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Las desesperadas palabras de un trabajador de la prisión donde está Ana Julia Quezada

Las palabras de este hombre realmente conmueven a cualquiera.

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Un funcionario de la cárcel donde se encuentra reclutada Ana Julia, presunta asesina del niño Gabriel, ha enviado una impresionante carta a Antena 3, según lo informó Huff Post.

El autor de la carta cuenta que lleva 20 años trabajando en distintos centros penitenciarios, donde ha tenido la oportunidad de conocer a violadores y delincuentes de la talla de El Rafita, Pakito, De Juana Chaos y Txapote. Pero asegura que nada se compara con Ana Julia.

Él afirma que este caso ha superado a los demás, "quizás por tener hijos en edades similares". Desde entonces, el hombre ha llegado a su cama para tirarse a llorar. A continuación, compartimos sus palabras.

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Tras 20 años pasando por 5 centros distintos he ido conociendo asesinos en serie. He conocido al Rafita, a Pakito a De Juana Chaos a Txapote. He conocido a violadores de sus propios padres, violadores de sus propios hijos.

Todo moviéndose en cadena como si fuera una extraña mezcla entre 'Torrente', lo más profundo de Almodóvar y un cuadro de Dalí. Entre el surrealismo y el frikismo llevado al extremo. Todo eso lo he ido interiorizando con normalidad, con la rutina de aquel que se levanta para ir a la obra o para hacer el pan.

Jamás había pensado que me afectaría lo que pasara dentro de una prisión. Como dirían los viejos yo no he vivido las malas épocas pero sería capaz de recitarlas de memoria de todas las veces que las he oído.

Pero esto me ha superado quizás por tener hijos en edades similares, o porque en las noches de lluvia de estas semanas me he quedado despierto pensando que quizás a pocos kilómetros de mí podía haber un niño que se estaba mojando y pasando frío.

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No lo sé exactamente pero esto me ha superado. De pequeño era muy miedoso y conseguí superarlo pero estas noches he vuelto a sentir el terror, he vuelto a tumbarme boca abajo en la cama y llorar... llorar yo solo.

La primera mañana que entré a trabajar tras el ingreso de Ana Julia me costó ponerme el uniforme. Jamás me había pasado, porque aunque físicamente no me suponga un peligro llevaba muchas noches despertándome sobreexcitado con la cara del demonio, de la bruja de Gabriel.

Quizás lo que más miedo me daba, lo que más odio me despertaba era la certeza de saber que a ella no le va a pasar nada. Si llegara el caso y hubiera que defenderla no dudaría ni un solo segundo en poner mi vida en peligro para salvar la de Ana Julia.

Es terrorífico pensarlo pero es verdad y sé que cualquiera de mis compañeros también lo haría. Quizá esa es la diferencia entre ella y yo

La conmovedora misiva de aquel funcionario despertó centenares de emociones luego de que fuera compartida por el medio de comunicación.

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