Valientes mineros del rescate de Julen hablan tras el trágico desenlace: "No somos héroes"
Los rescastistas que participaron en la operación para salvar al pequeño de dos años que cayó en un pozo, piden que se le siga brindando continuidad en su empleo.
“No somos héroes” son las palabras mencionadas por el director técnico de la Brigada Central de Salvamento Minero Sergio Tuñón Iglesias, quien declaró que no les gusta que los hayan catalogado de esa manera pues solo hacían su trabajo.
El proceso para rescatar a Julen inició en enero de este año, donde poco más de 300 personas pusieron sus manos a la orden del suceso, un hecho que se quedó marcado en la mente de todo un país.
EL PEQUEÑO DEL POZO
La historia de Julen fue trágica, protagonizada por él: un pequeño de dos años sale con sus padres a una tarde de tranquilidad y termina envuelto en un terrible accidente.
El suceso reunió a todo un país lleno de esperanzas, las mismas que se esfumaron cuando los brigadistas rescataron al pequeño sin vida.
A pesar del resultado tan devastador, el público reconoció el esfuerzo de los hombres que arriesgaron su vida para sacar al pequeño, siendo esta razón por la cual Tuñón y su equipo explican que la atención brindada“nos pilló a contrapié tanta repercusión”, informó El Español.
Luego de días sin poder descansar y bajo una presión laboral intensa, se encuentran con ganas de seguir trabajando, pero esta vez en un plano un poco más tranquilo y discreto.
UN EQUIPO ORGULLOSO
La labor hecha es algo por la cual se sienten orgullosos, ya que el caso de Julen fue el primero que realizaban de este tipo pues había un niño en medio. Aunque admiten que tienen un sabor amargo en la boca porque el resultado no fue el esperado.
Los brigadistas sintieron que tenían un gran responsabilidad de traer al niño sano y salvo, además de una presión emocional porque sus padres estaban ahí, observando cada paso que se daba en cuanto a la operación, Viralistas.
UNA OPERACIÓN INOLVIDABLE
El agradecimiento es para todas las personas que estuvieron apoyando la operación, la cual fue catalogada como inolvidable; admiten que sería perfecta de no haber sido por el triste final, “trabajamos lo mejor que sabemos” recalcó Tuñón a la prensa.
Para la familia también fue un momento duro, el padre de Julen, José Rosello, fue uno de los más afectados por la situación y sufrió un colapso nervioso por el cual tuvo que ser atendido de emergencia.
Según los últimos datos aportados de la autopsia, el niño de tan solo dos años falleció el mismo día de su caída, sufriendo un traumatismo craneoencefálico severo y politraumatismos acorde con la caída.
Julen cayó de pié a una profundidad de 71 metros y con él se cayeron piedras que le ocasionaron múltiples golpes.
La investigación sigue en curso, ya que el pozo fue construido ilegalmente y las autoridades deben encontrar quién es el responsable.