Mujer recibe felicitaciones de cumpleaños de todos menos de sus 3 hijos, que no la visitan desde hace 7 años - Historia del día

Una madre soltera que celebraba su cumpleaños número 50 esperaba desesperadamente que sus tres hijos aparecieran para saludarla a pesar de saber que hacía años que no la visitaban.

Un fuerte chaparrón salpicaba el tráfico vespertino mientras Nora permanecía junto a la ventana de su alto edificio de oficinas, sumida en profundos pensamientos. Era su cumpleaños número 50 y su alegría se reducía a lágrimas.

"¿Vendrán al menos esta vez?", se preguntaba, con lágrimas cálidas rodando por sus mejillas. "Me avergüenza mucho llamarme su madre. ¿Me darán la oportunidad de arreglar las cosas? ¿Cómo he podido ser tan cruel con ellos?".

Nora se apresuró a llegar a casa en su caro coche para empezar con su fiesta de cumpleaños. Estaba atrapada en un atasco y encontró tiempo para recordar una decisión imprudente que tomó hace 20 años y que hizo que sus hijos no quisieran volver a verla...

El camino de esta madre soltera para establecer su ahora exitoso imperio empresarial comenzó hace 20 años. Nora fue criada por su madre soltera, Dorothy, y siempre había querido marcar un hito para que las mujeres con un sueño consiguieran grandes logros.

"Pero Nora, deberías haberlo pensado bien antes de planear tener bebés. Perdiste a tu esposo el mes pasado. Y ahora me dices que no quieres quedarte con estos bebés", argumentó Dorothy cuando Nora le reveló los informes del escáner que indicaban que estaba embarazada de tres meses de trillizos. "Son todo lo que tienes del recuerdo de Dave".

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"Sus ojos estaban fijos en la puerta principal, ansiosos por ver a sus hijos... Cortó su pastel de cumpleaños, pero sus hijos nunca aparecieron para saludarla".

Nora se había casado con Dave dos años antes, y planeaban montar un negocio juntos. Pero tras el prematuro fallecimiento de Dave en un accidente, se vio obligada a elegir entre su carrera y la crianza de sus hijos.

Sin sopesar las consecuencias, eligió su carrera y decidió dejar a sus bebés con su madre después de que nacieran.

Nora llevó el embarazo a término y dio a luz a tres preciosos niños. Se quedó con ellos los tres primeros meses, pero después decidió perseguir sus ambiciones.

"Lo siento mucho, mamá. Te visitaré cuando tenga tiempo. Tengo una reunión con un cliente que me va a financiar la empresa".

Nora ni siquiera se paró a mirar a sus hijos ni les dio un beso de despedida. Decidió no dejar que las emociones la desviaran de su camino y se dedicó a su carrera.

Los tres hijos de Nora, George, John y Jacob, crecieron bajo el cuidado y la custodia de su abuela. Cuando cumplieron 10 años y sintieron curiosidad por saber por qué su madre nunca los visitaba a menudo, Dorothy sintió el impulso de revelarles la verdad.

"Adora su carrera más que a su familia", reveló. "Nos envía dinero y paga toda su educación. Pero nunca tiene tiempo para nosotros. Sólo el tiempo dirá si se da cuenta de la importancia de la familia".

Con el paso del tiempo, la salud de Dorothy empezó a deteriorarse. Aun así, hizo todo lo posible por cuidar de sus nietos, que para entonces habían cumplido 13 años.

Aunque muchas cosas cambiaron en sus vidas a lo largo de los años, el rencor de los chicos hacia su madre no hizo más que crecer. Las cicatrices que dejó en sus corazones seguían frescas y huecas.

Estaban furiosos con ella por abandonarlos y decidieron mantener las distancias pasara lo que pasara. Incluso se negaron a mirar a Nora cuando se dejó caer por allí para presentar sus últimos respetos a Dorothy.

"¿Por qué está aquí? ¿Se ha decidido por fin a ver a la abuela en su ataúd? ¿Así? Es una desgracia que sea nuestra madre", murmuró John.

"Sí, no voy a hablar con ella. George, ¿y tú?", preguntó Jacob.

"Yo tampoco", contestó George mientras los tres inclinaban la cabeza, negándose a mirar a su madre, que se acercaba a ellos para darles el pésame.

"Hijos, siento mucho que le haya pasado esto a su abuela, y también quiero decirles que yo...".

Los chicos la ignoraron y se marcharon con su cuidadora, a la que Dorothy había contratado hasta que cumplieran 18 años. Nora podía sentir perfectamente el odio que sentían por ella, pero no podía hacer nada.

Nora se arrepintió de haberlos abandonado y pensaba que aún tenía una oportunidad de recuperar su confianza. Pero no logró convencerlos.

Durante siete años, sus hijos se negaron a visitarla y la evitaron. Finalmente, Nora ideó un plan para reconciliarse con ellos y pensó que funcionaría.

"Los invitaré a mi cumpleaños. Estoy segura de que superarán lo que hice y me perdonarán. Haré una fiesta fastuosa y los presentaré como MIS HIJOS a todos mis invitados ricos. Mis hijos seguro que estarán contentos y me perdonarán. Ahora tienen 20 años y me entenderán mejor".

Nora confió ciegamente en sus instintos y envió una invitación de cumpleaños a sus hijos, rezando para que acudieran a recibirla. Pasó por delante del tráfico nocturno para prepararse para su fiesta de cumpleaños, con la esperanza de que sus hijos aparecieran.

"Deseándote la mayor de las alegrías hoy", saludó un invitado.

"Muchas más felicidades en este día", dijo otro.

Nora sonreía sin tapujos mientras los invitados la colmaban de regalos y saludos. Pero sus ojos estaban fijos en la puerta principal, ansiosa por ver a sus hijos.

Con el corazón encogido, cortó su pastel de cumpleaños, y la fiesta fue completa, pero Nora lloraba en silencio por dentro. Sus hijos nunca aparecieron.

Cuando sus invitados se marcharon, Nora se encerró en silencio. Se hundió en la desesperación, dándose cuenta de que había perdido su relación más valiosa en su carrera por la riqueza y la fama.

En ese momento, Nora volvió a tomar otra decisión que le cambió la vida y que añadió una nueva dimensión a su vida.

Vendió su empresa y utilizó los beneficios para ayudar a niños en hogares de acogida a buscar una vida mejor. Bajó de la escalera de la riqueza y empezó a llevar una vida humilde para mejorar la vida de los niños abandonados por sus padres.

Nora renunció a intentar reconciliarse con sus hijos porque consideraba que su enfado estaba justificado. Su devoción por su misión le granjeó una gran popularidad y la lanzó a la fama.

"Nos complace tenerla en nuestro programa, señora Parker", dijo el presentador en una entrevista retransmitida por televisión. "Díganos, por favor, ¿qué le motivó a renunciar a su rica vida por esos niños necesitados?".

"Mis hijos, a los que abandoné hace 20 años...".

"¡Interesante! ¿Podría arrojar más luz sobre su historia, señora Parker?".

A Nora se le llenaron los ojos de lágrimas. Por primera vez en años, decidió abrir al mundo la verdad sobre sus hijos.

"Quería ser una empresaria de éxito. Conseguí más de lo que soñaba, pero tuvo un precio muy alto... mi maternidad. Abandoné a mis hijos y nunca estuve a su lado. Pensé que dándoles dinero y comprándoles regalos caros sería suficiente para formar parte de sus vidas. Pero me di cuenta de que nada puede comprar el amor genuino".

George, John y Jacob habían estado viendo la entrevista, y ser testigos de cómo su madre expresaba su arrepentimiento en directo por televisión les derritió el corazón.

"Sé que no merezco una segunda oportunidad, pero ojalá pudiera volver atrás en el tiempo y evitar cometer ese error. Aunque mis hijos me odien, los quiero. Siempre los he querido y siempre los querré".

Dos días después, Nora, que celebraba su cumpleaños número 51, oyó el timbre de la puerta. No había invitado a nadie y había decidido pasar el día en silencio. Al abrir la puerta, su tristeza se desvaneció y la alegría llenó su corazón. Sus tres hijos estaban en la puerta.

"¡Feliz cumpleaños, mamá!".

Nora no podía creer lo que veían sus ojos. Lágrimas de alegría corrían por su rostro mientras abrazaba a sus hijos, sintiendo su cálido amor por primera vez en años.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Piénsalo dos veces antes de tomar una decisión. Podría cambiarte la vida. En su carrera por convertirse en una empresaria de éxito, Nora eligió su vida profesional por encima de sus hijos. Pero años más tarde, ya era demasiado tarde cuando se arrepintió de su error. Sus hijos se negaron a darle cabida en sus vidas y la odiaron por abandonarlos.
• Perdona y ofrece una segunda oportunidad si crees que se lo merecen. Aunque los hijos estaban enfadados con Nora, decidieron darle una segunda oportunidad después de ver su entrevista en televisión. La perdonaron y se reconciliaron con ella, dejando atrás sus cicatrices del pasado para descansar.

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