Descubrí que mi hijo había golpeado a un niño en el colegio y lo recompensé tras averiguar por qué lo había hecho
Al llegar al colegio para recoger a su hijo mediano, una madre no tenía idea de lo que le esperaba. Cuando entró en la clase de preescolar de su hijo, se encontró con un espectáculo insólito: un niño llorando de pie a un lado de la clase, mientras su hijo estaba de pie al otro. ¿Qué había ocurrido exactamente para que se diera esta situación?
Todos los padres aspiran a educar a sus hijos con buenos valores, fomentando cualidades como la responsabilidad, la bondad y el amor a medida que crecen. Más allá de hacer hincapié en el desarrollo académico, los padres se comprometen a inculcar la importancia de apoyar y defender lo que es justo y correcto.
Un método que utilizan los padres para reforzar el comportamiento positivo es reconocer y recompensar a sus hijos cuando realizan acciones loables, productivas o útiles. La madre de la historia de hoy adoptó un enfoque similar tras conocer las acciones de su hijo. Sigue leyendo para descubrir más detalles intrigantes.
En diciembre de 2019, Katie Bryant, de Carolina del Norte, compartió su conmovedor incidente en una popular plataforma online. Ella relató el día en que fue a recoger a su hijo mediano de una clase de ciencias de jardín de infantes, haciendo malabares con su pequeño en brazos mientras otro niño asistía a una clase al otro lado del pasillo. Al doblar la esquina, una escena inesperada se desplegó ante ella.
Tras el inesperado incidente en clase, Bryant preguntó qué había ocurrido, haciendo hincapié en la importancia de comprender el "por qué" de las acciones.
"Iba a recoger a mi hijo mediano de la clase de ciencias de preescolar. A un lado de la clase, había un niño llorando, sujetándose la cara y con cara de vergüenza. Al otro lado del salón, mi hijo", recordó Bryant.
La mujer de Carolina del Norte dijo que su hijo mostraba los rasgos característicos de un "Eneagrama 8": brazos cruzados desafiantes y cejas fruncidas con severidad. Preocupada y decidida a comprender la situación, sabía que algo había ocurrido entre los dos niños.
La asistente voluntaria se acercó rápidamente a Bryant, informándole de "un incidente" que había tenido lugar. Sin dudarlo, ella dijo, "Vamos a averiguarlo", mientras colocaba a su hijo cerca de un cubo sensorial.
La visión de su madre pareció reconfortar a su hijo, como si supiera que ella le cubría las espaldas. La profesora, claramente sorprendida por el inesperado altercado, intentó abordar la situación, pero parecía estar haciendo las preguntas equivocadas.
Respetando la autoridad de la profesora, la atenta madre se ofreció a ayudar a resolver el asunto. Su presencia alivió a la maestra, que probablemente no había previsto enfrentarse a una situación semejante en la clase de preescolar-primer grado ese día. Con su inquebrantable apoyo a su hijo, Bryant estaba decidida a averiguar qué había ocurrido y asegurarse de que el incidente se tratara con justicia.
El conflicto y la reacción de la madre
Tras el inesperado incidente en clase, Bryant preguntó qué había ocurrido, haciendo hincapié en la importancia de comprender el "por qué" de las acciones.
La profesora explicó que los niños fueron enviados al baño en grupos de tres por seguridad, y fue entonces cuando "el niño grande" empezó a empujar al más pequeño. El hijo de Bryant, erguido e inquebrantable, había intervenido para proteger al pequeño, pero la situación fue a más, lo que lo llevó a dar un puñetazo para defenderse. "¿Qué pasó?", preguntó Bryant a su hijo. "Le di un puñetazo, fuerte", respondió él.
A medida que la verdad salía a la luz, las expresiones de los rostros de los profesores cambiaban, dándose cuenta de que inicialmente habían juzgado mal la situación, asumiendo que el hijo de Bryant era el agresor. El padre del niño más grande también llegó y, tras varias preguntas, el niño admitió entre lágrimas sus acciones.
Observando cómo se manejaba la situación, la residente de Carolina del Norte empezó a entender por qué el niño se sintió obligado a buscar venganza. No obstante, reunió a sus hijos, salió de clase y los llevó a tomar un helado, apoyando las acciones de su hijo.
La respuesta en Internet
Al reflexionar sobre el incidente y esperar reacciones, Bryant dijo que anima a su hijo a defender lo que es correcto. Aunque no es partidaria de resolver los problemas a puñetazos, cree que es esencial que su hijo proteja a los demás cuando sea necesario. Enseña a su hijo a defender a los oprimidos y a estar ahí para los que necesitan apoyo.
La orgullosa madre describió a su hijo como fuerte, feroz y bondadoso. Aunque criarlo puede ser un reto, ella alimenta su naturaleza de carácter fuerte y valiente, sabiendo que utilizará su pasión para defender los derechos humanos.
Un internauta elogió en las redes sociales al hijo de Katie Bryant por su consideración. | Foto: facebook.com/lovewhatreallymatters
Un comentarista elogió a Katie Bryant y a su hijo después de que su historia circulara por las redes sociales. | Foto: facebook.com/lovewhatreallymatters
La historia de Bryant y su hijo recibió una avalancha de apoyo y admiración de otros lectores en las redes sociales. Muchos elogiaron las valientes acciones de su hijo y aplaudieron la forma de crianza de la madre.
Varios comentarios aplaudieron la intervención del niño. Un comentarista expresó la necesidad de que hubiera más niños como él, reconociendo la importancia de cultivar tales cualidades desde una edad temprana. Otra persona elogió a Bryant, diciendo que habían instruido a sus propios hijos para que no iniciaran peleas, sino que se levantaran contra el maltrato o la injusticia. Ellos también recompensaban a sus hijos con helado por hacer lo correcto.
Una usuaria de Facebook agradeció a Katie Bryant que recompensara a su hijo por lo que hizo. | Foto: facebook.com/lovewhatreallymatters
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El tercer comentario se hacía eco de los sentimientos de orgullo y comprensión. Elogiaron a la madre por no promover la violencia, pero reconocieron que a veces, ante la necesidad urgente de proteger a los demás, hay que actuar. Aplaudían al chico por defender al pequeño, subrayando que el bravucón merecía las consecuencias de sus actos.
¿Crees que el niño hizo lo correcto al defender a su compañero de colegio? Habrías recompensado sus acciones como hizo su madre? Por favor, comparte tus valiosos comentarios con nosotros en Facebook.
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