7 chistes seleccionados cuidadosamente para alegrarte el día

La risa es uno de los placeres más sencillos de la vida y, a veces, el mejor humor procede de situaciones cotidianas con las que todos podemos identificarnos. Ya sean las peculiaridades del matrimonio, los retos de la tecnología moderna o simples contratiempos, estos momentos suelen arrancarnos una sonrisa.

En esta desenfadada colección, conocerás a un hombre que se encuentra sentado junto a un asiento inesperadamente vacío en un gran partido y a un malabarista cuyo talento hace que un transeúnte llegue a una conclusión inesperada, entre otros. Cada chiste ofrece una visión de los escenarios, a veces absurdos y siempre divertidos, que surgen en nuestra vida cotidiana.

Confusión textual

Jeremy y Linda, una pareja de unos ochenta años, habían aprendido por fin a enviar y recibir mensajes de texto en sus teléfonos móviles.

Linda, romántica de corazón, enviaba a menudo mensajes románticos a su marido. Un día, estaba fuera de casa tomando un café con una amiga y decidió que había llegado el momento de enviarle otro recordatorio de su amor.

Le envió un mensaje:

"Si estás durmiendo, envíame tus sueños. Si estás riendo, envíame tu sonrisa. Si estás comiendo, envíame un bocado. Si estás bebiendo, envíame un sorbo. Si estás llorando, envíame tus lágrimas. Te quiero, Jeremy".

Su marido, que es un tipo sin pelos en la lengua, le respondió:

"Estoy en el baño. Por favor, avisa".

¡Detente!

Una noche, un matrimonio volvía a casa del bar cuando la policía les pidió detenerse. El agente le dijo al marido que lo habían parado porque tenía la luz de freno fundida.

El marido dijo: "Lo siento mucho, agente, no me di cuenta de que estaba fundida. Ahora mismo la arreglo".

En ese momento, la esposa dijo: "¿No te dije hace dos días que hicieras arreglar esa luz?".

Entonces el agente le pidió el permiso de conducir al marido y, tras mirarlo, dijo: "Señor, su permiso ha caducado".

Y de nuevo el marido se disculpó y mencionó que no sabía que había caducado y que se ocuparía de ello a primera hora de la mañana. La esposa dijo: "¿No te dije hace una semana que había una carta diciéndote que tu licencia había caducado?".

Para entonces, el marido ya estaba un poco enfadado porque su mujer le contradijera delante del agente, y le dijo en voz bastante alta: "¡Cariño, cierra el pico!".

El agente se inclinó hacia la mujer y le preguntó: "¿Su marido siempre le habla así?".

La esposa respondió: "Solo cuando está borracho".

Campo de dolor

Es el primer partido de la temporada de la Liga Nacional de Rugby, y un hombre se dirige a su asiento, justo al lado del campo. Se sienta y se da cuenta de que el asiento de al lado está vacío. Se inclina y pregunta a su vecino si alguien se sentará allí.

"No", responde el vecino. "El asiento está vacío".

"Esto es increíble", dice el hombre. "¿Quién en su sano juicio tendría un asiento así y no lo utilizaría?".

El vecino dice: "Bueno, en realidad el asiento me pertenece. Iba a venir con mi esposa, pero falleció. Es el primer partido inaugural de la temporada al que no hemos ido juntos desde que nos casamos".

"Siento mucho oír eso. Es terrible. ¿No podías encontrar a otra persona, un amigo, un pariente o incluso un vecino que ocupara su asiento?".

El hombre niega con la cabeza. "No", dice. "Están todos en el funeral".

Prueba de alcoholemia

Un agente paró a un artista de circo por exceso de velocidad. Mientras le ponía la multa, vio varios machetes en el coche.

"Señor, ¿para qué son?", preguntó el agente con suspicacia.

"Soy malabarista de circo", respondió el hombre. "Los uso en mi número".

"Pues enséñamelo", exigió el agente.

Así que sacó los machetes y empezó a hacer malabarismos con ellos, primero con tres, luego con más, finalmente con siete a la vez, por arriba, por abajo, por detrás de la espalda, ofreciendo un espectáculo deslumbrante y asombrando al agente.

En ese momento pasó otro automóvil. El conductor volvió a mirar la escena y dijo a su pasajero: "Dios mío. ¡Tengo que dejar de beber! ¡Mira la prueba que están haciendo ahora!".

Ventana de percepción

Una joven pareja se mudó a un nuevo vecindario. A la mañana siguiente, mientras desayunaban, la joven vio a su vecina tendiendo la ropa fuera.

"Esa ropa está muy sucia", dijo con amargura. "No sabe lavar correctamente. O quizá se ha quedado sin jabón".

Su marido la miró, pero guardó silencio.

Cada vez que su vecina tendía la ropa, la joven hacía los mismos comentarios agrios.

Al cabo de un mes, la mujer se sorprendió al ver la ropa limpia en el tendedero y le dijo a su marido: "Mira, por fin alguien ha aprendido a lavar. Me pregunto quién le habrá enseñado".

El marido respondió: "Esta mañana me he levantado temprano y he limpiado los cristales".

Llamada en espera

Un joven empresario acababa de fundar su propia empresa. Había alquilado un bonito despacho y lo había amueblado con antigüedades. Mientras se sentaba orgulloso en su nuevo escritorio, vio entrar a un hombre en el despacho exterior.

Deseoso de parecer el pez gordo, el hombre de negocios cogió el teléfono y empezó a fingir que tenía un gran negocio entre manos.

Lanzó cifras enormes e hizo compromisos gigantescos. Finalmente, colgó y preguntó al visitante: "¿Puedo ayudarle?".

El hombre respondió: "Sí, he venido a activar tus líneas telefónicas".

Susto matrimonial

Un marido y su mujer discuten durante el desayuno matutino.

"Querida, he invitado a comer a un amigo", dijo el marido a su mujer.

"¿Qué? ¿Estás loco?", exclamó la esposa. "La casa está hecha un desastre, la nevera vacía y no voy a preparar ninguna comida".

"Ya lo sé", dijo el marido.

"Entonces, ¿por qué le has invitado?", preguntó ella.

"Porque el pobre tonto está pensando en casarse".

¿Te han gustado estos chistes? Aquí tienes más.

5 Chistes divertidísimos que te alegrarán el día

En el acelerado mundo actual, es fácil dejarse llevar por el ajetreo. Pero tomarse un momento para reír puede hacer maravillas por tu estado de ánimo y tu bienestar general. Por eso hemos recopilado esta colección de chistes divertidísimos que te alegrarán el día y te refrescarán el humor.

¿Listos? ¡Empecemos!

1. El vaquero sabía lo que hacía

Una noche, un viejo vaquero ciego entra por error en un bar de mujeres motociclistas. Se acerca a un taburete y pide un café.

Después de estar sentado un rato, le grita a la camarera: "Oye, ¿quieres oír un chiste de rubias?".

Se hace un silencio absoluto en el bar.

Entonces, con voz muy grave, la mujer que está a su lado dice: "Antes de que cuentes ese chiste, vaquero, creo que es justo que, dado que eres ciego, sepas cinco cosas:

1. La camarera es una chica rubia con un bate de béisbol.

2. La portera es una chica rubia.

3. Yo soy una mujer rubia de 1,80 m de estatura y 75 kg de peso, cinturón negro de kárate.

4. La mujer que se sienta a mi lado es rubia y levantadora de pesas profesional.

5. La mujer que está a tu derecha es rubia y luchadora profesional".

Tras una breve pausa, dice: "Ahora, piénselo en serio, señor. ¿Sigue queriendo contar ese chiste?".

El vaquero se lo piensa un segundo, sacude la cabeza y murmura: "No... no si tengo que explicarlo cinco veces".

2. Demasiado bueno para ser verdad

Un día, Arnold estaba navegando por Facebook cuando se topó con un anuncio de un todoterreno negro. El precio parecía demasiado bueno para ser verdad.

"¡Mamá!", gritó. "¿Puedo comprarme un automóvil? Ya tengo edad para conducir y acabo de ver este anuncio increíble. Alguien vende un todoterreno por solo 25 dólares".

"Oh, Arnold", suspiró su madre. "Debe de ser un error. Mejor dicho, una equivocación, como se suele decir. ¿Quién vendería un automóvil por unos pocos dólares?".

"¿Podemos ir a ver el automóvil, mamá? ¿Por favor?" Miró a su madre con ojos suplicantes. "Está a unas manzanas de aquí".

"De acuerdo", dijo su madre.

Al día siguiente, Arnold y su madre fueron a la dirección mencionada en el anuncio. Efectivamente, había un todoterreno negro nuevo en excelentes condiciones, con solo unos cientos de kilómetros.

Una mujer los vio mirando el automóvil y salió de su casa.

"Entonces, ¿estás interesado en comprar el automóvil?", preguntó a Arnold.

Lee también: 6 chistes divertidísimos que te levantarán el ánimo al instante

"Sí", asintió él. "¡Es precioso! ¿Por cuánto lo vendes? El anuncio decía 25 $, pero...".

"El precio sigue siendo 25 $", dijo ella. "Bajaré el precio si crees que es demasiado alto".

Arnold pagó inmediatamente el automóvil y firmó los papeles. Sin embargo, su madre se detuvo a hablar con la mujer por última vez antes de que se marcharan.

"Uhh... Solo quiero saber por qué vendes este valioso todoterreno por un precio tan bajo", le preguntó a la mujer.

"Bueno", empezó la mujer, "mi esposo se fue el otro día y se fugó con su secretaria. Me llamó desde Hawái diciendo: 'Vende mi automóvil, envíame el dinero'. Así que eso es lo que estoy haciendo".

3. El empleado vago

Una empresa contrató a un nuevo director general, Richard, con la esperanza de que el hombre beneficiara a la empresa mejorando las operaciones generales.

El primer día, Richard decidió identificar y deshacerse de todos los holgazanes. Salió de su despacho para dar una vuelta por las instalaciones y se fijó en un joven apoyado en una pared.

Haz clic aquí para leer el resto de los chistes.

Suscríbete a AmoMama para leer las mejores historias del espectáculo y el mundo en un solo lugar.