Gabriel estaba en un buen hospital recibiendo el mejor tratamiento posible. Se ofreció a cuidar de las niñas mientras ella visitaba a Gabriel, cosa que ella agradeció.

"Antes de que te vayas, ¿podemos preguntar cuál es la historia de Gabriel? Me temo que hemos estado escuchando rumores estos últimos meses, pero nunca hemos averiguado la verdad sobre Gabriel", preguntó uno de los compañeros.

Según Macy, Gabriel había perdido a sus padres y a sus dos hermanas pequeñas en un accidente de auto. Creció en el sistema de acogida, donde empezó a soñar con criar a sus propios hijos.

"Gabriel adoptó a las niñas de nuestro orfanato local", reveló Macy. "Estas dos niñas son gemelas y nadie quería hacerse cargo de ellas por la enorme responsabilidad que suponía criar a dos bebés a la vez. Sólo Gabriel aceptó la responsabilidad. Es un hombre muy amable y desinteresado", añadió.

"Esta es Lucy y esta es Amelia", dijo señalando a las dos bebés que dormían plácidamente en la cuna. "Gabriel les puso el nombre de sus difuntas hermanas. Actualmente es padre soltero. Su pareja lo dejó porque no quería tener hijos".

Sean y sus compañeros quedaron impresionados por la historia de Gabriel y se sintieron fatal por haberlo juzgado mal. Prometieron cuidar de las gemelas mientras él estuviera en el hospital, sobre todo porque Macy no podía cuidarlas sola. Hicieron turnos y se aseguraron de que las gemelas estuvieran bien cuidadas.

Cuando Gabriel recibió el alta hospitalaria, le sorprendió el repentino cambio de actitud de sus compañeros. Le pidieron disculpas por todo lo que habían hecho y lo invitaron a su celebración del fin de semana del Día de la Independencia.

Al final, Gabriel descubrió lo que Sean y sus colegas hicieron por sus gemelas. Con el tiempo se hicieron amigos, y Sean incluso se convirtió en el padrino de las hijas de Gabriel.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• No invadas la intimidad de los demás: Sean y sus colegas no tenían derecho a juzgar a Gabriel por ser gay, y aun así se burlaron de él. Se dieron cuenta de que Gabriel era un buen hombre con intenciones puras, así que se arrepintieron de sus actos.
• No juzgues a los demás antes de conocer su situación: Sean se apresuró a juzgar a Gabriel por ser gay sin darse cuenta de que había más en su historia de lo que parecía a simple vista. Gabriel era padre soltero de dos gemelas que adoptó, y era un hombre trabajador que daba prioridad a su familia por encima de todo lo demás.

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