Mujer engañó a los médicos para hacerse 9 operaciones innecesarias, solo para conseguir drogas
Algunos son adictos al café, otros se calman con infusiones, pero cada vez es más común los pacientes o personas sanas que dependen de pastillas recetadas para vivir un estado de relajación.
Lo más inquietante de este tema es que los usuarios no aceptan su amor alocado por un par de cápsulas porque “su médico se las recomendó” o las obtuvieran legalmente. En Reino Unido, Nicki Hari comenta que se dejó llevar por los calmantes y desde que tenía 14 años se ha operado cada vez que ha podido para conseguir la tan anhelada receta médica.
La mujer explicó para la cadena News de Australia que para ella es fundamental confundir y convencer a los terapistas, doctores y todo aquel ligado a sus tratamientos de salud para poder acceder a los más fuertes analgésicos que le dejan la sensación de relajada y liviana.
"Realmente me encantó tener la sensación del anestésico y simplemente dejarme llevar. Me dieron analgésicos bastante fuertes y probablemente los tomé por un poco más de lo que debería", dijo la también madre.
La dama no quiere admitir su adicción y prefiere pedir por la web infinidades de pastillas para dormir o calmar la ansiedad, todo antes de reconocer su problema. La mujer de 49 años se ha realizado unas nueve operaciones: intervención de rodilla, histerectomía, recorte de pulgar y hasta la extracción de las tradicionales muelas del juicio.
“No soy una adicta, no me estoy inyectando, no soy maníaca y no estoy fuera de lugar. Estas son pastillas recetadas y no tengo nada que ocultar. Mi médico de cabecera me los ha dado, ¿cuál es el problema?”, enfatiza Hari.
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Pero en realidad el problema es más complejo de lo que ella y muchos desearían creer. El fácil acceso a estos medicamentos a tan sólo un clic hace que sea realmente alarmante la cantidad de adictos a los fármacos que pueden adquirir, promocionar y hasta intercambiar con otros individuos cajas y cajas de pastillas.
El doctor Owen Boden-Jones, psiquiatra de Reino Unido, ha propuesto realizar un clínica piloto en línea luego de ver cómo crecieron las solicitudes de fármacos comunes. En Estados Unidos y Australia la situación es igual o peor, debido a que estas personas adictas en ocasiones no se reconocen como enfermas y no reciben el trato justo y necesario para combatir la adicción.
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“Los grupos de pacientes que normalmente vemos utilizan internet para todo. Usan internet para encontrarse con sus amigos, comprar entradas de cine, ir de compras. Y parece que hay una extensión del uso de internet para obtener drogas recreativas”, explica el doctor Boden- Jones.
Los especialistas aseguran que la solución no está en restringir las compras por internet o la conexión de los usuarios, sino más bien darle herramientas a los pacientes para que controlen su dependencia.
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DEPENDENCIA FATAL
En Estados Unidos la situación es crítica y unos 15 mil ciudadanos mueren al año por consumir analgésicos desenfrenadamente. La necesidad de eliminar el dolor en los pacientes ha sido muy agresiva y existen cada vez más píldoras para aliviar a las personas, lo que ha traído consigo una irremediable adicción que no mide edades y que puede terminar en sobredosis.
El país norteamericano consume el 80% del total de las pastillas calmantes en el mundo y solo representan el 5% de la población mundial. En varios estados de la nación esta adicción es la razón número uno de muertes, pasando por encima de los accidentes de auto.
"Comenzó como un genuino intento de los médicos por ayudar a quienes lo necesitaban", dice el Dr. David Caraway, médico de la marca Geni. “Hubo una razón para tratar el dolor agresivamente con opioides. Pero 10 años después hemos llegado a comprender las consecuencias", lamenta.
El querer consumir eso que te hace sentir volando, según lo que explican los adictos, en oportunidades hace relucir los lados más oscuros de tu ser. No mides los actos y sus consecuencias y lo que se supone amas puede llegar a sufrir cambios para que las pastillas, opioides y analgésicos estén en primer lugar.
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Carol Ballweg, de Troy, fue acusada de cuatro cargos de robo y lesiones a una persona vulnerable por robar los fuertes calmantes de su hija quien padecía una enfermedad terminal. Sigue leyendo sobre este lamentable caso aquí.
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