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Chica paga el café de la persona que va detrás de ella, inicia una cadena de buenas acciones durante todo el día

Susana Nunez
14 nov 2023
02:30

Sarah nunca fue una persona madrugadora. La alarma que sonaba a las 6:30 de la mañana era su némesis diaria. Pero había algo que hacía soportable el incesante madrugón: el reconfortante aroma del café recién hecho que flotaba en el aire. Su cafetería favorita estaba a pocos minutos de su apartamento, y se convirtió en su santuario matutino.

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Una mañana soleada, tras darle al botón de repetición un par de veces, Sarah se apresuró a vestirse. Tenía una presentación importante en el trabajo y necesitaba la cafeína más que nunca. Recogió las llaves, salió corriendo por la puerta y se dirigió a su cafetería favorita.

Cuando se unió a la fila de coches en el autoservicio, Sarah no pudo evitar sentir la familiar sensación de anticipación. El olor de los granos de café tostados y la idea del primer sorbo eran su pequeño lujo diario.

La cola avanzaba lentamente y eventualmente Sarah se encontró en la ventanilla del autoservicio. Buscó su bolso para pagar, pero antes de que pudiera entregar la tarjeta de crédito, la camarera sonrió y dijo: "Su café lo ha cubierto el vehículo que va delante de usted".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Sarah se quedó sorprendida. "¿En serio?", preguntó, a la vez impactada y agradecida.

La chica asintió. "Sí, la mujer del automóvil de delante ha querido pagarlo hoy. Disfruta de tu café".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Con una cálida sonrisa, Sarah aceptó el café gratis y se marchó. El inesperado acto de amabilidad permaneció en su mente mientras sorbía la deliciosa infusión. La animó y la hizo sonreír, haciendo que su presentación le pareciera un poco menos desalentadora.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Al salir del autoservicio e incorporarse al tráfico, Sarah miró por el retrovisor al siguiente coche que se acercaba al escaparate de la cafetería. Una idea empezó a formarse en su mente. Quizá ella podría hacer lo mismo, devolver el favor y alegrar la mañana a otra persona. Decidió quedarse, aparcar el coche y volver a entrar en la cafetería.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Dentro, se acercó a la cajera y le dijo: "Me gustaría pagar el café de la persona que va en el coche detrás de mí".

La cajera sonrió y asintió, procesando el pago. Sarah sabía que acababa de iniciar una cadena de amabilidad, y sintió una cálida sensación de satisfacción.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Mientras salía de la cafetería y se dirigía a su coche, Sarah no pudo evitar preguntarse cómo reaccionaría el siguiente conductor. ¿Continuarían la cadena de buena voluntad? Desde el coche, vio cómo el conductor que venía detrás se acercaba a la ventanilla. El camarero le informó que ya habían pagado su café, y entonces ocurrió algo hermoso. El conductor, un hombre de mediana edad, sonrió y dijo: "¡Es maravilloso! Por favor, utiliza el dinero que iba a gastar para pagar el café del automóvil que tengo detrás".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Una oleada de positivismo invadió a Sarah al ver la continuación de la cadena de cafés. No pudo evitar pensar en cómo un pequeño e inesperado acto de amabilidad tenía el poder de crear un efecto dominó de generosidad y calidez.

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Sarah no fue la única que se dio cuenta de la cadena. En la cafetería, la gente empezó a hablar de eso. La noticia corrió como la pólvora, y la cola de coches en el autoservicio se hizo más larga a medida que más gente quería formar parte del fenómeno.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Los actos de bondad siguieron llegando. Una joven pagó el café de una madre agobiada con un bebé en el asiento trasero. Un obrero de la construcción en una camioneta cubrió los gastos de un grupo de adolescentes de camino al colegio. Una pareja de ancianos entró en acción, pagando el café de una profesora que se dirigía al trabajo.

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La cadena se extendió hasta bien entrada la mañana, y cada destinatario estaba deseoso de que continuara. Nadie quería ser el que rompiera la cadena de amabilidad. El ambiente de la cafetería bullía de buena voluntad y de un sentido de comunidad poco frecuente en el ajetreo de la vida cotidiana.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Las noticias locales se hicieron eco de la historia, que rápidamente se hizo viral en las redes sociales. Los desconocidos se sintieron inspirados por la conmovedora cadena de cafés y quisieron reproducirla en sus propias comunidades. Los mensajes de gratitud y solidaridad inundaron Internet, demostrando que incluso en un mundo que a veces se sentía dividido, los pequeños actos de bondad tenían el poder de unir a la gente.

A la mañana siguiente, Sarah estaba vuelta en la cafetería, deseosa de unirse a la cadena una vez más. Mientras esperaba en la cola, oyó a los camareros hablar de cómo lo ocurrido había cambiado el ambiente del lugar. La gente era más amable, las conversaciones eran más animadas y había una innegable sensación de camaradería.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

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Cuando Sarah llegó a la ventanilla de autoservicio, el camarero la reconoció y le dijo: "Tu café ya ha sido cubierto, otra vez. Por el desconocido cuyo café pagaste ayer".

Sarah sonrió. "En ese caso", respondió, "por favor, usa mi dinero para pagar el de la persona que está detrás de mí".

La cadena continuó, día tras día, mientras la pequeña cafetería se convertía en un símbolo del poder de la amabilidad. Y Sarah, que sólo quería su dosis matutina de cafeína, se sintió animada al saber que había iniciado algo hermoso.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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