Esposos oyen fuerte golpe en la puerta a las 3 am. Él abre la puerta y ve a un hombre borracho
Un hombre ebrio que buscaba refugio tras un fuerte torrencial, al principio no recibió la ayuda de ninguna persona. Sin embargo, el comentario de una esposa enojada hizo que esto cambiara de inmediato.
Eran aproximadamente las 3:00 de la mañana, cuando una pareja de esposos se encontraba dormida. En ese momento, se escucharon unos fuertes golpes en la puerta.
El hombre se levantó de su cama, abrió la puerta un poco asustado por la hora y se dio cuenta que había otro hombre parado al frente de la entrada de su casa.
Era un borracho pidiendo un "empujón" porque se había quedado sin nada de dinero y estaba cayendo un torrencial que le impedía irse caminando. La respuesta del esposo fue grosera y un poco descortés. Le dijo que esa no era la hora de pedir un aventón, pues eran las tres de la mañana.
El hombre cerró la puerta y nuevamente regresó a su cama para seguir durmiendo. Su esposa le preguntó quién había sido y él respondió que solo era un borracho pidiendo una ayuda. Nuevamente y con un tono de sorpresa, la mujer preguntó "¿Lo ayudaste?" y el respondió en tono bajo: "No, son las tres de la mañana y está lloviendo".
De inmediato, su esposa le recrimina por no ayudarlo. Le recordó a su esposo que hace 3 meses, el mismo borracho lo ayudó cuando se quedaron atrapados. "Deberías ayudarlo", le dijo con una frase contundente y que le llegó al corazón, “Dios también ama a los borrachos.”
El hombre volvió a la puerta de la entrada para mirar si todavía estaba el borracho para darle el "empujón" que había pedido. Todo estaba oscuro y no se observaba nada. Sin embargo, el hombre ebrio seguía ahí en medio de la oscuridad.
El esposo con un poco de temor preguntó: ¿Sigues ahí?, no puedo verte.
"Sí, aquí estoy", respondió el borracho.
"¿Todavía necesitas ese empujón?", preguntó el hombre un poco fastidiado.
Entonces, el borracho respondió: "¡Sí, por favor! Estoy aquí frente a ti, en el columpio".