Increíble historia de mamá que abrió su corazón y hogar a más de 50 niños y adoptó a 8 de ellos
Desde pequeña, esta mujer, que no dio a conocer su nombre, supo que la adopción era el camino que escogería para hacer crecer su familia.
Su sueño siempre fue adoptar, e incluso le decía a su papá que cuando fuese grande adoptaría a muchos niños para tener una familia muy numerosa.
En 2010, ella conoció a su futuro esposo, Matt. Lo hizo a través de la página eHarmony. Y lo primero que supo de él es que no podía tener hijos biológicos. De hecho, su primera prometida había terminado con él por este hecho, lo que dejó al hombre con el corazón destrozado.
El sueño de Matt era convertirse en padre y pensó que ese sueño se había desvanecido antes de que su nueva pareja le hablara sobre la adopción y el cuidado de crianza.
Ambos quedaron maravillados con la idea, así que después de contraer matrimonio, se pusieron manos a la obra para convertirse en padres de crianza temporal.
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“Sabíamos que la adopción era costosa y la espera podría ser larga, así que optamos por criar a los niños mientras esperábamos para adoptar. También conocíamos a una madre joven que tenía un niño de 5 meses que necesitaba ayuda, por lo que lo guardamos para ella de vez en cuando”, escribió la mujer.
Ellos estaban abiertos para niños de 0 a 5 años de edad. Sin embargo, lo que anhelaban egoístamente era un bebé.
Recibieron la primera llamada para criar tres niñas menores de 3 años, de las cuales una era un bebé, por lo que decidieron aceptar. Solo que terminaron con otra familia.
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Aunque esto fue una sorpresa desagradable, el matrimonio no se desanimó y menos mal que no lo hizo, porque pronto recibieron la segunda llamada, para un hermano y una hermana que tenían 4 y 2 años de edad.
A las seis semanas, los pequeños se mudaron con su nueva familia de crianza y el matrimonio, que creía que tener a niños grandes era más fácil, pronto se dio cuenta de que no podían estar más lejos de la realidad.
“Pensamos que los niños mayores serían más fáciles porque dormirían y serían más independientes. ¡Chico nos equivocamos! ¡Convertirse en una familia instantánea fue difícil! Tomó mucho trabajo. Pensé en rendirme varias veces, pero mi corazón sabía que estos niños eran nuestros”, manifestó.
La adopción de los hermanitos se realizó a los seis meses y en ese momento prefirieron tomarse ocho meses de descanso para fomentar el vínculo con los pequeños.
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Los planes iban realmente bien para la nueva familia, así que compraron una casa más grande para estar más cómodos.
La verdad es que tenían en mente seguir haciendo crecer el núcleo y no pasó mucho tiempo para que eso sucediera, pues la noche anterior a la mudanza, otra llamada surgió para fomentar a otra pareja de hermanos, también de 4 y 2 años de edad.
Así la familia fue creciendo y su noble corazón dejó entrar a más de 50 niños en la casa de crianza.
Algunos fueron dados a otras familias y cada vez que esto sucedía, la madre adoptiva lloraba porque sentía a los niños como suyos. El oficio duró cinco años.
Actualmente, el matrimonio tiene 8 hijos adoptivos y son terriblemente felices junto a ellos.
“No sabemos si nuestra historia terminó, pero por ahora estamos contentos, y nunca podría haber imaginado nuestras vidas de esta manera cuando era pequeña. ¡Estoy feliz de que siempre tuve un corazón para la adopción!”, confesó la mujer.
EL GRAN OCHO
Hayley y Mike Jones, un matrimonio estadounidense, también ha estado enamorado de la idea de adoptar, aunque hayan tenido dos hijos. Sin embargo, a estos les movía el hecho de darle un hogar a niños extranjeros y por eso hablaron en un orfanato de Sierra Leona.
Les hablaron no de uno, sino de ocho hermanos cuya madre tuvo que dejar en ese albergue porque no podía criarlos tras la muerte del padre. Así que los Jones hicieron caso a lo que decía su corazón y aceptaron el reto de los ocho, que comprendían las edades entre 5 y 16 años.
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Durante los próximos tres años, Hayley dejaría a sus dos hijos biológicos cada pocos meses para pasar unas semanas con sus ocho hijos adoptivos. Finalmente, el "Gran Ocho" llegó a casa.
Los ocho niños estaban encantados de ser adoptados por la pareja amorosa, pero estos últimos no sabían qué iba a resultar de esta hazaña.
Como era de esperarse, por la diferencia de culturas, al principio costó un podo la adaptación por parte de todos, pero afortunadamente, al final puso ser posible.
Ahora, cada niño tiene una tarea para hacer a la hora de comer y todas las mañanas, la familia comienza con un galón de té y leche caliente, una tradición que los ocho trajeron de Sierra Leona, y luego comienza la tradición estadounidense.
Las historias con final feliz son las mejores, como la de un matrimonio con 5 hijos que decidió adoptar a cuatro niños más después de que los padres de estos murieran.
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Aunque esta experiencia no empieza de la mejor manera, sin duda el final resulta ser una agradable sorpresa, que puedes conocer aquí.