Emotivo mensaje de un hombre en llanto luego de que le salvan de una "muerte súbita"

Cuando un hombre de 68 años experimentó un episodio de muerte súbita en el gimnasio, la rápida acción de un joven bien entrenado que estaba en las inmediaciones fue lo único que impidió que perdiera la vida.

Cuando Eduardo Garberi, un hombre de 68 años, se desplomó repentinamente en la sede Pilar del Megatlón poco después de haber finalizado su rutina, su esposa no sabía qué hacer. La pareja llevaba apenas un mes de haber comenzado a entrenar en el gimnasio.

Entonces, Nicolás Monacci, coordinador de servicios de la sede, entró en acción de inmediato, realizando maniobras de RCP (resuscitación cardiopulmonar) y aplicando descargas de desfibrilador (DEA) que permitieron al corazón de Eduardo volver a latir y mantenerlo con vida.

MUERTE SÚBITA

"Dos o tres minutos después de la descarga, Eduardo empezó a hablar y no nos despegamos de él. Y tal como dice nuestro protocolo, lo acompañamos hasta la clínica en la ambulancia", dijo Monacci, quien ha recibido entrenamiento en RCP en su lugar de trabajo, y ya lo había puesto en práctica en al menos una ocasión anterior.

La muerte súbita es una pérdida de conocimiento y ausiencia de actividad cardíaca que ocurre repentinamente o menos de una hora después de experimentar ciertos síntomas. Se presenta con frecuencia en personas sin historial de problemas cardíacos. Los pacientes resucitados se recuperan, por lo general, pero sin la intervención del RCP y el DEA, suele ser fatal.

MUERTE SÚBITA

Durante los días que pasó internado, Eduardo pudo conocer en detalle lo que había pasado ese día en el gimnasio y pidió a sus familiares enviarle un mensaje a Nicolás para agradecerle el gesto.

"Hola Nicolás, soy Eduardo, yo soy la persona a la cual vos le salvaste la vida junto a una compañera. Quiero agradecerte y saber qué días estás vos para poder ir a agradecerles: necesito imperiosamente agradecerles a ambos personalmente.", arranca el audio de dos minutos y medio que Garberi le envió a Monacci.

Luego le detalló que se encontraba internado en terapia intensiva y que le habían hecho una infinidad de estudios. "Me encontraron unos coágulos, que pueden ser producto de la caída, pero están descartados como responsables de la muerte súbita. Todos los estudios están dentro de los valores normales que debería tener. Tampoco aparece, en los estudios, el infarto así que cada vez es más posible lo de la muerte súbita que no se sabe por qué sucede", detalló.

"NO SABÉS LO QUE SE SIENTE"

Entonces, a Eduardo se le quiebra la voz, y agrega que "vos no sabés lo que se siente hablar con alguien que te salvó la vida. Muchas, muchas gracias".

Recordando el suceso, Nicolás contó que "recuerdo todo de esa tarde. Fue un momento complicado, donde ante una situación adversa pudimos sacarlo adelante. Mi reacción cuando lo vi respirar y latir, en un principio fue alivio y, en ese momento, no era tanta felicidad porque era el que tenía que transmitir tranquilidad a todos. Mi alivio fue cuando me mandó un mensaje de audio a los tres días. Eso me partió el corazón. Estaba mentalizado que tenía mucho que mejorar en ese momento"..

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. Recién ahí sentí alivio"

"A las dos semanas y media, cuando salió del sanatorio, pasó a saludarnos a todos. Fue un momento hermoso e inolvidable. El abrazo y las lágrimas de Eduardo fueron increíbles, fue algo inolvidable y que me quedará grabado para toda la vida. Después le presenté a cada una de las personas que habían ayudado durante ese momento", detalló Nicolás.

"Hoy estoy muy sensible. Es muy difícil de explicar. Yo estuve muerto y hoy estoy vivo gracias a que fui a hacer gimnasia a un lugar donde había gente capacitada para cuidarme", puntualizó Eduardo.

En otro impresionante caso, dos heroicos hermanitos de 7 y 10 años usaron RCP para salvar la vida de su abuelita, quien sufrió un paro cardíaco completo. Ellos reaccionaron de inmediato y evitaron la tragedia.

Patti Chatterson, de 62 años, sufrió un ataque cardíaco masivo y sufrió un paro cardíaco completo el 10 de noviembre de 2018 en su casa de Saskatoon. Sus nietos hicieron una gran hazaña para salvarla.