Millonario finge ser pobre cuando conoce a los padres de la prometida de su hijo - Historia del día
Los padres de una chica estaban en contra de que se casara con un buen muchacho solo porque creían que era pobre. Pero su papá millonario fingió estar en la quiebra y les dio una lección.
Cuando Fernando Escalona descubrió la forma de hacer un sello irrompible para motores, nunca imaginó que eso algún día afectaría la vida amorosa de su hijo William.
Resulta que el invento de Fernando trajo mejoras inmediatas a la vida de la familia. Comenzó a ganar mucho dinero con la patente de ese sello. Él, su esposa y su hijo Will se mudaron a una hermosa casa y compraron un auto nuevo.
A medida que pasaban los años, había más y más dinero, mucho más de lo que Fernando jamás había imaginado. Su pequeña familia estaba cómoda, y eso era todo lo que le importaba.
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Luego, algo terrible le pasó a su familia y todos esos millones acumulados en el banco no marcaron la diferencia. Su esposa, Alejandra, se enfermó de gravedad. El empresario seguía diciéndoles a los médicos que el dinero no era un problema, pero simplemente no había más nada que hacer y su mujer falleció.
No era fácil ser padre soltero, por lo que seguramente Fer cometió algunos errores. Will era tan amable, cariñoso y perfecto que su padre le daba todo lo que podía pagar, que era básicamente todo.
Entonces, en la escuela secundaria, los compañeros de Will se dieron cuenta de que su padre era millonario y muy generoso, y Will era igual. Rápidamente se convirtió en el chico más popular de la zona, no por su amabilidad o su increíble belleza, sino por el dinero de su padre.
Las niñas pululaban como abejas alrededor de un tarro de miel. Al principio esto le gustó a Will, pero luego se dio cuenta de que no lo querían de verdad. Querían el dinero de su padre y todo el lujo que pudiera comprar.
Will le dijo llorando a su papá que la chica de la que estaba enamorado realmente no se preocupaba por él, solo le importaba ir a los viajes familiares a las Bahamas en su avión privado.
Su padre lo consoló y lo animó a romper con esa chica. El último año de secundaria fue bastante solitario para el chico, pero tenía un plan. "Papá", dijo, "tengo una idea".
Fer sonrió. "¡Dime! ¿Cuál es tu plan?".
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"Voy a ir a la universidad en otoño, pero quiero ir como estudiante becado".
El padre quedó algo confundido. "¿Como estudiante becado? ¿Tú? ¿Pero por qué?".
"Bueno", dijo Will, "si soy pobre y uso ropa desaliñada, la gente no será mi amiga a menos que realmente les guste. Las chicas no querrán salir conmigo por nuestro dinero".
"Eso es muy cierto, hijo", dijo Fer. "¡Creo que es un plan brillante!".
Y así pusieron el plan en marcha. Padre e hijo compraron toda su ropa y equipo de segunda mano, y Will era el estudiante más desaliñado y de aspecto más pobre que había pisado esa universidad.
El plan funcionó, pues Will encontró rápidamente muchos buenos amigos sinceros, e incluso conoció a una chica que realmente le gustaba y a ella también le gustaba él. Ya para el tercer año en la universidad, William estaba completamente enamorado.
Su nombre era Eddy, por Edymar, y decidió que quería casarse con ella. A Fer le preocupaba un poco que su hijo fuera demasiado joven, pero él también se casó joven y había sido muy feliz.
El joven le propuso matrimonio a su novia y ella dijo que sí. Esa Navidad, Eddy llevó a Will a casa para conocer a sus padres y fue un desastre. Los padres de la novia, Marta y Francisco, eran adinerados y estaban muy orgullosos de su posición social.
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Querían que su hermosa hija se casara con un hombre rico, no con un desaliñado estudiante de tercer año de ciencias, sin importar lo inteligente, guapo o divertido que fuera. Fueron sutilmente desagradables con Will, pero no lo suficiente como para que Eddy se quejara.
De hecho, Eddy había aceptado la propuesta de Will y mostró con orgullo el diminuto diamante que le había dado. Luego insistió en que él y su padre debían unirse a su familia para las celebraciones de Año Nuevo. Marta y Fran estaban horrorizados, pero sonrieron y aceptaron.
Así que Will y Fernando tomaron un autobús desde Santa Cruz hasta la casa de playa de la familia de Eddy para celebrar juntos el Año Nuevo.
El papá de Eddy los recogió en la terminal y comenzó la diversión. Francisco miró a Fernando de arriba abajo. La verdad es que no solo lucía pobre, parecía casi un mendigo.
Francisco los llevó a su mansión y les habló de su riqueza, sus casas y sus autos. "Le haré saber", le dijo a Fer, "que a mi familia le ha ido muy bien. Vivimos cómodamente; para ser honesto, vivimos rodeados de lujos”.
"No todo el mundo está acostumbrado a eso, por supuesto, y lo entendemos, pero esperamos que usted y WIll puedan integrarse".
Al final resultó que la idea de Marta y Francisco del Año Nuevo era derrochar en lujos y mostrar a todos lo exitosos que eran.
Los siguientes días fueron una pesadilla. Fran y Marta no perdieron la oportunidad de mostrarle a Fer que creían que su hijo no estaba a la altura de Eddy.
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"Eddy es una joven adinerada", dijo Marta. "Y su esposo debe poder darle el mismo estilo de vida. Sé que no lo has hecho tan bien con Will..."
La chica se dio cuenta de la campaña de sus padres para humillar a Fernando y se puso furiosa. Así que tuvo una charla con sus padres. "Me voy a casar con Will", dijo. "Y él va a ser parte de la familia, así que acostúmbrense".
"Pero cariño", gritó su madre, "¡el hombre es prácticamente un indigente! ¿Has visto su ropa? Es una vergüenza".
"Créeme, mamá", dijo la chica enojada, "¡la única vergüenza aquí eres tú!". Eddy no sabía que su suegro estaba escuchando todo.
El Día de Reyes, la familia se reunió para intercambiar regalos. Marta dijo con una sonrisa desagradable: "¡No debes sentirte mal, Fer, sabemos que estás corto de dinero!".
Marta y Francisco le entregaron a Will una caja con la llave de un auto adentro. "Es un regalo de bodas anticipado", dijo el futuro suegro. "Pensamos que necesitabas un vehículo mejor. ¡Tu viejo cacharro tiene al menos veinte años!".
Will sonrió, agradeció a sus suegros y todos salieron a admirar el Porsche con un gran lazo rojo. Francisco le lanzó a Fernando una mirada triunfal y sonrió. Sabía que él nunca podría superar ese gesto, ¿o sí?
Entonces Fer sacó un sobre de su bolsillo. "Eddy", dijo. "Will me dijo que ustedes dos planean mudarse a Nueva York cuando se gradúen".
"¡Así es! Sabes que tiene una oferta de un centro de investigación de Nueva York, y yo tengo una pasantía en el museo..."
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"Bueno, encontrar un lugar para vivir en esa ciudad no es fácil, así que espero que esto ayude", dijo mientras entregaba un sobre.
Francisco se burló. "¿Qué es eso? ¿Una lista de refugios para personas sin hogar? ¿Una guía de los mejores comedores de beneficencia?".
Eddy abrió el sobre y jadeó. "¡Fernando! ¿Esto es en serio?". Ella le mostró a Will el fajo de papeles dentro del sobre y él corrió a abrazar a su padre.
Marta y Francisco se miraron el uno al otro con desconcierto. Entonces Eddy se volvió hacia sus padres. “Nos ha dado a Will y a mí los papeles de una casa en la mejor zona. Nos ha dado una casa”.
La pareja estaba con la boca abierta. "Pero... pero… Eres POBRE... La forma en que te vistes... Tomaste el autobús”.
"Bueno, Francisco", dijo Fernando gentilmente. "Quiero que mi hijo sea amado y aceptado por lo que es, y no por los 570 millones de dólares que eventualmente heredará de mí".
No hubo más objeciones a la boda por parte de los padres de Eddy. De hecho, se convirtieron en los mayores admiradores de Will y fueron muy educados y respetuosos con Fernando. El verano siguiente, Will y Eddy se casaron y se mudaron a Nueva York.
Cuando dieron la bienvenida a su pequeña hija tres años después, Fernando se compró una casa al lado para poder estar cerca de ellos.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- El dinero no puede comprar amor y buena salud: como descubrió Fernando en carne propia, cuando su esposa enfermó de gravedad y su fortuna no impidió su muerte.
- No juzgues a las personas por su apariencia: Francisco y Marta despreciaron a Fernando y su hijo Will por su ropa desaliñada y nunca imaginaron que fuera millonario.
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