Después de viaje de 2 horas en auto, mamá mira a hijo y nota que no está respirando
Una experiencia aterradora con su bebé de tres meses impulsó a esta pareja a alertar a otros padres de los peligros de las sillas para niños en los autos.
Kirsti Clark, de 28 años, y su marido Christopher Clark, de 29, estuvieron a punto de perder a la pequeña Harper en abril pasado, luego de un viaje de dos horas en el automóvil hasta su casa en Falkirk, Escocia.
Apenas la sacaron del auto y la acostaron en su cuna, Kirsti supo que su hija estaba mal.
Los labios de Harper se habían puesto azules, le salía espuma blanca por la boca y la nariz y su mandíbula estaba apretada y blanca. Tenía grandes dificultades para respirar.
Al llegar habían acostado primero a su otra hija, Malena, de 3 años, y a los 15 minutos regresaron por la bebé, que había quedado en su silla del auto.
“Mi marido sacó a Harper y la colocó sobre sus rodillas pero parecía no estar cómoda así que la dejó en su cuna y comenzó a dar patadas”, contó Kirsti a Daily Mail.
“Le dije que sus labios estaban azules y me señaló que sus mejillas estaban muy rojas. La tomó en brazos y de inmediato me di cuenta al ver su cara de que algo estaba ocurriendo”.
"Fue tan aterrador. Mi esposo la estaba abrazando y le daba palmaditas en la espalda y yo intentaba abrir la boca para asegurarme de que no se tragara la lengua, pero tenía la mandíbula cerrada”.
Kirsti estaba segura de que no era una convulsión normal, pues la niña arqueaba la espalda y echaba la cabeza hacia atrás.
TRAYECTO INTERMINABLE
Los cinco minutos hasta el hospital fueron eternos. Su esposo no dejaba de preguntarle si ella estaba respirando y ella solo le podía responder “no sé”.
“En todo el camino, todo lo que pude pensar fue ‘la vamos a perder'. Ni siquiera puedo hablar de eso sin perturbarme”.
Afortunadamente, minutos después de llegar al hospital los médicos lograron que respirara de nuevo.
"Entonces las lágrimas realmente empezaron, así que me dejé abrazar antes de comenzar a averiguar qué lo había causado".
En el hospital, los médicos les explicaron que los bebés que pasan más de una hora en el asiento del automóvil corren el riesgo de sufrir falta de oxígeno. La tendencia es mayor en niños prematuros o muy pequeños.
Entonces Harper, aunque es una chica promedio, había sufrido una convulsión al caer los niveles de oxígeno y cuando pusieron al bebé en la cuna, el aumento repentino de oxígeno hizo que esta reaccionara.
FALTA DE ADVERTENCIAS
A Kirsti y Christopher les preocupa la ausencia de información, pues la primera vez que escucharon esto, fue precisamente cuando les ocurrió. Tampoco conocen a otras personas que estuvieran enteradas.
“Hemos hablado con mucha gente y ellos tampoco habían escuchado esto nunca. Y luego hay personas que tienen opiniones contradictorias al respecto”, dijo Kirsty.
“Y por ello comprendimos que debíamos compartir lo que nos había pasado con Harper, porque todos los padres necesitan saber. Solo por llevar a nuestra hija dos horas en el auto casi la perdemos. Es terrible”
“Le diría a todos los padres que vigilen a sus bebés con mucha atención y, si no es necesario que estén en el asiento del automóvil, sáquenlos porque no vale la pena pasar por lo que tuvimos que pasar nosotros”.
“Controla a tu bebé y si ves que hay algo que no está bien, llévalo directo al hospital”.
Y en un hospital de Filadelfia, Estados Unidos, un niño con un tumor cerebral obtuvo una bendición del Papa Francisco y solo unas pocas semanas más tarde, comenzó a recuperarse de una terrible enfermedad.
En solo 15 meses de vida, Gianna Masciantonio tuvo que soportar ocho cirugías y numerosos tratamientos de quimioterapia en el Philadelphia Children's Hospital.
Fuente: YouTube/CBS Chicago
Sin embargo, todo cambió para ella cuando un informe médico sugirió que el tamaño de su tumor se había reducido considerablemente después de recibir un beso del Papa Francisco durante la caravana que realizó en Market Street durante su visita.