Logra convertirse en ciudadano a pesar de no saber leer ni escribir y estar viviendo en su auto
Israel Meléndez, un hombre salvadoreño de 75 años, finalmente cumplió su gran sueño: convertirse en ciudadano norteamericano.
Si realmente deseas algo con mucha fuerza, no pierdas de vista tus metas y podrás lograr lo que sea que te propongas. El salvadoreño Israel es el vivo ejemplo de persistencia y éxito.
Este hombre deseaba obtener la ciudadanía estadounidense, a pesar de no haber estudiado nada jamás. Meléndez no sabía leer ni escribir, pero eso no lo hizo desistir de su objetivo.
Bandera de Estados Unidos ondeando. Fuente: Shutterstock
Israel Meléndez atravesó muchos obstáculos para lograr lo que quería. Además de su analfabetismo, se fue de su país natal rumbo a Estados Unidos en 1980 cuando tenía 35 años.
Sufre de problemas en una pierna y camina con un bastón. También le fallan la visión y el oído. Como su pensión no le alcanzaba para pagar el alquiler de su apartamento, el dueño lo echó a la calle. Desde entonces duerme en su vehículo.
Sobre con el logotipo de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos. Fuente: Shutterstock
Tuvo que hacer la prueba que incluye el proceso para obtener la ciudadanía dos veces ya que su memoria lo traicionó varias veces durante la prueba.
El exconductor de buses debió aprender de memoria a su edad muchos datos históricos relevantes y el sistema político de Estados Unidos. ¡Toda una proeza!
El proceso empezó en el año 2017. El hombre presentó el examen por primera vez el 21 de diciembre de 2018, pero fracasó. Su examen fue oral dada su condición.
Proceso de solicitud de naturalización de inmigración de ciudadanía de los Estados Unidos. Fuente: Shutterstock
“Fue bastante difícil porque no sé leer, no sé escribir. Todo se me olvidaba y apenas el día siguiente venía recordando (lo que le preguntaban)”, le confesó a Univisión Noticias horas antes de su ceremonia de naturalización.
“Me costó, había cosas que no sabía. Me hicieron preguntas que no sabía. Me quedé ahí pensando: ‘¿qué será?, ¿qué será?’. No sabía los nombres, nada. Fallé varias veces, me hicieron preguntas que yo no había oído”, recordó.
A pesar de no haberlo logrado a la primera, no quiso tirar la toalla y darle la espalda a su sueño. Buscó la ayuda de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA) y volvió a estudiar las 100 preguntas.
Finalmente, Israel obtuvo la tan anhelada residencia estadounidense con la Amnistía de Reagan en 1986.
“No me había hecho ciudadano antes porque andaba muy ocupado. No quería dejar el trabajo, tenía que pagar renta, comida y ayudar a mis cuatro hijos que dejé en El Salvador”.
"Lo pasé yo, pasé la ciudadanía y voy a juramentar", dice alegre. "Alguien que sabe leer, escribir y hasta habla inglés, dice: ‘no voy, me van a sacar de aquí’. Yo les digo: ‘anda, no tengas miedo ¿Qué te pueden hacer?’"
Es admirable el optimismo de este hombre salvadoreño, quien a pesar de las vicisitudes, no se dio por vencido. Ahora podrá “andar libremente” y viajar a su pueblo, a donde no ha ido en mucho tiempo, a visitar a sus cuatro hijos.
Son miles los centroamericanos que migran a Estados Unidos para buscar mejores oportunidades de vida. La situación en la frontera sur de los Estados Unidos se intensifica cada vez más, sobre todo luego de las políticas aplicadas por la administración Trump.
Muchas familias viajan en caravanas y recorren cientos de kilómetros para pedir asilo.