Perra pierde a su hermana pero encuentra la manera de reconfortarse con un animal de peluche
Los Houser están en pleno duelo por la muerte de Brandy, la boxer que por más de una década llenó la casa de alegría junto a Gracie. La poodle, al igual que el resto de la familia, ahora intenta sobrellevar la ausencia de su mejor amiga.
Gracie se mostró sumamente afectada por la partida de Brandy, la buscaba por todas partes, estaba triste y sin energía. Ante esto, sus amos decidieron darle el juguete favorito de su hermana de crianza. Para sopresa de todos, el peluche de boxer con el collar de su acompañante eterna funcionó mejor de lo que los Houser esperaban.
"Lo primero que hizo fue tomarlo y abrazarlo. Y luego comencé a llorar. No lo podía creer", dijo Jennifer Houser quien le dio el juguete a Gracie para darle un poco de consuelo.
No es para menos la reacción de Gracie, pues la poodle de 14 años y Brandy eran inseparables, estuvieron juntas en miles de aventuras a lo largo de 10 años; y aunque Gracie no se caracterizaba por ser cariñosa con Brandy, estuvo acompañándola acostada a su lado hasta el último momento.
Créditos de la imagen: Facebook / Erik Houser
Una amistad para siempre
"Brandy era la protectora de Gracie... Un día un perro grande trató de atacar a Gracie y Brandy se interpuso en su camino, con el pelo erizado y todo. Es como si estuviera diciendo ´Hey, esa es mi hermana, solo yo puedo hacer eso", compartió Erik Houser en entrevista con The Dodo.
Asimismo eran un excelente equipo para defender su casa de cualquier intruso o para convencer a su amo Erik de darles un bocadillo. Después de todo dos cabezas piensan mejor que una y dos pares de ojos de perrito regañado enternecen más que uno solo.
Es por esto que el vacío que Brandy dejó en Gracie es tan grande que tan pronto Jennifer y Erik le dieron el peluche en honor a Brandy, la poodle no dudó en echarse en un mueble a abrazar su nuevo juguete con olor a su hermana.
Créditos de la imagen: Facebook / Erik Houser
La llegada de una nueva alegría
Casualmente, unos días luego de la muerte de Brandy, un amigo de la familia les comunicó que no podía seguir haciéndose cargo de su perro, así que les pidió que lo acogieran en su hogar. Solicitud a la que los Houser accedieron sin pensarlo mucho.
Ahora Layla, de 3 años, es la nueva integrante del hogar que al parecer será su casa definitiva. "Rescatar a otro perro en este momento definitivamente no estaba en nuestro planes... Pero creo que ella nos eligió a nosotros", declaró Houser.
Aunque no será sencillo que Gracie se acostumbre a su nueva vida sin Brandy, seguramente con la ayuda del tiempo, su juguete, la nueva perrita y el amor incondicional de su familia, podrá seguir adelante poco a poco.
Créditos de la imagen: Facebook / Erik Houser
Cada perro entra a la vida de su amo por una razón, esperemos que Layla ayude a esta familia de Massachusets a recuperar la alegría y que saque a Gracie de la tristeza en la que su amada Brandy la dejó cuando partió al cielo de los perritos.