Mujer con demencia quería visitar a su hijo que vive cerca y caminó accidentalmente 640 km
Kaeomanee Arjaw fue reportada como desaparecida el 12 de junio de su casa en la provincia tailandesa de Chiang Rai, parte de la zona montañosa del 'Triángulo Dorado' que limita con Laos y Myanmar.
Una mujer tailandesa con demencia de 59 años regresó a su casa después de salir de su hogar hace ocho meses para ver a su hija y accidentalmente caminó 640 km a China.
Fue encontrada a fines de enero en la ciudad de Kunming, en el sur de China, con una documento de identidad tailandés, lo que ayudó a los funcionarios a comunicarse rápidamente con el consulado local.
Arco de Kunming. Puerta tradicional china y edificios modernos del centro de la ciudad, Kunming, provincia de Yunnan, China. Fuente: Shutterstock
China limita tanto con Laos como con Myanmar, y no quedó inmediatamente claro qué ruta tomó a través de las fronteras remotas o cuánto tardó su viaje.
"Ella le dijo a los funcionarios que fue allí a pie, siguió caminando y pidió comida en los puestos del camino", dijo el coronel Aekkorn Butsabarbodin, de la policía de inmigración de Chiang Rai.
Mujer tailandesa sonriendo feliz. Fuente: Shutterstock
El jueves, la hija de Kaeomanee, Suchada, de 35 años, viajó con funcionarios tailandeses a Kunming, donde se filmó a ambas abrazándose, la hija de rodillas, sollozando de alivio, en una reunión emocional.
En el video, un funcionario le pregunta a la mujer a dónde iba cuando ella dejó la casa de su hija en junio pasado.
"Fui a ver a mi hija...Lo vi, luego seguí caminando", responde la mujer. "No había coches alrededor".
Ella había perdido 20 kilogramos a lo largo de su viaje, agregó su hija jubilosa. Kaeomanee y su hija, que son de la tribu étnica Akha Hill, regresaron a Chiang Rai el viernes.
La demencia es una enfermedad desgastante. Al igual que Kaeomanee, Jessie Ball sufre de demencia. Unas imágenes desgarradoras muestran a Jessie, que tiene 94 años, cantándole a una muñeca que cree que es su nieta.
Jessie Ball se mudó a una casa residencial de Birmingham en junio, según explica Daily Mail, después de que su enfermedad comenzó a empeorar rápidamente, lo que la llevó a cocinar papas fritas en detergente y pasear por el jardín en plena noche.
Su hija, Sandra, de 57 años, afirma que le rompió los corazones a ella y a sus hermanos cada vez que la visitaban, ya que rara vez sonreía y preguntaba cuándo podían irse.
Pero todo cambió cuando decidieron comprarle a Jessie una muñeca, que ahora ella amamanta y trata como si fuese una recién nacida de verdad.
Jessie cree que la muñeca es la hija de Sandra. Ella dijo:
"Mi madre mira la cara de la muñeca y me dice: ¿No es encantadora? Mira su sonrisa. Entonces mamá también sonríe; rara vez le sonríe a nadie más”.
“Creo que, para mí, la muñeca ha mantenido a mi madre durante más tiempo. Las otras damas simplemente caminan y tratan de salir por la puerta”.