Joven mujer sin males terminales muere de eutanasia aferrada a juguete antes de fallecer
La mujer de 29 años en perfecta salud se despidió de este mundo en su propio hogar en los Países Bajos, luego de años de sufrir una condici[on mental.
Cuando Aurealia Browers, de 29 años, falleció, sujetaba firmemente su dinosaurio de juguete preferido, con una gran sonrisa en su rostro. Como reportó The Guardian, Browers puso fin a su vida a través de la eutanasia, usando medicamentos de prescripción.
En Facebook, Browsers compartió su último mensaje a sus amigos y parientes, pocas horas antes de exhalar su último aliento. En el mensaje, dijo que "me estoy preparando para mi viaje ahora".
La joven mujer tenía un largo historial de auto-mutilaciones y numerosos intentos de suicidio, tras lo cual finalmente el Gobierno le dio el permiso de moir a través de un proceso de eutanasia, en diciembre del 2017, según reporta The Guardian.
Las legislaciones que permiten la eutanasia por petición voluntaria y el suicidio asistido fue aprobada por el poder legislativo de Holanda hace 16 años, en el 2002, Y Browers cumplía todos los requisitos que exigía la ley.
Esta polémica ley permite a las personas ponerle fin a su vida por vuluntad propia si cumplen una serie de criterios. Entre ellos, la persona que solicita la eutanasia debe experimentar sufrimiento insoportable, sin ninguna esperanza de alivio.
La eutanasia debe ser solicitada voluntariamente, y a petición tiene un largo período de espera para dar tiempo a las personas a pensarlo dos veces. Browers estuvo muy feliz de recibir el permiso legal para morir, tras 8 años luchando contra su enfermedad mental.
Muchos usuarios de las redes apoyaron a la joven mujer en su decisión, asestando que la muerte es inevitable, pero que la eutanasia le devuelve el control de su vida. Otros afirmaron que es una buena forma de escapar de un "agujero negro" de sufrimiento. Pero también hubo muchas críticas.
Algunos usuarios de las redes comentaron que la eutanasia no es la forma de afrontar problemas como los de Aurelia, como recoge un reporte de Mirror.
Muchos sostienen que Browers era una mujer enferma, y que únicamente necesitaba de una cura y rehabilitación para volver a formar parte de la sociedad. Antes de morir, Browers sufría de ansiedad, depresión, transtornos alimenticios, psicosis, y una inusual forma de epilepsia.
Estuvo internada en un hospital psiquiátrico por más de tres años, además de cumplir más de dos años de cárcel por incendio premeditado. En más de una ocasión, ha revelado en sus redes sociales que "cada alento que respiro es tortura".
No es el primer caso que llama la atención en la zona por la legislación de eutanasia. Como reportamos recientemente, un par de niños de 9 y 11 años fueron sometidos a eutanasia por su propia voluntad, tras sufrir de distrofia muscular por largo tiempo.