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Mujer mirando por la ventana. | Foto: Flickr.com/Ruth Hartnup (CC BY 2.0)
Mujer mirando por la ventana. | Foto: Flickr.com/Ruth Hartnup (CC BY 2.0)

Anciano solitario vuelve a casa después de su turno y ve a una hermosa joven junto a la ventana de su casa - Historia del día

Guadalupe Campos
30 jun 2023
03:00

Un día, cuando un hombre mayor llega a casa del trabajo, se sorprende al ver a una hermosa joven junto a su ventana. Al principio, cree que se lo está imaginando debido a su avanzada edad, pero entonces la mujer se encuentra cara a cara con él...

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Andrew era un hombre de negocios de 68 años que había vivido toda su vida solo porque nunca se había casado ni había tenido hijos. Sin embargo, era extremadamente amable y simpático y adoraba a los niños.

Por las tardes, al volver del trabajo, solía jugar con los hijos de sus vecinos o regalarles chocolatinas y caramelos. Otras veces, enseñaba a los niños a montar en bicicleta, a jugar al béisbol y a realizar otras muchas actividades. Era como si esos niños fueran suyos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Pero un día, cuando Andrew llegó a casa del trabajo, notó algo extraño. Había una mujer mirándole fijamente a través de la ventana de su casa. Era increíblemente guapa, y Andrew no podía creer lo que veían sus ojos cuando la vio.

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"¡Tiene que estar en mi cerebro! No puede ser verdad", se dijo a sí mismo, incapaz de creer lo que veían sus ojos, mientras corría al interior de la casa y subía a la habitación con la ventana.

Si haces un modesto acto de bondad por alguien, serás recompensado numerosas veces.

"Dios mío, Cynthia, ¿eres tú?", preguntó, deteniéndose a la puerta de la habitación. La mujer le sonreía y estaban cara a cara.

"SOY YO, Andrew", respondió ella. "He cumplido la promesa que te hice hace dieciocho años. ¿No te alegras de verme?".

Al oír esas palabras, su pasado pasó ante sus ojos y no pudo contener las lágrimas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Hace dieciocho años, Cynthia no era más que una niña de seis años. Se sentía sola y no tenía amigos. Incluso a sus padres les caía mal. Y todo porque había nacido con una malformación congénita y le faltaba una mano.

Andrew era el único que quería a Cynthia y pasaba tiempo con ella. Jugaba con ella por las tardes y la consolaba cuando se enfadaba y lloraba, pensando que no era tan buena como los demás niños, razón por la que todos la despreciaban.

Un día, los padres de Cynthia hicieron algo horrible. La dieron en adopción y decidieron vender su casa. Todos los que se enteraron se quedaron atónitos, incluido Andrew, que entonces era el vecino de al lado de Cynthia.

Sin embargo, Cynthia estaba contenta. Estaba contenta porque iba a ir a una nueva familia donde la querrían. Pero cuando llegó ese día, Andrew estaba triste porque la echaría de menos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Cuando ella se iba, él la abrazó y le dijo: "Te echaré muchísimo de menos, Cynthia. Si alguna vez necesitas encontrarme, ven aquí porque he comprado esta casa a tus padres. Ya he puesto en venta mi antigua casa para poder salvar la tuya. Te deseo felicidad dondequiera que vayas...".

Con esto, cogió la llave de repuesto de la casa y se la dio a Cynthia. "Esta es tu llave de la casa. Puedes venir aquí en cualquier momento de tu vida, y mis puertas estarán abiertas para ti. Pero a cambio, prométeme que nunca te rendirás, que nunca escucharás lo que te digan los extraños y que siempre te querrás a ti misma. Recuerda, si te quieres a ti mismo, ¡el resto del mundo también te querrá!".

Cynthia lo abrazó antes de despedirse con la mano, y a Andrew se le saltaron las lágrimas aquel día, igual que cuando vio a la guapísima Cynthia, de 24 años, de pie frente a él con un impresionante vestido morado y sombrero Fedora.

"¿Cómo has estado, Andrew?", le preguntó mientras le abrazaba. "Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad?".

"¡Oh, Cynthia, no puedo creer que seas tú, cariño! ¿Dónde has estado todos estos años? Te he echado tanto de menos".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Estaba en Francia, Andrew. Un año después de mi adopción, mis padres adoptivos se trasladaron allí. Gracias a su apoyo, me convertí en una modelo de éxito. Y estoy casada con un hombre de negocios. Un día encontré las llaves que me diste y supe que tenía que verte".

En ese momento, sacó un par de llaves de su abrigo y se las entregó a Andrew mientras le cogía ambas manos. "Ahora me gustaría que me prometieras algo...", le dijo. "Esta es la llave de mi casa en la Riviera francesa. Debes saber que puedes venir a verme en cualquier momento y que mi puerta siempre estará abierta para ti. Debes comprometerte a visitarme cada Navidad y Año Nuevo".

"Oh, me... me encantaría, cariño", dijo él y la abrazó.

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Ese año, y todos los siguientes, Andrés pasó las Navidades y el Año Nuevo en casa de Cynthia, con su marido y sus padres, que lo consideraban parte de su familia.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Quiérete a ti mismo sin importar lo que los demás digan de ti. De niña, a Cynthia no la quería nadie, lo que hacía que se sintiera mal consigo misma. Pero Andrés siempre le decía que se quisiera a sí misma, y un día rompió todas las barreras convirtiéndose en una famosa modelo.
  • Si haces un modesto acto de bondad por alguien, serás recompensado numerosas veces. Andrew ayudó a Cynthia de niña, para que no se sintiera abandonada y odiada. Cuando creció, acogió a Andrew como a su familia para aliviar su soledad.
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