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La chica del teléfono fue su primera amiga. Por muchos años él encontró en ella una mujer que lo apoyaba

Esto se trata de una verdadera e inolvidable historia de amor.

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Cuando un joven estaba muy chico, su familia tuvo uno de los primeros teléfonos del barrio. Eso lo recuerda muy bien. Belief Net cuenta que el chico disfrutaba con fascinación cada vez que su madre hablaba a través de él.

Entonces un día descubrió que dentro del aparato había una chica que respondía a todo lo que necesitaran. Ahora él cuenta su historia con espectacular detalle.

Mi primera experiencia de comunicarme con ese genio atrapado en la botella ocurrió un día cuando mi mamá fue a visitar a una vecina. Mientras jugaba en el sótano con herramientas, me golpeé un dedo con el martillo.

El dolor era terrible, pero pensé que no me servía de nada llorar pues no había nadie en casa para consolarme.

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Di una vuelta por la casa chupándome el dedo lastimado, llegando al fin a la escalera. ¡El teléfono! Rápidamente corrí, me subí al taburete, decolgué el receptor y lo acerqué al oído.

“Información, por favor”, le dije al receptor. Después de un par de clics, una voz serena me contestó: "Información".

"Me lastimé un dedo", lloré al teléfono. Ahora que tenía público no podía contener las lágrimas. “¿No está tu mamá en casa?”, siguió la pregunta. “No hay nadie, estoy solo", contesté.

"¿Estás sangrando?", preguntó la mujer al otro lado del teléfono.

“No”, le expliqué. "Me lo golpeé con un martillo y duele mucho".

"¿Puedes abrir el congelador?“, indagó ella. Le dije que sí. “Rompe un pedazo de hielo y apriétalo contra el dedo. Te quitará el dolor. Y no llores. Todo estará bien”.

Desde entonces, él llamaba a la mujer del teléfono para todo, para las tareas, consultas, accidentes, todo. Una vez la llamó para preguntarle por qué su pájaro había muerto. Estaba triste y no entendía cómo animales tan bellos podían morir tan pronto.

Ella con mucha paciencia, le dijo que recordara que siempre hay otros mundos donde se puede cantar. Esta explicación lo calmó como por arte de magia y finalmente estuvo tranquilo.

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Pasaron los años, él creció y se mudó de casa, pero un día regresó a su ciudad natal y aprovechó el poco tiempo que tenía para volver a escuchar aquella hermosa voz.

"¿Me podría decir cómo se deletrea la palabra "acomodar"?", tras un largo silencio, recibí la respuesta.

"Creo que tu dedo ya se ha curado”, dijo Me reí. "¡De verdad es usted! No se imagina lo mucho que significó para mi nuestras conversaciones en aquellos tiempos”.

"Y tú no te imaginas lo mucho que significaban tus llamadas para mí. Nunca tuve hijos, y siempre esperaba con ansias tus llamadas", dijo la mujer.

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Él tuvo que marcharse de la ciudad, pero habían quedado en volver a verse. Solo la próxima vez sería desgarradora. Regresó a la ciudad y llamó, pero le dijeron que ella ya no estaba.

“¿Eres su amigo?”.

“Sí“, contesté”. Un viejo amigo“.“

Entonces lamento tener que decírtelo. En los últimos años, Sally solo trabajaba de medio tiempo porque estaba enferma. Murió hace cinco semanas”.

Antes de que colgara, la voz me dijo: "Espera, ¿tú eres Paul?".

"Sí”, respondí.

“Sally dejó un mensaje para ti. Espera, lo anoté por aquí”.

“¿Cuál mensaje? “, pregunté casi sabiendo con anticipación cuál sería.

"Aquí está, te lo leeré: Dile que aún digo que existen otros mundos dónde cantar. Él entenderá qué quiero decir”.

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