Mujer se queja reiteradamente de migraña, pero doctor se ríe de ella y queda ciega en un ojo
Durante meses esta joven británica intuía que algo andaba mal en su cabeza, pero los médicos fallaron continuamente en detectar que tenía un tumor en su nervio óptico.
Abbie Trinder había sufrido migrañas severas desde 2015 y en varias oportunidades acudió a sus médicos para que determinaran lo que le ocurría, pues para ella no era una simple jaqueca. Pero según contó Abbie a Media Drum World (MWD), estos no le creyeron y le dijeron que se mantuviera hidratada.
La supuesta negligencia médica dejó a esta mujer de 24 años ciega en un ojo, luego de que los galenos fallaran en diagnosticarle un tumor cerebral en su nervio óptico y su médico de cabecera incluso se burló de ella cuando se quejaba de migrañas.
En marzo de 2016, la visión de esta chica de de Wednesbury, Reino Unido, se volvió borrosa. Entonces hizo una cita con sus ópticos, que la remitieron con urgencia al hospital. Allí su médico le informó que el problema no eran sus ojos, sino su cerebro.
Semanas más tarde, Abbie fue trasladada al hospital Queen Elizabeth en Birmingham, donde descubrieron que un tumor cerebral benigno había estado creciendo durante años en su nervio óptico y se había extendido a su glándula pituitaria, lo que la estaba dejando ciega del ojo derecho.
Cinco meses después, en agosto de 2016, Abbie fue sometidad a una craneotomía que le dejó 30 grapas en su cabeza, pero los cirujanos solo pudieron extirpar una parte del tumor, ya que la extirpación completa podría haber causado más daño a medida que crecía en los nervios.
Pero la etapa de readaptación fue dolorosa, y aunque Abbie ahora está completamente sana y desde entonces comenzó en un nuevo trabajo y volvió a entrar en la escena social con sus amigos, también está tratando de aumentar la conciencia de la importancia de las pruebas oculares.
UN LARGO Y DURO PROCESO
"Me dieron el alta hospitalaria cinco días después y pude ir a casa con mi familia vigilándome de cerca”, relató Trinder a MDW.
"Pero durante la etapa de recuperación, no me reconocí en el espejo y dormí durante semanas. Mi cara estaba hinchada, particularmente alrededor de mis ojos y nariz y no tenía energía. Solo intentar subir y bajar escaleras en mi casa me agotaba. Incluso levantarme del baño fue un desafío", agregó.
Tampoco podía conducir y se separó de su pareja, mientras luchaba por lidiar con la forma en que se sentía.
Cuando comenzó a dejar de tomar la medicación fue recuperando la energía, pero seguía enfrentando desafíos emocionales.
"Me había privado de tener todo. Mi propia casa, un novio, un trabajo y un automóvil, mi salud y una vida social, en vano”, recordó.
Como no estaba en condiciones para trabajar y tampoco quería socializar tuvo que volver con sus padres.
Pero meses después decidió que ya era suficiente, pues había personas en una posición mucho peor que la de ella. "Todavía tenía un hogar lleno de amor, y la familia y amigos más comprensivos (y ahorros, por suerte). Estaba decidida a cambiar esto, 2017 iba a ser mi año, y así fue”.
NUEVA ETAPA
Ahora, Abbie dice que ha vuelto a apreciar la vida.
“La aprecio mucho. La buena gente, los buenos recuerdos, las cosas que no puedes comprar. Estoy mucho más agradecida por las cosas que tengo y me siento más feliz que nunca por esto”.
Sin embargo, la mala experiencia la ha hecho ser más cautelosa con respecto a su salud, dieta y ejercicio. Eso sí, rutinas moderadas, pues está consciente de la presión en su cabeza.
“La gente que me conocía se sorprendió, pero recibí mucho apoyo de tanta gente. La gente parecía interesada en mi historia y en cómo lo estaba haciendo, y muchos dijeron que yo era una inspiración”.
Todas esas dificultades han hecho que se sienta orgullosa de lo que he logrado, y sentirse satisfecha con su nueva perspectiva de la vida. “Me siento mejor sobre mi aspecto, especialmente ahora que mi cabello ha vuelto a crecer y cubre mi cicatriz”).
También les agradece a los cirujanos. “Me dijeron que era un milagro que pudiera ver en la mañana de mi operación. Si no fuera por ellos, existe la posibilidad de que ahora estuviera completamente ciega”.
Y después de toda esa vorágine de sufrimiento y sentimientos encontrados, les da un gran consejo a las demás personas:
"Hablen con alguien que haya pasado por algo similar. Háganle saber cómo se siente. Es posible que pueda ayudarlo. Un problema compartido es un problema dividido".
Pero un descuido médico, que puede generar graves secuelas, puede manifestarse de diversas maneras.
Lo que le ocurrió a Man Van Nhat, un vietnamita de 54 años a quien luego de una operación le dejaron dentro del cuerpo unas tijeras de 15 centímetros y lo cosieron, es una inaudita prueba de esto.
Fuente: YouTube/RTenespañol
El hombre tuvo alojada la herramienta cerca de su colon durante 20 años, has el momento en que una congestión estomacal le obligó a ir al médico.
La sorpresa fue grande cuando le hicieron una radiografía. Conozca aquí los detalles de este insólito caso.
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