Un chiquillo accidentalmente mata a su pez porque quería dormir con él
Everett Hamlin amaba a su pececito llamado Nemo. El chico sacó a su mascota de la pecera y lo abrazó.
El niño de cuatro años, en su inocencia, mató a su mascota sin querer. Everett deseaba compartir más con su querido pez, así que decidió dormir con él. No sabía que Nemo no podía estar fuera de su pecera.
Cuando los padres de Everett se percataron de lo que ocurría, le tomaron una instantánea a su hijo mientras dormía. El chico se dio cuenta de la tragedia al despertar y ver a Nemo sin vida. Tory Hamlin, madre de Everett, fue quién publicó dos imágenes en su perfil de Facebook.
La fotos mostraban al menor durmiendo con su pez y en la descripción, la madre explica que su hijo estaba muy encariñado con su pez de colores. La publicación se volvió viral.
El triste episodio ocurrió a finales de febrero pasado.
“Él no entendía lo que estaba haciendo. Honestamente, me sorprendió que lo pudiera coger”, contó la madre, Tory, a The Mirror.
“Fue demasiado triste, no pensé que fuera divertido cuando lo vi”, agregó.
Los padres pasaron por un momento de shock al ver la escena. Tori y Corey despertaron a su hijo para preguntarle qué sucedió y le explicaron que su mascota estaba muerta.
Tory y su esposo aseguran que la pecera de Nemo siempre estuvo en el cuarto de Everett, el chico nunca antes había mostrado la intención de sacarlo del agua. Everett amaba a su pez.
Everett solo respondió: “quería consentirlo. No quería matar a mi pez”.
El niño comprendió que los peces deben estar en el agua para vivir, y sus padres decidieron comprarle una pecera llena de peces.
“A veces ellos tienen que cometer este tipo de errores, para aprender. Es parte de crecer”, dicen.
En otra historia de niños que aman a sus mascotas, Laurel Logan, una niña de 3 años, se ha encariñado con un cachorrito que se unió a la familia hace unos meses.
La madre y fotógrafa, Britney Logan, deseaba agregar un perro a su familia, pero con una bebé que cuidar, ella pensó que era prudente posponer la posesión de mascotas.
Britney supo que la amistad era fuerte cuando vio a su hija y al perro, Wern, compartiendo un tierno momento a la hora de acostarse a dormir,
"Levanté la vista y ella había tomado un hueso para dárselo a Wren y la estaba tapando con una toalla como manta, mientras susurraba: 'Está bien, puedes ir a dormir, shhh, estoy aquí'".