Atrapé a la niñera saliendo de mi casa en su día libre - Ella y mi marido me mintieron sobre el motivo de su visita
Kate llega pronto a casa de su viaje y se sorprende al ver a Ella, la niñera, saliendo de su casa un día que no debía trabajar. Al ser interrogados, Ella y Dan, el marido de Kate, dieron explicaciones poco convincentes. ¿Cuál era la verdadera historia de aquella visita inesperada?
Mi marido, Dan, y yo llevamos juntos casi una década. Tenemos tres hijos preciosos: Lucy, de seis años, Ryan, de cuatro, y nuestra más pequeña, Abbie, que acaba de cumplir un año.
Dan trabaja como profesor en una universidad, y yo soy fotógrafa de bodas. Mi trabajo me obliga a viajar, a veces incluso a otros países.
Una mujer fotografiando a un grupo en una boda | Foto: Pexels
Nuestra niñera, Ella, lleva dos años con nosotros. Mi hermana y algunas de sus amigas nos recomendaron a Ella, y nunca hemos tenido ningún problema con ella. Los niños la adoran y ha sido fantástica. También es bastante atractiva, lo que nunca pensé que fuera un problema hasta una noche que realmente me conmocionó.
Volví de un viaje antes de lo previsto, y Ella estaba allí, escabulléndose de nuestra casa a las 10 de la noche. Era su día libre, así que su presencia me pareció extraña.
"Ella, ¿va todo bien? ¿Te necesitaba Dan para algo?, pregunté acercándome a ella.
Ella se volvió, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. "¡Oh, Kate, llegaste pronto! No, todo va bien. Solo me he dejado el móvil dentro. Qué tonta, ¿verdad?"
Asentí con la cabeza, aunque una sensación molesta me atormentaba.
Una mujer con un niño en brazos | Foto: Pexels
Al entrar en casa, vi a Dan sentado en el sofá, absorto en su teléfono. Me vio y sonrió. "Cariño, has vuelto pronto. ¿Qué tal el viaje?"
"Fue... fue bien", contesté, con la mente todavía acelerada por lo que había visto fuera.
"Dan, ¿por qué ha venido Ella hoy, en su día libre?", le pregunté por fin. "La he visto salir hace un momento".
Su sonrisa se desvaneció. "Quería prestarme un libro. Sí, un libro", respondió.
Fruncí el ceño. "¿Un libro?"
Un conjunto de libros | Foto: Pexels
No tenía sentido. Me pareció que ocultaban algo. Pero no quería parecer tonta acusándoles sin pruebas, y también sabía que si tenían una aventura, no aceptarían la verdad sin pruebas.
Así que al día siguiente, con la casa en silencio y Dan en el trabajo, registré su despacho. Me sentía fatal por dudar de él, pero no podía evitar la sensación de que algo no iba bien.
Allí encontré una caja negra escondida en un estante dentro de un armario. Nerviosa, la abrí.
Dentro había globos de "Feliz Aniversario" y otra caja más pequeña. Al abrirla, encontré dos alianzas; una era claramente para un hombre, más gruesa y de diseño más sencillo, y la otra, delicada y femenina, diseñada para complementar a la primera.
Una pareja mostrando sus alianzas | Foto: Pexels
La confusión y las lágrimas me invadieron. ¿Tenía Dan otra mujer? ¿Una segunda familia?
Cuando Dan llegó a casa aquella noche, tenía que saberlo. Entró y yo estaba preparada, con la caja abierta sobre la mesa del salón.
"¿Qué es esto?", pregunté, señalando la caja. "Sé sincera conmigo. ¿Y por qué estaba Ella aquí ayer por la noche?"
La sonrisa de Dan se desvaneció y se quedó inmóvil un segundo, con los ojos llenos de pánico. Luego suspiró y se sentó en el sofá.
Un hombre estresado sentado en un sofá | Foto: Pexels
"Kate, yo... Quería darte una sorpresa", dijo mirándome. "Se acerca nuestro aniversario y quería hacer algo especial".
Me llevé las manos a la boca, impresionada, y se me llenaron los ojos de lágrimas. Lo miré fijamente y las piezas encajaron.
"Reservé un sitio, un buen restaurante, ¿sabes? Y pensé... ¿Por qué no renovar nuestros votos? Solo una pequeña ceremonia para demostrarte que te quiero tanto ahora como cuando nos conocimos hace diez años."
"Pero... ¿Ella? ¿Qué hacía ella aquí?", pregunté temblorosa.
Una mujer con mirada triste | Foto: Pexels
"Ella estaba aquí porque necesitaba su ayuda", me explicó. "Para ocuparse de los niños durante la fiesta. Era su día libre, pero aceptó venir por la tarde para hablar de todo. Incluso le pagué de antemano y le pedí que te ocultara el plan. No esperaba que estuvieras en casa, me puse nervioso y... mentí".
Me sentí fatal por haber dudado de Dan. Me senté a su lado y cogí suavemente sus manos entre las mías.
"Lo siento, Dan" -dije, sintiéndome culpable-. "Debería haber confiado en ti. Me asusté mucho cuando las historias no cuadraban. Le pregunté a Ella por qué estaba aquí y me dijo que se había olvidado el teléfono".
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Dan sacudió la cabeza y sonrió. "No pasa nada, Kate. Lo comprendo. Ha sido un poco reservada, toda esta planificación... Te quiero".
Una pareja feliz abrazándose | Foto: Pexels
"Yo también te quiero", contesté.
Entonces me envolvió en un abrazo, y nos quedamos así unos minutos. Una semana después, renovamos nuestros votos, prometiendo confiar y apoyarnos mutuamente pasara lo que pasara.
No fue la sorpresa que Dan tenía en mente, pero fue perfecta para nosotros. Y aprendí una valiosa lección sobre la confianza, el amor y la importancia de creer en la persona que amas.
¿Te has encontrado alguna vez en una situación así? ¿Qué hicisteis?
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