Revisé el teléfono de mi marido y encontré un mensaje de la esposa de su jefe, la verdad salió a la luz - Historia del día

Mi esposo me trató fatal mientras preparaba la visita de su jefe y su esposa, pero cuando atendí su teléfono, descubrí una horrible verdad que lo arruinó todo.

"Esta noche es una noche importante de mi vida. Mi jefe necesita ver nuestra casa en perfecto estado. ¿Me estás escuchando, Dana?", dijo mi marido, iracundo como siempre. Me había acostumbrado a que me hablara así.

"Sí, Wade. He hecho el plato favorito de tu jefe y está perfecto", le contesté. Estuvo mirando el móvil todo el rato, y yo empezaba a sospechar.

"¡No sólo la comida, Dana! La casa es un desastre. Hay suciedad por todas partes. Límpiala!", continuó. Me preguntaba por qué no lo hacía él mismo, pero era esa clase de hombre. Sinceramente, a estas alturas mi matrimonio ya era un caos.

Estaba harta de que me hablaran así, pero mi familia era muy tradicional. Mis padres no entenderían por qué quería divorciarme de él aunque no hubiera hecho nada visiblemente terrible. Para ellos, el maltrato emocional no era suficiente.

Pero ya había hablado con varios abogados porque no podía soportarlo más. Redactaron los papeles del divorcio y yo estaba esperando el momento perfecto para dárselos. Sabía que Wade tramaba algo, pero no podía precisar exactamente qué.

Por el momento, desempeñaba el papel de esposa obediente. Quizá sería más feliz cuando consiguiera ese ascenso por el que supuestamente había estado trabajando tan duro. Limpié la casa una vez más, terminé de preparar la cena y esperé a que llegara la noche.

"¡Hola! ¡Bienvenido! Pase, señor Jerry. Buenas noches, señora Alexandra. Me alegro mucho de verlos", oí decir a mi Eesposo a nuestros invitados tras abrir la puerta.

"Hola, Wade. Vaya, qué casa más bonita, y huele delicioso. Hola. Soy Jerry", dijo el jefe de Wade cuando me vio rondando cerca.

"Ah, sí, señor Jerry. Ésta es mi esposa, Dana. Dana, éste es mi jefe y su esposa, Alexandra", añadió Wade.

"Hola. Encantado de conocerlos a los dos. Mi esposo me ha hablado mucho de ustedes y del increíble trabajo que hacen por la comunidad", les saludé. "Por favor, siéntense. ¿Qué quieren beber?".

"Oh, esperaba una visita guiada por la casa", dijo Alexandra, sorprendiéndonos a su marido y a mí.

"Cariño, eso no es necesario", dijo Jerry.

"No hace falta. Estaré encantado de darte una vuelta, Alexandra. Empecemos por arriba", añadió Wade de repente.

"Gracias, Wade. Eres un encanto", dijo Alexandra y sonrió a mi marido. La forma en que se miraban me hizo sospechar, pero Jerry no pareció notar nada extraño.

Ambos subieron mientras yo preparaba bebidas para todos. Pero estaban tardando demasiado. "Deja que compruebe que todo va bien con ellos", dije y me excusé de Jerry antes de subir. Sin embargo, tuve que detenerme justo antes de llegar al segundo piso porque oía sus voces.

"Todo va sobre ruedas, Wade. Esta noche mi esposo te ofrecerá un ascenso. Hace todo lo que yo quiero. Así que ha sido muy fácil", oí decir a la voz de Alexandra.

"Oh, Alex. Eres la mejor mujer del mundo. Esto es perfecto. Ascenderé en esta empresa enseguida y me haré cargo de ella dentro de unos años", continuó Wade. No podía creer que mi marido estuviera confabulado con la mujer de su jefe, pero seguí escuchando.

"¿No tienes algo para mí?", preguntó Alexandra.

"Por supuesto, cariño", respondió Wade, y entonces oí el inconfundible sonido de unos besos. Me di la vuelta para bajar, pero golpeé algo con las prisas. Debieron de oírme, pero no podían saber que había escuchado su conversación.

Así que mi marido y Alexandra tenían una aventura. En realidad, ella le estaba ayudando a conseguir un ascenso en la empresa de su esposo. Ambos eran unos seres humanos terribles, pero yo necesitaba más pruebas.

"¡La cena está lista!", dije, fingiendo alegría cuando por fin bajaron. Nos sentamos todos a la mesa bellamente dispuesta y empezamos a comer. Jerry anunció que, a pesar de la falta de experiencia de mi marido, iba a conseguir ese ascenso.

"Vamos a descorchar el champán", gritó Wade alegremente. Fue a por la botella y las copas mientras yo tomaba discretamente su teléfono y me lo guardaba en el bolsillo.

"Discúlpenme un momento. Vuelvo enseguida", dije. Fui a nuestro dormitorio y comprobé el teléfono de Wade. Tal como sospechaba, había montones de mensajes entre él y Alexandra. Al fin y al cabo, era su amante.

Hice una captura de pantalla de su historial de mensajes y los envié a mi teléfono. Estas fotos me servirían en el juicio. Cuando volví, Jerry sugirió jugar a un juego de "¿Quién soy?" en el que una persona tenía que adivinar el nombre escrito en una tarjeta colocada en su frente.

Alexandra escribió "Beyoncé" y la colocó en la frente de su marido. Lo adivinó rápidamente y se puso a bailar Single Ladies. Todo el mundo parecía divertirse, pero llegó mi turno. Así que escribí "La amante de mi marido" y lo coloqué en la frente de Alexandra.

El rostro de mi marido palideció y Jerry se quedó mirando la tarjeta con los ojos muy abiertos. "¿Soy una persona de verdad?", preguntó Alexandra.

"Oh, eres muy real", dije.

"Vale. ¿Soy alguien que conoces?", volvió a preguntar Alexandra.

"Sí. Aquí conoces a todo el mundo", contesté. Wade parecía cada vez más incómodo y la cara de Jerry empezó a ponerse roja.

"Dana, ya basta", intentó parar Wade, pero Alexandra hizo otra pregunta.

"¿Trabajo en la empresa de mi esposo?", se preguntó.

"No, pero esta persona está intentando perjudicar a Jerry. De hecho, está sentada delante de mí", bromeé. Frunció el ceño, aún sin entender lo que estaba pasando.

"¿Qué significa esto, Alexandra?", gritó por fin Jerry.

"¿Qué está pasando?", intentó preguntar ella, pero la interrumpieron.

"Jerry. Eso no es verdad. Mi esposa sólo está bromeando. Ella es así", insistió Wade.

"No. Es la verdad, y puedo enviarte sus conversaciones, Jerry", continué.

"Puedes olvidarte de mi empresa, Wade. Estás despedido. Por favor, envíame esas conversaciones, Dana. Serán útiles durante mi divorcio porque nuestro acuerdo prenupcial tiene una estricta cláusula de infidelidad. No recibirás de mí ni un céntimo, Alexandra!", gritó Jerry y se marchó.

"¡DANA! ¿CÓMO HAS PODIDO HACER ESTO?", me gritó Wade mientras Alexandra se echaba a llorar.

"¿Disculpa? ¿Me engañas y me culpas por haberte descubierto? Eso sí que es una locura. Por suerte, ya he preparado mis propios papeles de divorcio. Buena suerte con tu vida, Wade. Buena suerte en el infierno, Alexandra", dije, me quité el anillo y subí a hacer las maletas.

Por fin me alejé de mi horrible esposo y no miré atrás ni un segundo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

1. No permanezcas en relaciones de maltrato. Hay distintos tipos de maltrato, y el emocional es uno de los peores. Sé valiente.
2. Escucha a tu instinto. Si crees que algo está mal, es muy probable que tengas razón.
3. Al final, la verdad siempre saldrá a la luz. Las mentiras tienen una forma de desmoronarse para revelar la verdad.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.