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Silla con flores en una boda | Foto: Shutterstock
Silla con flores en una boda | Foto: Shutterstock

Chica ayuda a organizar la boda de su madre, pero antes del evento le dicen que no es bienvenida

Jesús Puentes
15 mar 2024
03:30

Cuando mis padres se separaron, acabé viviendo con mamá. Estábamos las dos solas contra el mundo, o al menos así lo sentí. Entonces, de la nada, Andrew entró en su vida.

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Era amable, un poco demasiado tradicional para mi gusto, pero la hacía sonreír, ese tipo de sonrisa que no había tenido desde que papá se fue. Así que, cuando me propuso matrimonio, me alegré de verdad por ellos.

Hija abraza a mamá | Foto: Shutterstock

Hija abraza a mamá | Foto: Shutterstock

Me volqué en la organización de la boda, eligiendo su vestido, la decoración e incluso el restaurante perfecto para el banquete. Era como un sueño, nuestro pequeño proyecto, hasta que todo se vino abajo.

Mujer se prepara para la boda | Foto: Shutterstock

Mujer se prepara para la boda | Foto: Shutterstock

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Una semana antes de la boda, mamá me sentó. Tenía los ojos ansiosos y las manos inquietas en el regazo. "Cariño", empezó, con voz temblorosa, "tengo que decirte algo". Fue entonces cuando soltó la bomba. Resultó que los padres de Andrew eran superreligiosos. No sabían que mamá había estado casada antes, y mucho menos que tenía una hija de ese matrimonio. Andrew había mantenido nuestra existencia en secreto, temiendo su juicio.

Mujer conmocionada por las noticias | Foto: Shutterstock

Mujer conmocionada por las noticias | Foto: Shutterstock

La siguiente parte fue como un puñetazo en las tripas. "No deberían verte en la boda", dijo, apenas por encima de un susurro. Me quedé atónita, enfadada y con el corazón roto a la vez. ¿Cómo podían? ¿Cómo podía? Y lo peor de todo, ¿cómo podía estar de acuerdo mamá? Pero a pesar de mi decepción, me tragué mi dolor y puse cara de valiente, sabía que para ella también era muy duro. No es una excusa para mí, pero estar atrapada en una red de mentiras, queriendo estar con el hombre que ama, me hizo cerrar los ojos de alguna manera.

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Mujer triste sentada sola | Foto: Shutterstock

Mujer triste sentada sola | Foto: Shutterstock

Observé desde la distancia cómo llegaba el gran día. Estuve llorando toda la mañana viendo a mi madre preparándose. Había puesto tanto de mí para que la boda de mi madre fuera perfecta, pero al final solo conseguí que me traicionaran.

Pero el destino quiso que su boda fuera poco menos que una catástrofe. La tarta se volcó, una tubería reventó en medio de la ceremonia y el padrino perdió los anillos. Fue como ver una comedia de errores, pero real. Además, alguien, quizá borracho, sacó a relucir una conversación sobre el anterior matrimonio de mamá y, al final, todos sus secretos salieron a la luz.

Pastel en el suelo | Foto: Shutterstock

Pastel en el suelo | Foto: Shutterstock

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Al enterarme del desastroso giro de los acontecimientos, me invadió una satisfacción agridulce. Parecía una forma retorcida de justicia, una consecuencia de las mentiras y los secretos que habían empañado lo que debería haber sido un día de amor y unidad.

Pero ver la cara de mamá, su decepción y vergüenza, me rompió el corazón. A pesar de todo, no podía odiarla, ni siquiera a Andrew. Solo estaban atrapados en los prejuicios sociales.

Novia decepcionada | Foto: Shutterstock

Novia decepcionada | Foto: Shutterstock

Después, mamá y yo tuvimos una larga conversación. Se derramaron lágrimas, se pidieron disculpas y me di cuenta de que, pasara lo que pasara, seguía siendo mi madre. La quería, aunque sus decisiones me hicieran daño. Y en cuanto a Andrew, bueno, aprendió una dura lección sobre la honestidad y la familia.

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Mujer abraza a mujer triste | Foto: Shutterstock

Mujer abraza a mujer triste | Foto: Shutterstock

A veces la vida nos lanza estas extrañas bolas curvas, y cómo reaccionamos ante ellas nos define. Yo elegí perdonar, comprender y amar, porque, al fin y al cabo, la familia es la familia, por muy poco convencional o imperfecta que sea. Y quizá, sólo quizá, todo este lío nos acercó más de lo que nunca habíamos estado.

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