Un vistazo al comprometido matrimonio de Donald y Melania Trump a pesar de su diferencia de edad

El matrimonio de Melania y Donald Trump ha sido objeto de fascinación durante décadas. Desde su primer encuentro en 1998 hasta el papel de Melania como Primera Dama y su regreso a Mar-a-Lago, echa un vistazo a la historia de amor de la pareja.

Donald y Melania Trump se conocieron en septiembre de 1998 en una fiesta de la Semana de la Moda de Nueva York. En sus memorias, Melania recuerda que recibió una llamada de una amiga invitándola al Kit Kat Klub.

"Un viernes por la noche de septiembre de 1998, mientras me instalaba en la comodidad de mi apartamento de Nueva York tras un viaje relámpago a París, sonó mi teléfono. Era una amiga mía", recuerda la ex modelo.

"Mi novio va a dar una fiesta en el Kit Kat Klub mañana por la noche. Ven, por favor. Hace mucho que no nos vemos", dijo la amiga de Melania. "Acabo de volver de París", respondió ella.

Al principio, Melania rechazó la invitación, pues prefería las noches tranquilas a las discotecas, pero al final cambió de opinión.

"Aunque estaba cansada y tenía jet-lag, me encantaba la idea de que mi fin de semana iba a estar lleno de compañía de amigos. [...] Al fin y al cabo, era la Semana de la Moda, una época de glamour y sofisticación. En realidad, estaba deseando mezclarme con gente de la industria y creadores de tendencias", escribió.

Cuando llegó la modelo, la energía de la multitud y las deslumbrantes luces crearon una atmósfera inolvidable. Dentro de la sección VIP, Melania se acomodó con sus amigas, disfrutando del ambiente sofisticado y animado.

Sin embargo, no tardó en notar que un hombre se acercaba a su mesa. "Hola, soy Donald Trump", se presentó. Ella reconoció su nombre, pero sabía poco de él.

La modelo respondió amablemente y entablaron conversación. La confianza y el encanto de Donald la intrigaron. Aunque estaba allí con una cita, su atención seguía centrada en Melania.

"Me preguntó sobre mi estancia en Nueva York, mi casa eslovena y mis viajes por el mundo. Fue un momento de conexión, un breve encuentro que dejó una impresión duradera. Fue agradable conocer a alguien nuevo", cuenta en sus memorias.

A medida que avanzaba la noche, él le pidió su número de teléfono. Ella se negó y sugirió: "Dame tu número", tomándole por sorpresa. "Te daré mi número", respondió él, "si prometes llamarme".

Más tarde quedaron para comer, y Melania recordó que se había enterado de los hijos y los matrimonios anteriores de Donald: "Me abstuve de juzgarle y preferí disfrutar de su compañía", dijo.

"Eso me gustaba mucho de él. Cuando volví a casa, estaba mareada de alegría. Es una sensación muy rara conectar instantáneamente con alguien a un nivel tan profundo", añadió.

"Me sentí inmediatamente a gusto en compañía de Donald, como si nuestras almas se conocieran desde hacía mucho tiempo. Nuestra química era innegable y nuestra conexión parecía natural", continuó la ex modelo.

Su relación se intensificó en los meses siguientes. A sus 28 años, Melania se sintió atraída por la personalidad de Donald. "Como alguien que había viajado por todo el mundo y conocido a muchos tipos de personas, Donald me pareció diferente, un soplo de aire fresco", escribió.

Y añadió: "Su ética de trabajo y su éxito eran admirables. Proyectaba una sensación de autenticidad. Tenía unas ganas de vivir contagiosas. Tenía éxito y era muy trabajador, pero también tenía los pies en la tierra y era realista. Eso me gustaba mucho de él".

A pesar de su diferencia de edad de 24 años, desarrollaron una conexión natural. Ella reflexionó sobre su lado más íntimo: "Cuando le conocí mejor, me di cuenta de que el público solo veía una parte de Donald Trump. En privado, se revelaba como un caballero, mostrando ternura y consideración".

Sin embargo, su relación se enfrentó a dificultades al principio. En 2000, cuando Donald aspiraba a la candidatura del Partido Reformista, Melania y él se separaron brevemente. Su separación duró poco, y en febrero se habían reconciliado.

En 2004, Melania ya se había mudado a la Torre Trump, y se dedicaba a vivir con Donald, cocinando para él y apoyándole en su vida diaria. Sin embargo, la futura Primera Dama seguía queriendo tener intimidad a pesar de salir con un hombre tan conocido.

"Hice un esfuerzo consciente por mantener la privacidad en nuestra relación. La prensa le seguía constantemente. A mí no me gustaba llamar la atención, así que intenté que nuestra relación fuera lo más discreta posible", dijo.

Ese mismo año, él le propuso matrimonio en la Gala del Met, haciendo aún más inolvidable el ya de por sí glamuroso evento. Menos de un año después, el 22 de enero de 2005, se casaron en una fastuosa ceremonia en la finca Mar-a-Lago de Donald, en la que Melania lució un extravagante vestido de Dior.

Al final, la pareja decidió pasar también la luna de miel en la residencia. Luego, en 2006, dieron la bienvenida a su hijo, Barron Trump.

Melania recordó el momento en que compartió la noticia del embarazo: "Llegó a casa (un día del pasado agosto) y le dije que iba a ser papá. Y su reacción fue... al principio, necesitaba asimilarlo. Fue una verdadera sorpresa. Y luego se puso muy contento".

Donald intervino: "Esperaba que fuéramos a tener hijos, así que no me sorprendió del todo. Pero me sorprendió la rapidez. Sucedió muy deprisa".

En 2016, Melania se convirtió en la Primera Dama de Estados Unidos. Su marido ganó a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y fue investido 45º Presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2017.

Como Primera Dama, asumió su papel con gracia y compostura. Dio prioridad a la crianza de Barron, al tiempo que apoyaba las ambiciones políticas de su marido. Durante su presidencia, se enfrentó al escrutinio público, pero siguió comprometida con su familia y sus responsabilidades.

Después de que Donald perdiera las elecciones de 2020 frente a Joe Biden, la pareja regresó a Mar-a-Lago. Mientras Donald se centraba en sus aspiraciones políticas, Melania mantuvo un estilo de vida privado y familiar.

Cuando Donald ganó las elecciones presidenciales de 2024 contra Kamala Harris, Melania se preparó para un segundo mandato como Primera Dama. Sus asesores más cercanos, como el estilista Hervé Pierre, la fotógrafa Regine Mahaux y el diseñador de interiores Tham Kannalikham, destacaron su nueva confianza.

"Siempre ha sido muy práctica, pero ahora tiene más libertad para hacer declaraciones", dijo Regine. "Es una persona distinta de la que era hace ocho años y siempre ha sido fiel a sí misma. Esta vez, parece que hay una energía diferente con la nueva gente de la que se ha rodeado el Presidente", añadieron.

Cuando Melania Trump inició su segundo mandato como Primera Dama, sus allegados la describieron como una persona serena y entregada a su papel. Además, su matrimonio parecía más fuerte que nunca, ya que la pareja celebró su vigésimo aniversario de boda en enero de 2025.

"Hay algo en ella -la mujer fuerte-, pero al mismo tiempo está el poder blando; es muy buena equilibrando a su marido", reveló Regine.

Reflexionando sobre el duradero vínculo de la pareja, Regine continuó: "A veces me pregunto cómo puede tener el valor de seguir adelante; han pasado por tantas cosas. Ella está comprometida. Ella le quiere y él la quiere".

A pesar de su considerable diferencia de edad, la relación de Melania y Donald Trump ha perdurado. Su inquebrantable compromiso mutuo, con su hijo y con sus ambiciones comunes ha consolidado su matrimonio, demostrando que el amor y la lealtad resisten al tiempo y al escrutinio.