Mamá que detuvo tratamiento contra cáncer para embarazarse da bienvenida a bebé saludable
Una sobreviviente de cáncer se arriesgó a que su enfermedad volviera para intentar quedar embarazada.
Meghan Koziel, de 29 años y oriunda de Pensilvania, optó por detener el medicamento de supresión hormonal que estaba tomando para el cáncer para poder concebir a su bebé.
Los medicamentos reducen el riesgo de que el cáncer regrese, sin él, había un 40% de probabilidades de que regresara. Pero Meghan estaba desesperada por tener un hijo y pensó que el riesgo valía la pena.
Ella escribió lo siguiente en el blog Shesparkles On, en junio de 2017: “Finalmente, sintiéndome un poco más como yo, tomé la decisión con mi esposo, el oncólogo y el especialista en fertilidad, luego de revisar muchas investigaciones, de detener el uso de todos los bloqueadores de hormonas (lupron y arimadex) y poner a mi cuerpo en un período de limpieza”.
Y agregó: “Esto es extremadamente arriesgado considerando que mi cáncer podría regresar si hay una célula microcáncer en cualquier parte de mi cuerpo, especialmente porque ya se había propagado a mis ganglios linfáticos cuando me diagnosticaron”.
“La investigación que mi oncólogo nos presentó no mostró un aumento en la recurrencia del cáncer con una pausa en la terapia hormonal para la fertilidad. Por supuesto, siempre hay un riesgo... pero así es la vida, ¡siempre hay riesgos! ¡Si alguien no toma riesgos, nunca saldría adelante!
SUEÑOS DE SER MADRE
Meghan explicó que siempre soñó con ser madre. Fue por eso que tomó esa decisión arriesgada para intentarlo.
Ella descubrió un bulto cuando tenía 25 años, pero los médicos lo descartaron porque era muy joven y no tenía antecedentes familiares de cáncer. Cuando el bulto continuó creciendo, obtuvo una segunda opinión y luego de una ecografía, una mamografía y una biopsia, se confirmó que tenía cáncer de mama.
“Cuando me diagnosticaron sentí que mi vida iba en picada. Me dijeron que la mala noticia era que tenía cáncer, pero que podría tratarse. Al ser diagnosticada tan joven, crees que vas a morir, pero la realidad es que hay mucha ciencia y tecnología que ayuda a muchas personas a sobrevivir”, contó.
UNA NUEVA VIDA
Fue esta actitud positiva la que llevó a Meghan a su decisión de seguir adelante con su embarazo, a pesar de los riesgos. Cuando nació su bebé, dijo que fue un sueño hecho realidad.
Ella compartió la noticia del nacimiento de su pequeña en su cuenta de Instagram a mediados del pasado mes de septiembre:
“¡Estamos orgullosos de presentar a nuestra pequeña princesa milagrosa Kendra Jane Koziel! Nació el 15 de septiembre de 2018 a las 5:42 p.m. pesando 6 libras 7 oz!!!! Ya la amamos”.
La madre contó que tan pronto como la colocaron en sus brazos, ella y su esposo comenzaron a llorar. “Digo todo el tiempo que ella es nuestro pequeño milagro bebé. Nunca pensamos que tendríamos un hijo naturalmente y por eso somos bendecidos”.
Y agregó: “Estamos muy agradecidos, ya que muchas personas no tienen esta oportunidad, definitivamente hace que valgan la pena las noches de insomnio”.
Llamaron a su hija, Kendra Jane, en honor a su oncóloga, la Dra. Jane Raymond. La pareja dice que están discutiendo la posibilidad de tener más niños en el futuro, si los médicos dicen que es posible.
“Teníamos tres embriones y siete óvulos congelados, ya que la quimioterapia puede eliminar la fertilidad. El riesgo es que los ovarios puedan estar tan dañados que no puedan cargar a un niño”, explicó.
Y agregó: “Mi oncólogo no cree que el cáncer deba eliminar la opción de que una mujer se convierta en madre, y desde el primer día me animó a seguir mis sueños. Para mí, desde que comencé mi viaje no quería que el cáncer me quitara nada más”.
“Preferiría intentar con un niño o cualquier otra meta, en lugar de sentir que mi vida está siendo detenida esperando por temor a que el cáncer regrese”, finalizó.
ZONA DE NO AMAMANTAR
Meghan se sometió a una mastectomía doble a los 26 años en 2015. Pero antes de que Kendra llegara, la madre tenía una solicitud para el personal del hospital, que transmitió a través de un letrero rosa sobre su cama que decía "Zona de no amamantar” junto con un poema sobre sus deseos de alimentar a su hija con fórmula, y terminó con “esta mamá es una sobreviviente”.
“Atención por favor, atención por favor. De hecho, tenemos una futura mamá que tuvo cáncer de mama y una mastectomía, lo que significa que ¡sin pechos en la casa!”, escribió en la leyenda de una fotografía que publicó en su cuenta de Instagram.
LA LUCHA DE OTRA MADRE
Lo cierto es que una mamá sin duda haría lo que fuese por sus hijos, y esta es la prueba de ello. Gemma Nuttall, una madre de Helmshore, Inglaterra, murió a sus cortos 29 años de edad luego de luchar contra diferentes tipos de cáncer durante años.
La historia de lucha de Gemma tuvo sus comienzos en el año 2014, cuando, estando embarazada de 16 semanas, los médicos le dijeron que tenía cáncer de ovario.
Mientras que los médicos le ofrecieron a Nuttall la opción de interrumpir el embarazo para extirpar el tumor, ella optó por rechazar la cirugía y retrasar la quimioterapia hasta después de que diera a luz.
Conforme avanzaba el embarazo, también lo hacía el tumor. Este creció tanto que, a las 36 semanas de gestación, los médicos decidieron que extirparían el tumor y sacarían a su hija a través de una cesárea, todo al mismo tiempo.
Se mantuvo despierta durante la cesárea para ver a su niña apenas la sacaran de su vientre, y seguidamente la anestesiaron para comenzar con su cirugía.
Durante las próximas semanas, Nuttall pasó por quimioterapia y radiación. Su lucha rindió frutos temporalmente pues, a mediados de 2018, los médicos descubrieron que el cáncer había progresado a su columna vertebral y dos meses después, se extendería nuevamente a su cerebro y pulmones.
Su cuerpo no resistió. El 14 de octubre de 2018, Gemma falleció, dejando miles de corazones rotos y a una niña de 4 años sin madre.