Mesera es grosera con un cantante pop y la respuesta de él la sorprende - Historia del día
Un cantante en apuros se sobresaltó por la descortesía de una camarera y decidió sorprenderla con un gesto inesperado.
Josh Hallaren quería ser cantante, pero el único lugar donde conseguía que la gente escuchara sus canciones era en la calle, o en el metro. Se ponía en la esquina de la calle o en el andén con su guitarra y cantaba a pleno pulmón.
A menudo la gente se paraba a escuchar y le dejaba unos dólares en la funda de la guitarra, dinero que Josh ahorraba para una sesión de una hora en un pequeño estudio. Sabía que en cuanto sacara su música se convertiría en una estrella.
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Una tarde, Josh había estado cantando en una esquina de la calle, frente a un pequeño restaurante, y el propio dueño se había parado a disfrutar de su música. El hombre filmó a Josh con su teléfono y sonrió.
"Es una gran canción", le dijo, "Cuando termines tu actuación, entra a comer y te haré un descuento del 50% en tu comida".
Josh sonrió al hombre y le dio las gracias. Una hora más tarde, entró en el restaurante y pidió una hamburguesa. A diferencia de su jefe, la camarera era de todo menos amable.
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"¿Quieres patatas fritas con eso?", preguntó bruscamente.
Josh le dedicó su mejor sonrisa. "Sí, por favor", dijo, "y un poco de tarta de manzana de postre".
Una cara enfadada puede ocultar un corazón triste y atribulado.
La mujer torció la boca. "Tarta de manzana... ¿No es encantador? Ojalá mi vida fuera tarta de manzana".
Cuando sacó el pedido de Josh, dejó la comida de golpe sobre la mesa, y él pudo ver que era igual de grosera con los demás clientes.
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Cuando Josh terminó su comida, ella le trajo la cuenta con el descuento prometido. Josh sacó la cartera y estaba a punto de dejar propina, pero entonces vio la cara de enfado de la mujer.
No , pensó, ¡no voy a dejarle ni un céntimo! ¡No se lo merece! Josh volvió a meterse la cartera en el bolsillo de los vaqueros y estaba a punto de marcharse cuando le llamó la atención un cartel que había junto a la puerta.
El cartel mostraba a una mujer sonriente con un niño de pelo rojo brillante y sonrisa pícara, y la leyenda que había debajo explicaba que Luke, que así se llamaba el niño, estaba muy enfermo.
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Luke padecía una enfermedad rara, y su única esperanza era un costoso tratamiento que no cubría el seguro médico de su madre. Se pedía a los lectores que accedieran a la página Go Fund Me de Luke y realizaran un donativo.
Josh se quedó atónito al reconocer a su camarera de cara amargada como la mujer radiante y sonriente de la foto con Luke. No me extraña que sea tan infeliz, pensó Josh, debe de estar muy preocupada y obligada a trabajar muchas horas en vez de estar con su hijo enfermo.
Josh volvió a sacar la cartera. Miró el fajo de billetes que había en el compartimento. ¡Estaba tan cerca de su sueño! Tenía 1.500 dólares, suficiente para cinco horas en un estudio de grabación razonable...
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Escribió una pequeña nota, depositó todo el fajo de billetes sobre la mesa y se marchó. Cuando la atareada camarera volvió, encontró una nota envuelta en los 1.500 dólares.
"Esto es para Luke", decía la nota, "y espero que te devuelva la sonrisa". Exclamando ante el dinero que tenía en la mano, la camarera corrió a la puerta para dar las gracias a Josh, pero éste ya se había ido.
Le contó a su jefe lo que había hecho Josh. "Estaba tan preocupada por Luke que ni siquiera sonreí", dijo con pesar.
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El jefe negó con la cabeza. "¿Ese chico estuvo todo el día tocando con el corazón y te dejó todo este dinero?". El dueño del restaurante mostró a la camarera el vídeo que había grabado de Josh cantando. "¡Y además el chico tiene talento!".
Esa noche, la camarera publicó el vídeo de Josh cantando en las redes sociales, con un pie de foto que explicaba lo que el joven de buen corazón había hecho por su hijo. En pocas horas, el vídeo se hizo viral.
Rápidamente la gente empezó a buscar al joven de la voz de oro y las canciones pegadizas, y uno de los fans encontró sus publicaciones en YouTube. De repente, Josh tenía a millones de personas escuchando sus canciones.
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Josh estaba atónito y no se lo podía creer cuando le llamó un ejecutivo de un estudio, pidiéndole que se presentara. ¡Había estado escuchando las canciones de Josh y quería producir un álbum!
Josh estaba encantado y utilizó su cheque por adelantado para reservar un local para un concierto. Anunció su preocupación en Internet y dijo a todos sus fans que la recaudación íntegra del evento se destinaría a pagar el tratamiento de Luke.
Para su sorpresa, se presentaron más de 5.000 personas, y al día siguiente volvió al restaurante con un enorme fajo de billetes de la taquilla del concierto. "¡Hola!", dijo a la camarera, "soy Josh".
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"Josh", dijo la camarera, "soy Rita, la madre de Luke, y quería darte las gracias...".
"Toma", dijo Josh, poniéndole el dinero en la mano, "Esto es para Luke. Son 19.000 dólares, y espero que le ayude".
"¡Qué!", exclamó Rita, mirando fijamente el dinero. "¡No! No puedo tomarlos...".
"Sí que puedes", dijo Josh. "Pusiste mi música ahí fuera y ahora tengo un contrato. Quiero ayudar a Luke y tú me lo vas a permitir".
Seis meses después, Josh Hallaren lanzaba su primer disco con un concierto especial, y sentados en primera fila había dos invitados muy especiales: Luka y su madre... y ella lucía una enorme sonrisa.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Una cara enfadada puede ocultar un corazón triste y atribulado. Josh pensó que Rita estaba siendo grosera, pero ella estaba preocupada por su hijo.
- Un buen corazón siempre es recompensado. Josh renunció al dinero que había ahorrado para su tiempo en el estudio de grabación, pero su amabilidad acabó abriéndole la puerta a una carrera de éxito.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.